🥀 𝕷𝖔𝖛𝖊 𝕭𝖎𝖙𝖊𝖘 | 𝔐𝔞𝔶𝔩𝔬𝔯/𝔐𝔞𝔶𝔠𝔬𝔫/𝔇𝔢𝔞𝔩𝔬𝔯 🥀

The bitch is back

🦇Roger P.O.V.🦇

Brian fue un idiota al proponerlo.

Se lo hice saber, y si bien quise arrancarle la cabeza como solo mi yo cazador de bestias sabía que funcionaría para ponerle fin a todo, él seguía siendo mucho más fuerte que yo. Va, va bien. Soy nuevo en todo esto, en ese momento al menos era todo un principiante. Según Sarina, Brian salió hecho una furia de la habitación y cuando las alcanzó en la cocina se puso a discutir con Anita. La habían mandado conmigo, pero se quedó en las escaleras escuchando todo el bardo.

Anita no quería que vaya por John, no cuando me tenía a mí para acompañarlo. Ella solo no quería que se quedara solo, pero no quería tampoco que abusara de su suerte. Y no tenía que hacerlo. En serio.

Lo amaba, amaba a Brian, y él me amaba a mí.

Tal vez ambos teníamos miedo, y nos tocaría cambiar muchas cosas para que funcione... pero al mismo tiempo me tomó tan solo un par de noches sin que él venga a casa para darme cuenta de que sí, aún lo amaba. Y sí, podría perdonarlo. 

Sarina volvió al estudio para recoger todo lo que yo había tirado, y encontró una segunda libreta de bocetos que me entregó después en secreto. Muy emocionada. Me pidió que la vea, y que me hable de esos dibujos como si yo los hubiese hecho. Al inicio creí que era otra colección de pinturas de John y casi lo tiró al fuego de una fogata de juguete que tenía mi habitación, pero en la portada de cuero la frase XVIII BARCELONA se leían claramente, y dentro solo habían dibujos míos.

Era yo, conduciendo mi vieja carreta. Era yo, peinando a Tempesta. Era yo, discutiendo con un panadero, que si mal no recuerdo me dio pan de maíz en lugar de centeno aquel día y solo perdí los estribos y me puse a armar un berrinche en medio del mercado. Fue en aquel viaje a Francia, dos días de viaje lejos de los Pirineos Orientales donde aún se hablaba catalán, y pues... mi francés nunca fue muy bueno, por lo que la conversación con ese necio panadero no fue muy productiva.

En fin, el ver esos dibujos trajeron imágenes diversas, algunas más borrosas que otras, de mis tiempos con él. Él los había registrado todos, de todo. Incluso aquellos que eran íntimos, y eran quizás los más fáciles de recordar, porque de todos estos lugares lo que más resonaba en mí era el contacto piel a piel con Brian. Sarina me dijo que para recordar todo lo demás debía ir a esos lugares y tocar los árboles, los caminos y las fuentes de agua. Pero no necesitaba viajar a ningún lado para recordar que Brian estuvo ahí conmigo, y recordarlo a él y todo lo que hicimos juntos. 

No precisaba más que esa libreta llena de color y de pintura, para recordar lo que más de una vez él había hecho con ella.