— ¡Arriba!, ¡los quiero a todos en el pozo en diez minutos! —. Se oyó la voz de Cuatro en toda la sala.
Abrí primero un ojo, viendo directo hacia el catre de Peter. El azabache también tenía un ojo abierto y al verme, abrió ambos y se dió la vuelta, quejándose porque aún era muy temprano y habíamos dormido poco por la fiesta de anoche.
— Todo era una trampa —. Se quejó Will mientras se acostaba en mi "cama".
Rodé ambos ojos y comencé acariciar su cabello. El castaño agrandó su puchero y me miró con sus enormes ojos de Bambi.
— Bae, por favor. Tómalo —. Me tomó de la mano y me dejó su único calzado. — Vamos, pégame... ¡Vamos, pégame Bae!, ¡Ya no puedo seguir así!
— Apenas llevas un día aquí —. Se escuchó el murmuro de Al.
Volví a rodar ambos ojos y con pesar me levanté del catre, dejando caer su cabeza en la delgada sabana.
Peter gruñó y le aventó su única almohada, pero Will fue más astuto y la detuvo antes de que lo golpeara.
— Mejor toma esto —. Me lanzó la almohada de Peter. — Dolerá menos.
Tomé la almohada y lo miré mal.
— No voy a pegarte con una bota —. Le aventé el zapato en mi mano izquierda. — ¡Y menos con la almohada de Peter! —. Le aventé la almohada en mi mano derecha. — Podría meterlo en problemas.
La mirada de Will pasó de ser una de cariño, a una de traición absoluta. Peter se carcajeó triunfante.
— A veces creo que lo quieres más a él que a mi —. Dijo el castaño con pesar.
— Ni que fuera un secreto, Will —. Espetó Al mientras se levantaba de la cama.
Le sonreí a Will al pasar a su lado en dirección al baño. El castaño me miró con esperanza brillando en sus ojos, esperando que le dijera que era mentira.
— Lo quiero más a él que a ti —. Le aseguré mientras comenzaba a desfajarme la camiseta para entrar al baño.
Los chicos se rieron en el fondo haciéndome sonreír también. Podría acostumbrarme a estas mañanas.
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Apenas y pude volver a respirar con normalidad, me di cuenta de que Cuatro estaba hablando de algo que parecía ser muy importante. Tragué la poca saliva que me quedaba en la boca y traté de ponerle atención, lo malo era que no sabía a cual de los dos Cuatros borrosos debía ponerle atención.
