Capítulo 36: "Nada volverá a ser igual"

4.7K 384 20
                                    

—No puede ser, no puede ser, no puede ser

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No puede ser, no puede ser, no puede ser. —dije retrocediendo, ¿qué iba a hacer? Me congelé, ellos estaban en peligro.

—Emily. —me llamó Keegan, se acercó a mí y pude reaccionar. Ellos estaban en peligro, ¡tenía que ayudarlos!

Busqué mi celular con la mirada, pero no lo encontraba, tenía que llamarlos. Pero no estaba, mi celular no estaba, eso me desesperó.

—Vero y Aaron están en peligro, debemos ir a la escuela, ¡ahora! —chillé saliendo de mi habitación.

Keegan salió detrás de mí y bajamos las escaleras rápidamente. No tuvimos tiempo de darle explicaciones a los abuelos, simplemente salimos, nos subimos al auto de Keegan y partimos a la escuela.

Estaba temblando, mi corazón parecía que iba a estallar al igual que mis ojos, lloraba sin poder controlarme.

—Emily, enfócate, dime que pasa. —preguntó Keegan a mi lado. Tomé aire.

—Era Alex, dijo que Aaron y Vero estaban en peligro, que el asesino los quería matar. Por favor, acelera.

No preguntó nada más, aceleró y no tardamos en llegar a la escuela. Me iba a bajar, pero él me lo impidió.

—En la guantera, saca el arma—me ordenó mientras marcaba en su teléfono, torpemente saqué la pistola, era la misma que había usado esa vez que entraron por su baño—. Necesito refuerzos en la escuela, presuntamente hay dos estudiantes en peligro, lleguen lo más rápido que puedan. —informó a alguien con seriedad, quedé en shock.

—¿Keegan?

Colgó su celular y tomó el arma.

—No te preocupes, si están aquí, los encontraremos. Quédate detrás de mí y no hagas ruido. —asentí.

Nos bajamos del auto y nos dirigimos a la entrada, que estaba cerrada. Keegan trató de forzar la cerradura, pero no hubo caso. Yo estaba tan desesperada que pensé en trepar la reja, pero él tuvo otra idea. Volvió a subirse al auto y condujo directamente a la entrada, derribándola. Quedé atónita, pero había funcionado.

Se bajó y yo lo seguí detrás. Traía una linterna y junto con su arma, apuntaba frente a él. La escuela estaba completamente a oscuras, y como esa vez que entramos sin permiso con mis compañeros, el aire era extrañamente más helado de lo normal. Fue más fácil entrar al edificio, de una sola patada él había logrado abrir la puerta, dejándonos ver los pasillos a oscuras.

Comencé a gritar los nombres de mis amigos, queriendo adelantarme a Keegan, pero me controlé y no lo hice, podía complicar las cosas.

No sabíamos por dónde buscar, todo estaba silencioso, no había nada que pudiera darnos una pista, ¿y si era mentira? ¿Y si Alex me había mentido? Había creído en él sin pensarlo.

Seguimos avanzando y olfateé algo extraño, fruncí la nariz, el olor venía cerca del invernadero. Fuimos allí y al costado de este había un enorme fuego. Pude de ver mesas y sillas amontonadas, haciendo una pirámide ardiente, donde emanaba un olor asqueroso.

Todo sucede en NomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora