I'm too far gone to pray

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No tiene idea que fue lo que le hizo tomar la decisión de irse esa noche. Actualmente sigue sin saberlo y mantiene la carga en sus hombros desde entonces.

Aquel bosque estaba frio. No debería de ser así.

A lo poco que Fergal le había explicado, eran escasas las veces en donde se llegaba a sentir frío en aquel lugar; eso simplemente no parecía pasar. Se supone que no debería de estar dudando a esas alturas de su corto y silencioso viaje.

Y tampoco tiene idea porque unos ojos tan verdes como el césped de las mañanas lo incitaron a regresar; porque con cada paso que daba, su alfa se sentía diez pasos más distante. Y le enojaba no entender porque pasaba eso.

Se supone que tu casta proviene de tus instintos, se supone que debes estar conectado siempre con éste; para estar fuerte, alerta. Pero esa noche no parecía ser así.

Y puede que exista una pequeña posibilidad que se haya arrepentido y estuviera a punto de volver. Solo tal vez.

Pero todo cambio cuando la vio.

Estaba sentada a la orilla de un riachuelo que recordaba a la perfección. Estaba abrazando sus rodillas mientras tenía la mirada puesta en aquella agua que brillaba con la luz que la luna le brindaba.

Se acercó poco a poco, aún sin saber como fue que llegó a ese lugar sin perderse.

Y cuando estuvo a unos pocos pasos, su amiga se dio cuenta de su presencia. La joven pareció soltar un suspiro cargado de alivio y remordimiento. Se levantó de golpe y corrió a los brazos del alfa.

El toque lo sintió lejano, pero no podía negar que se sentía mucho más tranquilo al saber que aquella chica estaba bien. 

---Yo sabía que ese torpe culo de alfa se había salvado de alguna forma. ---Louis no respondió.

Tampoco correspondió el abrazo, tenía algo más importante que hacer antes.

Y en ese instante supo porque tomó la decisión de asistir esa noche, y hacer caso al pergamino que había recibido hace unas horas. Con cuidado, tomó las muñecas de Phoenix, la alejó unos cuantos centímetros de su cuerpo y la miró fijamente a los ojos.

---¿Por qué me mentiste?

Aquello fue lo único que bastó para que la chica entendiera que hacía Louis ahí. Debía plantearse aquella respuesta; ni siquiera ella lo sabía, talvez la soledad, el querer tener alguien con quién platicar.

O querer sentir lo que era tener una familia. No lo sabía.

---No quería estar sola.

A pesar de que relajó su semblante ante aquello; sabía que había más. Tenía una leyenda marcada en su memoria. Los ojos son las ventanas del alma; y Phoenix se estaba guardando la verdad.

Pero por más que intentó ser duro, ir contra todo aquello que le gritaba que se fuera de aquel lugar; que regresara a las aldeas, donde iba a estar seguro, donde había gente que sin conocerlo confiaban en él. Donde estaba un omega esperándolo.

No pudo hacerlo. Porque, así como era un experto para descubrir cuando alguien le estaba mintiendo; era un experto mentiroso. Y tenías que ser demasiado listo para engañarlo.

Así que terminó de relajar su semblante y ahora ser él quien empezara un cálido abrazo. Uno que destensó por completo a la chica frente a él. Uno que le transmitió seguridad. Y tal vez, solo talvez. Podría encontrar un poco de verdad en sus mentiras.


(...)


---La gente de ese lugar no es mala.

A la sombra de un robleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora