1.Un ganador que no juega limpio

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Changkyun observa con una intriga evidente al chico de piel blanca colocarse las vendas en sus manos, listo para iniciar el entrenamiento en ese viejo y muy popular gym entre los pobres sin futuro  donde también todos los chicos o chicas que peleaban en la jaula cada fin de mes tenían el derecho de practicar ahí gratis.

Las vendas tan brillantes y coloridas de negro, una par de tenis del mismo color y de marca al igual que el resto de la ropa de Kihyun gritan a todos los de ese lugar que el chico tiene dinero así que desde el primer día que lo piso  todos lo repelian como si tuviera la peste no por miedo si no porque la gente de su estatus social no era bienvenida.

Pero no Changkyun, quien después de tremenda golpisa que se había llevado por parte de Jooheon, su jefe, el que organizaba esas peleas y tenía otros negocios ilegales, estaba marcando el camino hasta el saco en donde el otro golpea con agilidad y destreza.

Una vez llega con sus brazos toca el costal de boxeo deteniendo los golpes de Kihyun.

- ¿Cuál es tu número, niño rico? - su voz grabé y su ceja alzada decorada de un leve todo morado fulminan esa mirada llena de asco que le da devuelta.

- Nueve - responde de mala gana.

Changkyun sonríe y extendiendo su mano hasta el inicio del saco con su dedo índice golpea una etiqueta.

- ¿Que dice aquí? - pregunta ahora.

Kihyun rueda los ojos y responde

- uno -

- Vete a jugar al saco donde está tu número, niño rico. - el tono soberbio y asqueado que utiliza hace que los puños del insultado se pongan en posición y con las mejillas coloreadas de un rosa estira sus brazos y empuja el cuerpo del moreno quien de inmediato responde pero con la diferencia que sin pensarlo dos veces estampa su puño desnudo sobre la nariz del aperlado.

La euforia, la risa y los aplausos de los espectadores del lugar provocan en el menor rabia. El no estaba ahí para buscarse problemas con los que ahora eran "sus compañeros" el solo estaba ahí para cumplir su sueño de montarse en un ring y que los gritos llenos de energía al igual que los ánimos de la gente llegarán para calmar su ego ó cambiar su tan monótona y correcta vida de rico que llevaba.

- ¿Qué mierda te pasa? -

- Yo solo te dije que te movieras inútil, fuiste tú quien inicio - dice burlesco.

Las voces afirmando con burla resuenan claro.

- Pudrete. - se levanta y sin ganas de ganarse ahora el odio del chico estrella de esas peleas camina hasta el saco que tiene su número.

La verdad es que sabía el orden y como funcionaba eso no evitaba que detestara su número ya que su saco era el más feo y gastado del lugar, cada que su puño recto caía en seco sobre este tenía que tener cerca una cinta gris para inmediatamente detener la grieta por la que se salía el relleno.

Intento convencer a Wonho quien era el encargado del gym de comprar uno. Pero se lo negó con la mas estúpida y certera oración " Aquí las cosas se ganan. Eres un niño rico, si vienes con un costal nuevo todos te van a comer vivo. Tienes que aprender a recibir los golpes con estrés y ganarte tu lugar"

A Kihyun no le importaba realmente, el pero existía porque el peleador estrella osea Changkyun tenía "un sexto sentido" para los que sobrevivirían ahí o al menos según Wonho todos decían que el chico nunca había fallado para darle su lugar o número a las personas que entraban a pelear.

El tenía el nueve, lo que en la jaula significaba que tendría seis meses para prepararse y poder pelear. Lo que en ese mundo se traducía como ser un inútil que solo sabe boxear para quedar bien. No entendía, era bueno y siempre buscaba la forma de aprender rápido, al igual que nunca rompía las reglas. Era impecable en el ring, una estrella a la luz de la luna.
El debería tener el número uno, ser el centro en ese pobre y patético lugar.

El peor boxeador  (Changki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora