Amor no solo hay uno

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🦇 Roger P

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🦇 Roger P.O.V. 🦇

Los encontré a tiempo.

Justo a tiempo.

Grité su nombre y John se soltó del agarre apenas escuchó mi voz, y pude jurar que mi corazón latió con fuerza, extasiado, cuando hicimos contacto visual y escuché que gritaba mi nombre de regreso y que corría hacia mí. Quizás fue su corazón, y no el mío. ¿Eso no significaba que John era tan mío como de él? Después de todo, en esta vida, él era y sería por siempre mi primer amor y yo el suyo. Es lo que Brian tenía que entender.

—¡Estás vivo! — exclamó una vez que nos fundimos en un abrazo que casi me taclea del techo. Hubiese podido volar, pero igual hubiese sido trágico... digo, se hubiese pegado un sustazo. Pero no fue así. En su lugar, pude corresponder al abrazo y levantarlo por los aires, de la misma forma en la que lo hicimos tantas veces tras una separación insufrible; y le doy una vuelta antes de depositarlo con cuidado en el piso y mirarlo a los ojos.

La sonrisa que John me dedicó era preciosa, la más hermosa que he visto en mi vida. Noté que sus ojos estaban a punto de desbordar en llanto, y sentí las ganas de llorar también, pero no podía. Algo en mi mirada debió llamar su atención, puesto que la sonrisa se borró al poco tiempo y en su lugar apareció un diminuto puchero. Nunca apartó su mirada de la mía. Nunca sus ojos dejaron de atentar con llanto. Es más, lloró, pero ya no se sentía como un sollozo alegre sino uno triste, y me preocupé. Quiso decir algo, varias veces, y esperé. Pero solo negó y suspiró por debajo de su aliento un "no, por favor, dime que no", tan desesperanzado y asustado, que algo dentro mío se rompió en ese instante.

Él lo sabía.

Quizás fue su convivencia con Brian todo este bendito tiempo, y mi desaparición acompañada de tal espontánea reintegración al mundo... pero lo supo casi de inmediato.

Antes de que pudiera decirle algo se acercó a besarme, y quizás fueron mis labios, tan fríos y particularmente suaves, que lo hicieron alejarse. Sin saber qué decir, volvió a abrazarme, esta vez rodeando mi torso y no mi cuello como antes, lo que le permitió acunarse en mi pecho y apegarse a él como acostumbraba. Buscaba el latido de mi corazón, algo que lo tranquilizara, pero ahora era imposible que lo escuche.

Alza la vista, me mira a los ojos, y puedo notar el preciso instante en el que se desparrama esa gota de esperanza.

—Dime que no... dime que sigues aquí. Por favor — implora, con esa inocencia que ya no es infantil sino un intento desesperado aferrarse a lo que alguna vez fuimos. Pero no puedo mentirle, ¿o sí?

No cuando es tan obvio, y cuando no hay vuelta atrás.

Acaricia mi rostro y por inercia me apego a su tacto. Acaricio el suyo y él hace lo mismo, con la familiaridad de siempre, pero con un tinte de tristeza que sé que nunca estuvo presente antes.

🥀 𝕷𝖔𝖛𝖊 𝕭𝖎𝖙𝖊𝖘 | 𝔐𝔞𝔶𝔩𝔬𝔯/𝔐𝔞𝔶𝔠𝔬𝔫/𝔇𝔢𝔞𝔩𝔬𝔯 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora