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Quiero a mi papá, lo necesito. No se que pasa, estoy muy asustado.

Yato, al saber que hacer, empezó a llorar. Todo a su alrededor no eran mas que manchas rojizas, negras y blancas, el miedo no tardo en aparecer, era acompañado de un efímero y muy desagradable escalofrío. Su cuerpo no le obedecía y se quedaba estático en su lugar; su garganta picaba, ansiosa de dejar saliese un grito, pero el nudo que sentía en ésta no lo dejaba salir. Su mente estaba tan nublada que no notaba que su quirk se había vuelto a activar; todo era un completo caos en la mente del niño, hasta que sintió como lo tiraban de uno de sus brazos y lo rodeaban en un protector y cálido abrazo.

- Todo estará bien, tranquilo. No estás solo- escuchó como susurraban cerca de su oído y unas gentiles manos acariciaban su cabello.

No pudo responderle al héroe, solo se aferró a el buscando consuelo, pues su presencia le calmaba de una manera que a su corta edad no entendía. Poco a poco sintió como su cuerpo se relajaba y su llanto cesaba, en ningún momento aquel héroe lo dejó de abrazar, tampoco de hablarle para tranquilizarlo.

- Eso es- Shoto abrazaba de la manera mas protectora a ese niño- ¿cuál es tu nombre, pequeño?- se atrevió a preguntar una ves el niño se calmó, pero se negaba a soltarlo.

- Y-Yato Midoriya- susurró tímidamente escondiendo su pequeño rostro en el pecho del mayor, buscando refugio.

- Un gusto, Yato- habló con voz suave, estaba totalmente sorprendido, sabía muy bien que aquel niño es hijo de su primer y único amor, pero no podía hacer o decir algo que alterará al niño- soy Shoto.

Mientras tanto, no muy lejos de ahí.

Izuku corría entre la multitud, habían arrestado a los ladrones, los rehenes estaban siendo atendidos, los dos ladrones que salieron disparados estaban siendo atendidos en el hospital. Aún no encontraba a su hijo y eso lo tenía desesperado, para buscar con mas tranquilidad se cambió a su ropa de civil.

- Disculpe señor, no puede pasar- interrumpió su paso un policía, pues, estaba apunto de adentrarse al edificio.

- Mi hijo sigue adentro- habló rápidamente- no puedo quedarme esperando afuera cuando mi niño puede estar herido.

- Lo sé, joven, pero aún quedan héroes recorriendo el lugar- intentó calmarlo aquel oficial- ¿podría decirme el nombre de su hijo? Porfavor- comenzó a revisar una lista con todos los nombres de los rehenes, la cual no había notado.

- Yato, su nombre es Yato Midoriya- tragó saliva nervioso, intentando calmarse inútilmente.

- Está bien, lo buscaré cuando tenga información- escribió algo alado del nombre de su hijo- pero por ahora, tiene que esperar.

- Gracias- susurró en un hilo de voz, hizo una pequeña reverencia y fue a esperar en un lugar dónde no entorpecia el trabajo de los policías, paramédicos, héroes y bomberos- mas les vale no haber lastimado a mi pequeño, de lo contrario desearían estar muertos- susurro apretando los puños.

No sabía que hacer, tal vez hubiera entrado con su traje de héroe, pero juró que jamás estaría con su traje de héroe cerca de Yato, si se sabe que el símbolo de la paz tiene un hijo, todo será un caos y intentarán lastimar al pequeño para llegar a el, no podía exponer a su hijo a tal peligro. Se sobresalto al ser sacado de sus pensamientos de forma abrupta, era su teléfono, en aquella pantalla se dió ver ls persona que llamaba "Mamá".

- Mamá- habló con voz preocupada una vez que contestó el telefono.

- ¡Izuku! ¡¿Estás con Yato?! ¡¿Está bien?!- del otro lado de la línea preguntó una mujer desesperada, se escuchaba como lloraba por lo bajo.

- Aún no se nada- se limitó a responder- te llamaré si averiguo algo...

- Esta bien, cuídate mucho, hijo.

- Tú igual, mamá- colgó el teléfono y se sentó en el suelo, pasó sus manos por su cabello revolviendolo- esto es una porquería.

Iba a seguir maldiciendo, pero se distrajo por escuchar un alboroto, muchas personas soltaron un suspiro cuando los pocos héroes que quedaban en el edificio salieron con algunos niños; buscó la blanquecina cabellera de su hijo, cuándo estaba apunto de rendirse y volver a lanzarse al suelo lo pudo ver; con una rápida mirada analizó alguna herida, la cual no encontró, al contrario de lo que hubiera pensado, su hijo se encontraba riendo aferrado al pecho de un héroe, el cuál lo cargaba, como la suerte no está de su lado no era cualquier héroe.

Shoto Todoroki, el padre de su hijo, el cuál reía totalmente feliz, ambos ajenos a su alrededor.

Ambos sin saber que eran padre e hijo.

- Oh, mierda- no sabía si reír, llorar, cruzar la calle sin mirar, correr a su hijo o lanzarse al suelo...

Entre tantos héroes, tenía que ser el...

Tenemos el mismo cabello, casi el mismo quirk, las fechas coinciden... ¿Enserio creía que algún día no me enteraria?

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Agradezco todo su apoyo y paciencia.

Lamento alguna falta de ortografía o mala redacción.

Te encontré (Tododeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora