Cuando Dos Mundos Se Cruzan ||Bakugo x Tu||

Cap 9

Inicio de clases

Camila: Pss pss!

—¡Camila, ya basta, nos van a regañar por tu culpa!— Le susurre

Camila: pero dime, tengo o no tengo razon?

—Dejate de maricadas.

Profesor: Las jovencitas quieren compartir algo con la clase? —Me señaló.

—N-No señor...

Profesor: Bueno. Dejen de hablar o les quitaré sus exámenes a ambas.

Suspire y trate de concentrarme.

Paso una semana desde la fiesta, en toda esa semana no había visto a Camila hasta hoy que comenzaron las clases y ella desde el primer momento estuvo...

¡JODIENDO COMO SI NO HUBIERA UN PUTO MAÑANA!

Camila: ¡Es obvio que te gusta! —Ya estábamos en recreo y para mi desgracia no me había llevado los audiculares para poder ignorar a mi amiga, que, aunque la quería mucho, en ese momento lo único que realmente quería era dejarle el ojo morado. — ¡Te conozco! ¡Oh, Dios! ¡Son pololos y se besan!

Le sugete el cuello de la camisa de uniforme con fuerza y la acerqué a mi con una mirada de odio.

—Camila, si una palabra más sale de tu boca me voy a desconocer. Además nisiquiera tengo idea de quien putas estas hablando.

Camila: ¿Te gusta Katsuki? —Pregunto con un tono juguetón mientras sus mejillas se ruborizaron.

—¡¿QUE?! —La solté del agarre y di un imprevisto brinquesito hacia atras por el sobresalto.  Me cubri inmediatamente el rostro, sentía como todo mi rostro estaba rojo a más no poder y mis nervios disparados a mil. —¡Camila, Wtf!

Camila: ¡¿Tengo razon?! —Pregunto llena de emoción y curiosidad, casi que no daba brinqusitos como una niña pequeña.

—¡Callate! — Le Di un suave empujón y me senté en el césped del patio de aquella escuela.

Camila: Pude sentir la conexión que tenían.

—¿Que conexión? Estas alucinando cosas, loca.

Ella se sentó a mi lado aún con ese semblante juguetón que me estaba empezando a sacar de quicio.

Después de unos segundos de silencio en los que creí que ya me dejaría en paz pude respirar profundamente el aire fresco de ese lugar abierto.

Para ser una escuela pública en un pueblo casi que abandonado, era bastante linda y grande.

—Ahg, mierda. Mi estómago se siente muy raro. —Me queje llevando una de mis manos a la zona.

Camila: ¡Son mariposas!

—¡No, Mierda! Son jodidos parasitos por comer medio kilo de helado a las tres de la manaña yo sola mientras lloraba y veía Banana fish!

Camila: O tal vez...

Me lanze a ella y sujete su cabeza contra el pasto.

—¡Ya! —Dije nuevamente sonrojada.

Ella me miro, su expresión seguía igual.

Me recordó a la escena donde Uararaka tumbó a Toga y está la miro de una manera muy parecida a como Camila me miraba ahora.

Cerré fuertemente los ojos tratando de calmarme, solté un Suspiro y hablé en un tono bajo.

—Quiero retomar el ballet.

Camila: ¿Ah?

—¿Q-Que opinas...? —Pregunté tímidamente.