En los vientos fríos de noviembre entiendo y comprendo que la soledad solo fue hecha para ser la compañía superior de todo ser viviente, en donde solo comparto un par de fotos con el soldado de al lado llamado decepción, mientras que yo, Ethan Sallow, un joven de 22 años edad solo comparto mi vida con aquella eterna poesía que dejó aquella devoción de encontrarte, pero mientras yo te buscaba tú solo escapabas de mi aroma y su fulgor.
Pero muchas veces no necesito buscarte porque simplemente llegas como el viento que recorre las ciudades fantasmas de la avenida dolores, y aquí estás eterna perdición, esa hermosa estrofa que le encargué a la vida, tú viniste a mí y yo no fui a ti, esto quiere decir que ¿somos el uno para el otro? Porque he pasado veinte años intentando encontrarte y hoy no fui a buscarte, pero tú viniste a mí.
Desde mi pequeña ventana puedo verte, desde estos dos redondos ojos puedo desearte, única e inigualable, eres la mujer perfecta para mí, porque para los demás tal vez solo eres una de tantas, pero para mí eres la perfecta sinfonía de Beethoven.
Llegaste un 15 de noviembre, simplemente llegaste, no sabía de tu nombre, y aún no lo sé, pero no importa el no conocerte, lo que importa es el deseo incansable que te tengo, pero no el mismo deseo que te tienen todos, mi deseo penetra el alma y no el cuerpo, un deseo eterno de compartir una taza de café contigo mientras leemos el libro perfecto de aquella inerte ocasión.
Cuando te vi bajar de aquel vehículo mis pupilas se dilataron al máximo, encontré la perfección echa carne, te encontré a ti, porque tú me buscaste, llegaste como aquella princesa de gales malentendida, llegaste a tierra extraña, llegaste a casa de tu prima, y mientras subías las escalaras para llegar a su habitación, yo solamente te vigilaba, entendía tu aroma y tu dulce olor.
Tus hermosos ojos celestes adormecían mi vida en tu regazo, tu cabello acolochado comprendía mis secretos oscuros dedicados a ti, y tu hermosa tez de porcelana dedicaba una hermosa canción en la bruma celestial de la vida.
¿Segundo piso? No me importa la verdad que vivas temporalmente en el segundo nivel de la casa de tu prima, con solo escuchar tu voz tengo para dedicarte eternas horas de una humilde melodía que no entenderías, porque cada vez que ríes de los chistes mal contados de tu prima, entiendo que no quieres vivir junto a ella, solo quieres vivir junto a mí, y eso lo comprendo, porque desde que ambos nacimos fuimos destinados para estar por siempre al lado del otro, y no me importa no verte a diario, solo con el saber que estás ahí puedo vivir tranquilo, porque tu aroma se siente en los aires de esta ciudad, siento cuando estas y cuando te vas.
Eres la mujer perfecta, la mujer de mis noches inciertas, porque mientras te veo, observo que cruzamos miradas, lindas y temporales miradas que dicen más que un simple te amo, porque las acciones como estas tienen mejor estima que una simple palabra que puede ser insensata con el tiempo.
No sé cuánto tiempo estarás a la par de mi casa, porque vives al lado mío, no me importa la verdad, porque mientras estés cerca de mí lo tengo todo y nada me falta, solo al verte entiendo perfectamente a Arjona porque sin ti esta pequeña estrofa no hubiese sido plasmada en el corazón de la vida.
No ha pasado ni un día y ya extraño verte, no entiendo por qué no te he escuchado aún, no lo entendía hasta ese entonces, porque supe por ahí que estabas teniendo un delicioso baño de espuma, y no te alteres, no soy como esos hombres que únicamente quieren ver tu cuerpo para desearte vilmente, no necesito ver tu cuerpo para enamorarme, necesito escuchar tu voz para vivir como un torpe, el torpe amor que te tengo desde que te vi me alienta a levantarme cada mañana, y eso que ni un día ha pasado.
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Un secuestro perfecto
Romance«Y aún así, aunque la noche perturbe nuestra conexión de las mañanas, no la dormiré, porque eres mi maldito insomnio favorito» Patrick MCQ