CAPÍTULO5
ARIES
Llevábamos ya 5 horas trabajando sin parar, pero la frustración se apoderaba de mí, ya que no encontrábamos absolutamente nada que nos pudiera ser útil sobre la vida de Dylan Martínez. Además, en todo ese tiempo, Leo no se molestó en dirigirme la palabra a no ser que fuera estrictamente necesario y la verdad, me estaba cansando ya, así que decidí cortar con todo esto de la mejor manera que se me ocurrió.
_Oye -lo llamé- No me has dicho por qué te quieres vengar de él.
Dejó de leer y me miró con algo de confusión en cara, ¿Tan mala ha sido mi pregunta?
_Es algo poco interesante la verdad -dijo encogiéndose de hombros-
_Soy toda oídos.
Leo levanto una ceja con una expresión en el rostro que dejaba ver lo mucho que le asustaba esta escena.
_ ¿Ahora eres amable?
_Eh, yo que tú aprovechaba, no suelo ser amable.
Se quedó varios segundos pensativos en los que yo aproveche para fijarme en su atuendo. Era una camisa bastante formal azul celeste con líneas verticales blancas y unos pantalones vaqueros oscuros que tenían y una mancha de café cerca de las rodillas.
Cuando pensé que iba a volver a pasar de mi como había hecho durante todo el día habló:
_No sé si te convencerán mucho mis argumentos.
_Bueno, podrías empezar por un resumen y ya luego me pones en contexto.
_ Hoy estas inspirada por lo que veo.
_Todos tenemos momentos de lucidez.
_Concuerdo contigo ángel caído.
_Bueno, ¿Me dices algo o no?
_Bueno... -dijo algo, ¿Avergonzado? – El motivo principal por el que me quiero vengar es...
_ ¿Es qué? -soplé- que no me voy a reír de ti.
_Bueno, es... por envidia.
Lo intente. Te juro que lo intente, pero me fue imposible no reírme. ¿Como podía querer matar a alguien por envidia? Ni que se le pudiera envidiar algo a ese hombre -aparte de tener una fortuna, claro-
Leo me miraba con mala cara por mi risa escandalosa, pero de repente su cara paso del enfado a la impresión y no supe por qué.
_ ¿Qué es tan sorprenderte?
_Te has reído -dijo fascinado-
Inmediatamente me puse serie y empecé a mirar la información sobre la mesa para no tener que mirarlo a la cara.
_Me gusta tu sonrisa.
No sabía que decir ni que hacer, esto era demasiado incómodo para mí. Llevo toda mi vida evitando las sonrisas, solo sonreía con mi círculo cercano y él no lo era, eso lo hacía más molesto todavía.
_Se acabó el descanso, a trabajar.
Leo no dijo nada, solo se sentó y empezó a leer los papeles que se esparcían por la mesa, pero por el rabillo del ojo pude ver como se le asomaba una pequeña sonrisa.
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Aries
Short StoryAries lo ha perdido todo. Solo le quedan los restos de un corazón destruido por la ausencia de su familia. Solo hay una cosa que puede calmar la ira de Aries... La venganza. Se pasará años buscando como hacerla y cuando por fin la tiene al alcance...