Park Jimin, un lindo joven que no logra ver las cosas buenas de si mismo, llenando sin querer sus pensamientos de cosas negativas de si mismo.
Min Yoongi, la persona que se encargará de hacerle ver a Jimin cuan perfecto es y de darle todo el amor qu...
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Día de sol
"Este amor que como espuma sube, que cuando te tomo de la mano por el parque camino en las nubes, parece mentira que ya no recuerdo nada cuando solo estuve, nada se podrá comparar con algo tan especial"
El sol brilla en lo alto, el cielo tiene un hermoso color azul y puedes escuchar a los pajaritos cantar. Por el parque una pareja de jóvenes camina de la mano disfrutando del bello día.
– Minnie, sentémonos ahí – animó el pelinegro señalando un árbol grande frente a ellos.
– Está bien — río bajito.
– Debo admitir que no me gusta salir al sol, pero el que estés conmigo hace que valga totalmente la pena — comentó mientras recostaba su cabeza en las piernas del menor y cerraba sus párpados.
– Yoonie…
– Hmm
– Se que no lo digo seguido, pero te amo, mucho, no te merezco cariño – un beso en la frente del pelinegro fue depositado.
– No sabes cuanto te amo mi niño. Agradezco de todo corazón el que me dieras la oportunidad de ser tu novio, es un gran privilegio para mí el poder decir ante todos que tengo a un lindo ángel como mi pareja.
– No digas esas cosas Yoonie – su voz salió un tanto aguda, al sentirse ruborizar por las lindas palabras cubrió su rostro con sus manos.
- No lo sé, ¿debería parar? Solo quiero dejarte en claro que eres lo mejor de mi vida, y agradezco que seas solo para mí…
Jimin lo interrumpió con un beso, uno cortito, y luego cubrió su rostro con sus manos – de nuevo – para esconder su sonrojo.
Mientras tanto Yoongi lo miraba con una sonrisa grande en sus labios, no es difícil darse cuenta cuanto le encanta ver cómo sus mejillas se vuelven rojitas, como se esconde en su pecho y se queda ahí hasta que el color baje, le encanta todas y cada una de sus reacciones. Le encanta todo de él, lo mira con tanta adoración, pues a sus ojos es totalmente perfecto.
– Vamos, sal de ahí, eres demasiado lindo para esconderte.
Dejo un beso en su frente y se acomodó para poder abrazarlo por la espalda y disfrutar de la vista frente a ellos.
– Debo contarte algo…
– ¿Sobre qué?
– Como ya sabes, llevamos bastante tiempo juntos, y ahora tengo un trabajo estable, y pensé que tal vez… podríamos considerar mudarnos juntos a algún departamento — escondió su rostro en la nuca de su novio a la espera de su respuesta, pero continuo —. Si crees que no es buena idea está bien, no tenemos que hacerlo ahora, podemos esperar más — se apresuró a decir.
– Si quiero, quiero que nos mudemos juntos.
– ¿De verdad? — el rubio asintió feliz — Gracias, gracias por aceptar, te cuidaré y amaré mucho más que ahora, seremos muy felices.
– No lo dudo, sé que lo harás, yo también lo haré contigo... Pero con una condición.
– ¿Cuál?
– Dividiremos las cuentas, no pagarás todo tú.
– Me parece bien.
Cerraron el trato con un beso, uno que duró más que el anterior. Una sonrisa se instaló en sus rostros durante el resto del día.
Al término del día, cada uno en el silencio de su habitación, se dieron el tiempo de pensar en lo que sentían, la felicidad y paz los llenó y aún en la distancia compartieron el mismo pensamiento: “creo que así se siente el verdadero amor”.
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