¿Corazón roto?

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Ahí en el patio se hallaban dos pequeños jugando a las atrapadas, la señora Atthaphan había permitido que el mejor amigo de su hijo se quedará está noche con ellos, mañana no había escuela por lo cual los dos podían disfrutar de una tarde y noche llena de risas.

Cuando de repente el pequeño Gun de solo nueve años en su gran carrera por atrapar a su amigo tropezó, cayendo de cara en la tierra. Sintió como sus ojitos comenzaban a inundarse de agua, de verdad había dolido y no había alcanzado a meter sus manitas para detener un poco su caída.

-¿Gunnie, estás bien?- Ahí estaba siempre su mejor amigo, recogiéndolo en cada caída que sufría.

Como aquella vez que un bravucón quiso aprovecharse de él, Off había llegado corriendo hacía ellos defendiéndolo, aunque al final ambos habían terminado con un golpe en sus pequeños rostros, pero Off no iba aceptar eso y planearon la mejor venganza poniendo una cubeta en la puerta y cuando ese idiota la abrió terminó completamente mojado.

-Vamos Gunnie no llores, vayamos por galletas- El pequeño Gun sonrió mientras tomaba la mano ofrecida y corrieron en busca de esas galletas que les habían dicho que tenían que esperar hasta la noche.

Sí, Gun veía a Off como un superhéroe, siempre lo seguía en cada una de sus aventuras. Siempre eran ellos contra el mundo, Gun pensaba que cuando ellos estaban juntos el mundo tenía una magia quitándole horas para que avanzará tan rápido.

-¡Niños, les dije que esperarán!- Habían sido atrapados en el acto, el pequeño Off tomo cuatro y comenzó a empujar a Gun fuera de la cocina.

-¡Corre!- Gun sabía que no tenía caso, al final estaban en su casa y como mayor autoridad de la casa, su mamá podía entrar a todas las habitaciones, pero como siempre se dejaba llevar por Off corrió con todas sus fuerzas esquivando a su madre entre risas con su amigo.

Gun pensaba que el fin de semana no era lo suficientemente largo y juraba que la horas se habían cortado durante esos días. La señora Adulkittiporn había llegado por su amigo.

-Mamá ¿Puedo quedarme otro día?- Off pidió en su tono dulce intentando convencer a su madre.

-No, mañana tienes escuela y no sean exagerados chicos, vivimos cruzando la calle. Desde que tienen cinco años hacen este tipo de drama- Eso era lo único que ponía feliz a Gun, pues su mejor amigo siempre estaba cerca…siempre.

En la escuela nada cambiaba entre ellos, si había alguna travesura con uno involucrado todos sabían perfectamente que el otro también lo estaba, pero como no todo era perfecto, todos los días tenían a Oab. Su bravucón haciéndoles burlas a ambos.

-¡Ustedes dos dan asco! Los hombres no se protegen tanto, por ejemplo, yo no necesito una niñera que me proteja- Gun rodó sus ojitos al escuchar la fastidiosa voz de ese niño.

-Tú estás solito, porque no tienes amigos- Para Gun, Off siempre tenía algo muy, muy inteligente que decir para defenderse y nunca lo defraudaba.

-¡Gun y Off son novios! ¡Son novios!- Oab cantó un poco en tono de burla señalando a los amigos.

Gun siempre había visto el lado tranquilo de Off, sus venganzas eran un tanto inocentes, pero en ese momento su amigo dejo esa imagen y se lanzó a los golpes a Oab por alguna razón, a Gun nunca le habían molestado ese tipo de burlas, es más podía decir que lo hacía sentir algo extraño en su pancita, pero hoy se daba cuenta que a su amigo le disgustaban.

-¡Gun ayúdanos a separarlos!- Otro compañero lo saco de su trance y de inmediato corrió a tomar a su amigo de la cintura separándolo de Oab.

-¡Off, basta!- Gun gritó desesperado por detener la pelea.

Permíteme QuedarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora