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Ya era de madrugada en Japón y el famoso y actual símbolo de la paz estaba rondando por las calles, saltando por algunos edificios. Solo se podía apreciar un pequeño destello verde desde abajo, pero eso era suficiente para que los pocos ciudadanos que aún transitaban por la calle se sintieran seguros.

En la tarde se había reencontrado con su antiguo maestro, hubieron un par de lágrimas, pero fue muy entretenido. Yato se divirtió mucho con Eri y Shinso, jugaron con el niño hasta caer los tres profundamente dormidos, principalmente Shinso. Aizawa se había encargado de hablar con Izuku en ese tiempo...fue una plática profunda y llena de sentimientos; Aizawa Shota era la persona más honesta y realista que conocía, le dio el golpe de realidad que sin saberlo era lo que estaba esperando.

-Creo que me cansé de huir...-murmura el peliverde para si mismo. El héroe se detuvo en un pequeño parque y se sentó en una banca, en estas horas de la noche no había nadie más que él en el lugar.

Luego de casi cinco años, Izuku se dió cuenta que ya había llegado el tiempo de parar esta farsa, en su momento las razones para ocultar a Yato fueron completamente válidas para él y su consciencia, pero simplemente ya no podía ocultar a su hijo, no era justo para Yato seguir su vida sin conocer a su otro padre...no era justo para Shoto tener un hijo y no saberlo, una parte suya le pedía seguir jugando a las escondidas y fingir que jamás se había involucrado con Shoto, pero la otra parte de exigía que dejara de mentir. En este punto de su vida el agotamiento mental era mucho, cada día era más agotador que el anterior y la culpa lo carcomía porque sabía lo mal que hacía al ocultarle a Yato, el niño era de ambos, ambos tenían que tener el derecho y obligación de estar en sus vidas...ya le había arrebatado a Shoto cuatro años de la vida de Yato, pero estaba a tiempo de que esté pertenezca al resto de su vida, obviamente primero hablará seriamente con el de cabello bicolor y expondrá toda la situación, no podría culpar al otro si se enfada y lo odia, luego de años huyendo, por fin enfrentaría las consecuencias de sus actos.

Sentía que estaba en una burbuja llena de pensamientos e imaginando escenarios posibles para cuando Shoto sepa la verdad, incluso estaba pensando la posibilidad de hacer un proceso legal si este se lo pedía para compartir la custodia...pensar que su pequeño bebé podría apartarse de el era una escena aterradora que calaba hasta en sus huesos de manera profunda, haría lo que sea para cuidar a su niño, pero tampoco podría seguir apartando a Shoto si este quiere pertenecer a la vida de Yato.

Un sonido helado se llevó su atención, reventando esa burbuja de pensamientos ansiosos, era un sonido de hielo arrastrándose...sabía muy bien quién era, pudo ver su silueta masculina caminando hacia su dirección tranquilamente...Todoroki Shoto...hasta parecía ser invocado por sus pensamientos.

-Que oportuno -murmura el peliverde para si mismo, sintiendo un escalofrío helado recorrer su columna vertebral.

-Estaba patrullando cuando vi un destello verde en la ciudad, asumí que eras tú -Shoto sonríe suavemente parándose frente a el- pensé en venir a saludar...

Izuku quedó algo atónito ante el, Shoto sin duda había cambiado...se veía maduro y tenía una presencia más cálida que no pudo apreciar en sus anteriores encuentros.

-Y-Yo...- se volvió a sentir como un adolescente nervioso, soltó un pequeño suspiro acomodando sus ideas y sus emociones, incluso luego de tantos años, su corazón seguía acelerándose al oír su voz- Shoto...hola- fue lo único que atinó a responder.

El de cabello bicolor se sentó a su lado en la banca, observando a Izuku con toda su atención, memorizando cada detalle de él. El viento soplaba suavemente causando que sus cabellos se muevan de manera sutil, afortunadamente no era una noche muy helada, al estar en otoño era un clima agradable. Shoto se veía tranquilo, pero realmente su corazón latía desenfrenado ante Izuku, una parte de el quería abrazarlo y llorar por todo el tiempo que no estuvo a su lado, pero su otra parte le decía que siguiera actuando con calma, esa parte era consecuente y sabía que lo que ambos necesitaban era hablar, aunque fuera doloroso, pero no podían dejar esta historia a medias...Shoto aún quería pertenecer a la vida de Izuku, incluso si era solo como un amigo o conocido, jamás había estado tan seguro de algo.

-Lo lamento -Shoto habla suavemente, esa disculpa ganó la mirada confundida de Izuku.

-¿Lamentar que? -pregunta el peliverde en un hilo de voz, ansioso por el momento en si.

-Lamento haberte lastimado ese día, lamento haberte hecho sentir menos y que te sintieras usado... lamento que mi inmadurez e idiotez hayan sido más predominantes en mi -sus palabras eran cortas, pero fueron las palabras más sinceras que alguna vez ha dicho. La voz de Shoto tembló suavemente en la última frase, le estaba diciendo lo que había pensado durante años, ahora que lo tenía de frente no dudaría en demostrar cuan arrepentido se encontraba.

-Shoto...-Izuku murmura en un pequeño estado de shock, la culpa lo golpeó con más fuerza al escucharlo.

- Por favor, créeme -desde hace tres años, Shoto asistía con un terapeuta y poco a poco fue dando frutos, ya que, ahora podía mostrar verdaderas emociones- no hay nada más que lamente que haberte dejado ir, me enamoré de ti desde que me enseñaste el verdadero valor de la vida, te ame durante años con una intensidad que jamás pude imaginar, mi inmadurez de no querer sanar y avanzar me llevaron a asustarme de mis sentimientos y actúe de manera irracional...no busco justificar mis acciones porque soy muy consciente de ellas, aceptaré tu rechazo, tu ira y tú odio si es necesario porque sé que lo merezco...soy consciente de que ya armaste una vida, tienes el trabajo que tanto deseaste y que te esforzarse por lograr, tienes un precioso hijo el cual sería imposible odiar y probablemente tengas una pareja que te ama tanto como tú a esa persona...pero quiero que me creas cuando digo que te ame, te ame durante nuestros años siendo compañeros, te ame durante tu ausencia y lejanía -suelta un suspiro tembloroso y voltea a ver directamente esos hermosos ojos verdes- quiero que sepas que aún te amo.

Ante la última declaración, el peliverde soltó un pequeño sollozo mientras su corazón se apretaba en su pecho y su cabeza dolía martillando con millones de pensamientos, sentía que era una ilusión. Izuku tomo una de las manos del contrario entre las suyas, las lágrimas caían como cascadas, bajo el rostro sintiéndose incapaz de mirarlo a la cara. Shoto sintiéndose algo culpable de haberlo hecho llorar, extiende su mano libre hasta acariciar suavemente ese hermoso y sedoso cabello peliverde, queriendo consolar a Izuku.

-Hice algo horrible...fui tan egoísta y poco consecuente -solloza Izuku suavemente- también tengo algo que confesar -murmura el peliverde intentando controlar sus lágrimas, aprovechando el cálido contacto en su mejilla, sintiendo que sería la última vez que lo sentiría.

-Izuku...no quiero que te sientas forzado a decirme algo, podemos hablar otro día con más calma si quieres -habla suavemente con una mirada consiliadora, estaba algo confundido ante esas palabras y el llanto de Izuku, pero su prioridad es que este se sintiera bien.

-No me fui de Japón porque quisiera iniciar mi vida profesional en otro lugar -empezó a hablar rápido, antes de empezar a hiperventilar- esa noche...la noche que estuvimos juntos...-su voz se quiebra y su cuerpo se tambalea suavemente ante el revoltijo de sensaciones- me fui porque no quería que supieras...-su respiración quedaba atrapada en su garganta, Shoto iba a intervenir al ver su deplorable estado, así que se apresuró a decir- quedé embarazado...Yato...es tuyo.

-¿Q-Qué? -las acciones del bicolor se detuvieron en ese instante, quedando en shock mientras sus ojos se abrían de la impresión y su rostro perdía color.

Por primera vez en la noche, ambos sintieron el frío calar sus huesos.

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⏰ Última actualización: Jun 19 ⏰

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