Capítulo 2

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Descargo de responsabilidad de las obras; Ennead y Mo Dao Zu Shi.

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El lugar se encontraba desierto. Aparentemente, al menos, la luna iluminaba el oscuro bosque, contorneando su figura hasta desaparecer entre las sombras.

Jiang Cheng se tenso y presiono su espalda contra un sólido árbol.

Nervioso, apretó su mano derecha alrededor de su espada, listo para atacar si se encontraba con lo peor.

A medida que pasaba el tiempo se ponía mas ansioso. Apretó sus nudillos, pensado que Wei Wuxian, siendo Wei Wuxian se iría a la posada por el cansancio.

Si, eso fue lo que sucedió. Ahora tendría que estar comiendo y tomando licor mientras el aun se encontraba en ese lugar. De acuerdo, ahora Jiang Cheng se estaba irritando. Era una irritación familiar, que sabia que a menudo sentía hacia Wei Wuxian. Pero Jiang Cheng no sabia que hacer. ¿Podría irse sin preocuparse? Teniendo presente que existía una mínima posibilidad de que Wei Wuxian siguiera en ese bosque.

Exacto. No podía.

Entonces las horas transcurrieron y seguía sin haber ningún indicio de Wei Wuxian. El cielo antes oscuro se estaba disolviendo en colores muchos mas cálidos y brillantes. Entonces tomo un respiro profundo. Temía que su nervios lo traicionaran. Y luego camino.

Tenia que convencerse que Wei Wuxian se encontraba seguro en la posada, si no quería enloquecer. De pronto, el hombre deseaba tomar precauciones y por ello se fue mucho antes. Después de todo, esos perros Wen los estaban asechando, y no los dejarían en paz hasta verlos muertos.

Demonios, pero algo seguía sin dejar de atormentar su mente. Wei Wuxian le había prometido estar esperándolo, Y no es que Jiang Cheng fuera un imbécil y se enojara porque no estuvo ahí, es solo que si Wei Wuxian no cumplió su palabra es porque algo más sucedió.

Sus manos se movieron inquietas, mientras que su mente pensaba en el peor escenario posible.

¿Los Wen tuvieron algo que ver? Y si ¿lo capturaron?

Wei Wuxian estaba herido. Todavía no se encontraba en las mejores condiciones porque fue impulsivamente su rescaté, y antes de eso su A-niang le había propinado varios latigazos con Zidian.

El solo recordarlo hizo que su sangre hirviera.

Esa perra arrogante de Wang Lingjiao fue a Yumeng Jiang por un maldito capricho. Quería humillar a Wei Wuxian y despreciar a su secta. Y ese maldito capricho termino en el exterminio de su secta. El corazón le dio un vuelco en la garganta y deseo poder librarse de él, porque le estaba jodiendo la cabeza. Deseaba haber podido hacer más para defender a su familia, para defender a su hermano.

Amaba a su A-niang con todo su ser, pero en ese instante que mostró una expresión impasible mientras que meditaba la idea de cortarle un brazo a Wei Wuxian, sintió que no la reconoció y el terror heló su sangre. Sabía de su disgusto por el primer discípulo de Yumeng Jiang, sabía él como odiaba que su hijo siempre quedará en segundo lugar frente al hijo de la mujer que su Fuqin siempre amo, pero nunca por su mente pasó la idea de que fuera tan cruel.

Todavía podía sentir la bilis en su garganta y el horror que se mantuvo en su rostro. Cuando su A-niang, en una muestra de determinación, tomó la espada para cortar de un tajo el brazo de Wei Wuxian. Siendo influenciada por las palabras de una sucia concubina, sin escuchar la suplicas de su hijo y no viendo el miedo que se alojaba en las facciones del adolescente al cual iba a mutilar.

Ahora que su mente estaba un poco más lúcida. Se preguntó que si tal vez esa perra no hubiera hablado de más sobre la oficina de supervisión. ¿Realmente su A-niang habría dejado a Wei Wuxian incapacitado?

¿Oportunidad o condena?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora