El Omega del Yakuza 1

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El regalo perfecto


Eijirou Kirishima, poseía ya muchas cosas a su corta edad, con tan solo 25 años había sido nombrado por su padre como el nuevo jefe de su familia, un gran voto de confianza el cual tuvo buen recibimiento por parte de los demás clanes Yakuza.

Si, los Kirishima desde hacía muchas generaciones tenían dos características; eran Alfas dominantes y uno de los clanes Yakuza más fuertes; sus negocios y acciones siempre eran sutiles y confiables, habiéndose ganado el respeto de todos y esa noche estaban ahí para reconocer de manera pública y oficial su lugar como el nuevo líder.

Aquel lujoso bar estaba en una exclusiva terraza de uno de los hoteles 7 estrellas de su emporio empresarial y había mucha gente, él se encontraba en relativa calma, apartado del resto, sentado en un amplio y elegante sofá, vistiendo un traje hecho a la medida de color rojo cenizo, mientras bebía lentamente un exquisito whiskey, analizaba todo y a todos.

Había unos que ya conocía desde que era más joven, algunos incluso asistieron al instituto con él, de ellos no se preocupaba, otros eran socios en alguno que otro negocio y otros aun siendo sus rivales decidieron mostrarse brevemente para saludarlo.

No haberlo hecho, podría considerarse como una afrenta y nadie buscaba eso, no esa noche, así que, sin haber algún altercado, prometía ser una velada agradable entre música ligera, yakuzas y alcohol.

-¿Estas pasando un buen rato? -Pregunto Mina, quien lucía preciosa en un entallado vestido, resaltando su atractiva figura, sin preguntar si podía se sentó a su lado, no era secreto para nadie que ella desde niña estaba perdidamente enamorada de Eijirou, pero para su desgracia había nacido como Beta, sabía que aquellos sueños y fantasías de un amor romántico correspondido jamás ocurrirían, sobre todo porque él tenía como destino a un Omega, el cual no había encontrado aún.

Pero los sentimientos de Mina hacia él eran reales, sinceros y sin malicia, deseaba de todo corazón verlo feliz, situación que tampoco era un secreto y que el mismo Eijirou agradecía, no por nada la consideraba su mejor amiga.

-Tú bien sabes que es para mí pasar buen rato. -Eijirou contesto dando un ligero trago, en efecto ella lo conocía bien y sabía que la manera en la que él encontraba diversión era muy diferente.

Pasear descalzo sobre la arena tibia junto a un mar en calma en un día soleado saboreando una paleta de limón, comer cortes baratos de carne hasta saciarse en restaurantes comunes, ver películas de terror con la habitación a obscuras comiendo rosetas de maíz y usando una almohada como escudo protector, todo eso siempre rodeado de sus amigos más cercanos.

Eso era para Eijirou pasar un buen rato.

-¿Te gusto mi regalo? -Le pregunto algo coqueta.

-¿En serio? ¿Me preguntas si me ha gustado recibir una motocicleta Harley Davidson Fat Boy lacada en color rojo? -Le pregunto serio a Mina.

-La pedí así porque combinaría con tu cabello.

-¡Casi me desmayo cuando abrí mi cochera y la vi! ¡Es tan... tan...

-¿Varonil? -Mina termino su frase con una sonrisa al ver la emoción de Eijirou en su rostro, a quien realmente le había fascinado aquel obsequio.

-Después nos organizamos para ir a dar una vuelta con los chicos. Ese bebe tiene que rugir fuerte. No puedo esperar para hacerla rodar. -Dijo Eijirou sonriendo imaginándose dar un paseo en carretera junto a Kaminari, Sero, Mineta y Mina, sus amigos más cercanos.

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