Nos fue a dejar a casa. Antes de irnos nos lavamos la cara y limpiamos lo mejor posible nuestra ropa, después de la aclaración que hice, tuvimos que contarle toda la verdad a nuestro profesor, la foto que encontramos y las sospechas que teníamos. De todas formas, lo iba a hacer, de manera privada, pero no tenía más opción que hacerlo frente a todos. Keegan después de eso no dijo mucho.
Llamó a nuestros padres, en mi caso abuelos, y mintió por nosotros, y nos dejó sanos y salvos en nuestros hogares. Me dejó a mí de las primeras, y la abuela salió a su encuentro agradeciendo su amable gesto de dejarme en casa. Mamá al parecer, se quedó tranquila al ver que en el auto de mi profesor iban más personas, no cuestionó y tampoco dijo mucho.
Notó mi mano vendada y mentí descaradamente diciendo que me había lesionado tratando de hacer una de mis viejas rutinas de animadora. Se lo creyó, no era la primera vez que me pasaba.
Me duché y me fui a acostar. La noticia del incendio fue tema en el desayuno de la mañana siguiente. La abuela estaba horrorizada, ya que el anciano, dueño de la pensión, estaba internado porque había inalado mucho monóxido de carbono.
—Gracias a Dios no pasó a mayores. —dijo la abuela.
—Ese viejo tacaño, de seguro no hizo mantenimiento y por eso se quemó todo—comentó el abuelo—. Veré si puedo ir a verlo al hospital.
—Pensé que era una ciudad tranquila, por lo que veo, no tanto. Me enteré que encontraron a un hombre muerto precisamente en esa pensión. ¿No es sospechoso? —dijo mamá bebiendo su jugo.
Con los abuelos nos miramos con complicidad, negué con la cabeza para que no dijeran nada. La abuela suspiró.
—Las desgracias pasan en todas partes, hasta en un lugar como este. ¿Quieres pan tostado? —mamá asintió y yo seguía en silencio.
Veía la hora en mi celular, ya que Than me había enviado un mensaje para que fuera a su casa y pudiéramos terminar el proyecto de Keegan de una vez por todas. Al parecer, cuando me bajé de su auto les advirtió que nos evaluaría con más ojo crítico que el resto, ya que, si teníamos tiempo de meternos a escenas de crímenes, nuestros ensayos debían ser los mejores.
Aunque no estaba de ánimos para hacer tareas, no me quedaba de otra, el mundo no se detendría por nosotros.
—Lily, cuando paseaba por la ciudad, escuché sobre una explosión, o algo así. —continuó mamá, comiendo su pan.
—¿Explosión? Ah, si... hubo algo así, pero pasó hace mucho. —se excusó la abuela.
—¿Escuchaste sobre las abducciones extraterrestres, mamá? Son fascinantes. Dicen que, quienes desaparecen en Nome, es por causa de las abducciones, por eso no se encuentran—comenté tratando de desviar el tema—. ¿Viste los carteles de desaparecidos de la estación de policía? ¡Fueron los extraterrestres!
—¿Crees en esas cosas? —me cuestionó, el abuelo rio.
—Es que en la ciudad hablan tanto que no sabemos que es real o no. —me defendió el abuelo.
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Todo sucede en Nome
Mystère / ThrillerEmily, después de la muerte de su padre, decide ir a vivir con sus abuelos a Nome, Alaska. Deja a su madre, a sus amigos y a su escuela atrás con el pensamiento de que algo bueno le espera en esa fría ciudad. Lo que ella no sabe, es que Nome, la rec...