Capítulo 20: "La verdad de Anna"

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El timbre sonó y sentí un gran alivio en el pecho, lo único que quería era ir a casa, descansar y no saber del mundo por un buen rato

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El timbre sonó y sentí un gran alivio en el pecho, lo único que quería era ir a casa, descansar y no saber del mundo por un buen rato. Hablar con Tanya y Alex me había agotado físicamente, como si ambos hubieran consumido toda mi energía. Aaron me abrazó y sonrió.

—No tenemos práctica hoy, ¿quieres que te lleve a casa? —asentí en agradecimiento, no tenía muchas ganas de caminar, él se aclaró la garganta—. No imagines cosas como que quiero espiar al profesor o algo así. —fruncí el ceño.

—No lo había pensado, pero ahora que lo dices... debes trabajar en tu confianza, no te preocupes, te ayudaré. —dije un poco más animada.

—Si es una broma, no me gusta. —informó algo tímido, suspiré.

—No me estoy burlando, hablo en serio. Puedo entender tu inseguridad, puesto que alguien en quien confiabas te traicionó, debe ser difícil para ti, pero también lo está siendo para mí. —expliqué guardando mis cosas en la mochila.

Nuestros compañeros ya estaban saliendo del salón.

—Lo siento, es solo que él no me da confianza. Además, entre él y yo, no hay mucho que comparar, es una suerte que estés conmigo. —espetó pegando una pequeña risa nerviosa, eso me descolocó un poco. Me quedé quieta, esperando que fuera broma, pero no dijo nada.

—Aaron...lo que haces no está bien, no. Eres maravilloso, inteligente, atento, servicial, un excelente amigo y te preocupas de las personas sinceramente. Y está de más decir lo guapo que eres, ¿te ves al espejo? Amigo, hay chicas que me apuñalan con la mirada cuando estoy contigo, no me molesta, claro, que aprecien lo que quieran, al final, yo te tengo, ¿no? —asintió con media sonrisa, sabía que intentaba creerme, pero sabía también que le costaba, sonreí—. ¿Ves? Confío en ti, así que no importa lo que pase, solo debes preocuparte por mí, y te lo aseguro, no haré algo que te haga daño a ti o a nuestra relación.

Tomé su mano y él volvió a abrazarme, pegando un gran suspiro.

—Ay, Emily, eres mucho...mucho.

Le di un beso en los labios y sentí algo extraño al escuchar esas palabras, estaba casi segura que ya me lo había dicho, ¿o solo estaba confundida? No le di más vueltas. Than y Verónica nos estaban esperando para irnos juntos. Cuando salimos al pasillo sentí un pequeño tirón en mi chaqueta, era Anna. Todos nos detuvimos para saber que quería, por instinto retrocedí un paso y mis amigos se tensaron, mirándola como si fuera la peor escoria del mundo, pero Anna no se inmutó. Me pidió conversar a solas, y aunque dudé un poco, acepté. Verónica no se sentía muy a gusto con eso, pero no me impidieron ir con ella al invernadero, me estarían esperando en la entrada de la escuela.

El camino fue silencioso y algo incómodo. Me preguntaba qué quería decirme, ¿acaso me amenazaría? No tenía la fuerza suficiente para pelear o discutir, pero no había meditado eso cuando acepté hablar con ella.

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