Luisa Madrigal • [One-shots] 彡

[Cenicienta/ 3 ]

Capítulo dedicado para Marcyniista
Te mando unos abrazotes^^

muamua

°

Ambiente azulado. Las estrellas resplandecían en la oscura noche. Un ambiente fresco y relajante. Las hojas verdes balanceándose entre los árboles. Un olor a canela inundaba por las fosas nasales de las personas, quienes caminaban por el gran salón. Las cortinas rojas cayendo por las brillantes paredes. El piso color azul marino, siendo acompañado por una alfombra roja, llevando camino a las doncellas dentro del palacio hacia la princesa real de su majestad.
Las mujeres arregladas se encontraban en una larga fila por el salón, anhelando posarse frente a la princesa, esperando causar una impresión sobre ellas mismas. Para ser, el amor a primera vista de la persona frente ellas.

Turutututuru

Las trompetas sonaron al compás de la música de fondo. Anunciando los nombres de las concursantes de la visita.

— ¡La princesa Rosa Mela-.. ¿Está bien escrito? —cuestionó el hombre de traje elegante mientras observaba con duda el papel entre sus manos.

— Tú solo léele. —su compañero codeó su hombro mientras aguantaba sus carcajadas.

— Claro. —susurró acomodando su monóculo.— ¡La princesa... Rosa Melateta del Reino de Los Vellos artes.

La persona a su lado sonrió mientras negaba con la cabeza.

— ¿Qué nombre es ese? —espetó mientras miraba a la doncella acercarse hacia la anfitriona del baile.— ¿Y tú cómo puedes estar tan serio? Si el nombre es una tremenda payas-..

— No seas descortés, Pepe. Ni que tú nombre fuera una gloria del cielo. —mencionó con gracia el de suave cabellera.

— Claro, menciona mi espantoso nombre con burla, Mariano.

— Mejor cállate, y ve a ver cómo van los invitados. —susurró hacia el contrario.— ¡La princesa Cha Yanne, del Reino El Torero!

La peli negra de vestido violeta, tomó entre sus dedos la tela de su vestido, mientras se inclinaba en reverencia hacia la mujer de rizos frente a ella. Esta sin ninguna expresión en su rostro, se inclinó de igual manera.

Esto es tan aburrido.

Pensó la de ojos avellana mientras miraba a su Abuela y Tío a lo lejano.

— ¡Bah! Luisa no pone de su parte.

— Quizá es porque... Ella ni siquiera quería estar aquí. —respondió Bruno mientras visualizaba cómo se marcaba más la vena de la frente de su Madre.

— ¡La primogénita del Rey Ozu Na... Malu Mabeibi!

— Y qué demonios con las personas que trajeron a mi Palacio... —negó la mayor mientras visualizaba el cómo su nieta bostezaba a la vista de la Reyna.— Todos son una bola de-..

— ¡Shh! ¡Mamá! —exclamó el de traje verde entre susurros.

— Que cosas... —suspiró con cansancio la dueña del Palacio.

Y así sucesivamente, las bellas mujeres posadas frente a la Princesa, no lograban captar su atención. Para ella, todas eran iguales. No le importaba contraer matrimonio. Ella solo quería seguir yendo a los corrales del Castillo, para jugar y convivir con los Burros del Palacio. Vivir, eso es lo que quiere la Madrigal.

°

— ¡Aquí! Aquí es. —saltó con emoción el menor.— Hemos llegado, Señorita.