Capítulo 6 "introducción a villa 2 pt2"

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(Lado de Jonás)

Me separé de Jack hace unos minutos. Espero no tenga complicaciones al llegar; igualmente esa zona está casi inhabitada por completo y solo mi hermano y yo conocemos la pequeña grieta, debería llegar sin problemas...

Ahora, tengo que apresurarme y estar ahi antes de que asesinen a mi padre.

"no importa lo que tenga que hacer, juro que lo voy a salvar" ....

Corrí a toda velocidad hacia la puerta principal, no tenía tiempo que perder, ni siquiera me podía permitir ningún descanso...

No tenía conciencia de cuánto tiempo estaba pasando, pero me estaba desesperando, ya casi no podía respirar...

Cuando estuve a 20 metros de la puerta, frente a mí se encontraba César y unos cuantos hombres, entre ellos estaba Ricardo, Héctor, Claudio y Jonatan; unos formidables oponentes que apoyaron al golpe en su momento, estaban probablemente buscándome...

César: así que te dignaste a aparecer. ¿Moisés se encuentra bien de salud?

Jonás: ...

César: por lo que veo, no apareciste en todo el día no es así y por arte de magia había una extraña en tu casa, que coincidencia ¿no?

Jonás: ¿una extraña en mi casa?

"debe ser Rei, ¿entonces fue David quien la trajo?"

César: no te hagas el idiota, ambos sabemos de qué estamos hablando...

César: Ricardo, entrégame esa cosa...

Ricardo le entregó una pistola de bengalas a César y éste disparó al cielo y me disparó, mi ropa se empezó a encender, me quité el abrigo lo más rápido que pude, pero durante esos segundos Claudio y Jonatan se acercaron; para, cuando me di cuenta no podía hacer nada contra ellos, me golpearon fuertemente con garrotes hasta dejarme inconsciente...

César ordenó a sus hombres llevar a Jonás a prisión

César: pero antes, quiero pasear su cuerpo inconsciente por toda la villa, los ciudadanos necesitan un poco de entretenimiento ¿no creen?

Héctor agarró el cuerpo de Jonás y lo empezó a pasear por toda la villa, cruzando la entrada, pasaron por la parte marginal, en ese lugar, la gente escupía o le lanzaba cosas a Jonás en señal de simpatía con la legión; al cabl de unos minutos, pasaron por el medio de toda la villa arrastrándolo, para finalmente caminar con rumbo a la zona comercial, ahí, varios pobladores horrorizados y en su mayoría tristes, miraban con desprecio a los guardias y sentían lástima por Jonás, pero al mismo tiempo no hacían nada por el temor que le tenían a César y a la legión...

Se detuvieron en frente del antiguo ayuntamiento donde se encontraron con Víctor, quien en ese momento escoltaba a Moisés y a Rei.

Moisés al ver a su hijo perdió el control, empezó a forcejear mucho con los guardias y comenzó a gritar

Moisés: ¡¡JONÁS!! JOnÁs!! ¡¡HABLAME!!, ¡!HAbLamE!! ¡¿¿ESTAS BIEN?!!

Se le quebraba la voz por momentos y era bastante desgarrador escuchar los llantos de un anciano desesperado.

Víctor golpeo al anciano.

Víctor: ¡ya Cállate! Nadie te ha dado permiso para hablar vejestorio, no hagas alboroto innecesario.

Moisés sollozaba; miró a su pobre hijo todo ensangrentado e inconsciente. Dirigió una mirada fulminante y de odio a Víctor. Parecía querer levantarse y atacarlo, cuando giró...

César lo empujó y lo empezó a patear en el suelo...

César: ¡PEDAZO DE BASURA! ¿No ves que estoy aquí?

César: vaya coincidencia Víctor, aunque para mi gusto te has tardado un poco...

Víctor sudó frio, "no se va a volver a repetir señor". es lo único que se llegó a escuchar...

César: por supuesto que no...

Héctor: señor ya no nos queda más lugares a los que ir, Víctor nos tiene que acompañar, nos dirigimos a la misma dirección.

César: eso ya lo sé, inútil

César levantó su pie de la cara de moisés y lo sujetaron nuevamente.

César: no necesitamos llevarlos al cuartel, iremos directo a la prisión.

César se acercó a Rei, agarro su mentón con fuerza y se la quedó mirando...

luego miró a los demás prisioneros...

César empezó a sonreír: todo este problema, ¿es por esta muchacha? JAJAJAJAJA, vamos a tener mucho de que hablar ¿no creen?

Rei solo lo miró desafiante, con desprecio y odio.

César era un hombre con la mirada perdida, unos ojos muy penetrantes y profundos que se marcaban por la oscuridad de sus ojeras. media más de 1.80 y era alguien realmente de temer a pesar de su delgada contextura, tenía 32 años y estaba fuera de control.

Incluso Víctor quien era un monstruo de 1.90, un hombre entrenado, fuerte y de contextura gruesa, le temía.

César simplemente la miró, dio la orden y se dirigieron a prisión, donde César los empezaría a interrogar...

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