—Listo, señora Natasha, ahora debo irme. Por favor, cualquier cosa me llama al celular.
Intenté no gritar demasiado fuerte, aunque la niñera de San se encontraba en la cocina y yo estaba en la puerta, cargando mi gran trípode en mis manos y la cámara colgando hacía un lado. Todas las mañanas, antes de ir a la Universidad, me tocaba decirle las mismas palabras a la mujer, ella era muy linda y sencilla, sin embargo había descubierto que a pesar de no pasar de los cuarenta años, la pobre tenía e sentido del oído muy poco desarrollado, a veces había que repetirle las cosas unas dos o tres veces hasta que las entienda.
Debido a que las clases iniciaban muy temprano, casi nunca lograba encontrar a mi pequeño despierto para despedirme, solo me encargaba de comerlo a besos antes de irme y ya era cuando estaba de regreso que pasábamos el tiempo disfrutando, eso si no tenía ningún evento que fotografiar o sesión fotográfica que hacer para la revista. Una vez escuché una aprobación de parte de Natasha, salí de mi casa y cerré con seguro la puerta.
—Ven, te ayudo con eso.
—Seonghwa, no pesa tanto, puedo ponerlo yo en la parte trasera del auto.
—O puedes irte sentando y colocando la calefacción, hace frío ¿No crees?
Bufé, obedeciendo muy a regañadientes, le entregué el trípode y fue él quien se encargó de acomodarlo en los asientos traseros, colocándole incluso el cinturón para que no se moviera de su lugar. Me senté en el lugar del copiloto e hice lo que me indicó, no me tomó mucho encontrar el botón, ya otras veces lo había visto colocándolo cuando me recogía de clases.
Sí, digamos que aquel día acepté su propuesta, ahora soy el "amigo" de Park Seonghwa, el gran heredero de la empresa P-Alfa, una de las más conocidas en el país y seguro fuera de éste también ¿Cómo paso? No tengo idea ¿Qué si estoy feliz? Bueno, ignorando el hecho de tener a mi Omega llorando de felicidad cada que Seonghwa me sonreía o simplemente me hablaba de cosas triviales, digamos que lo estoy tomando tranquilamente bien.
Después de una larga charla sobre cuándo o que días vernos, mejor dicho, le expliqué que yo no contaba con un horario fijo, no sabía que días me necesitaría la empresa y tampoco sabía si tendría demasiadas tareas en la Universidad como para salir con él, eso además de contar con un pequeño de hermosos ojos miel y cabello castaño que me robaba muchísimo tiempo, aunque yo encantado le entregaba cada segundo de mi vida a mi pequeño San.
Seonghwa hizo los cálculos, me pidió mi horario de clases y a día siguiente me lo encontré estacionado fuera de mi casa, esperando para llevarme a la Universidad, luego me recogió, eso ya hace una semana. Él aún no entra a mi casa, no le he dado la oportunidad, es el único Alfa que ha podido conocer a mi pequeño y no quiero apresurar absolutamente nada. Venga, Hongjoong ¿Qué vas a apresurar si solo son amigos?
Solté un largo bostezo, despejándome un poco, mientras el auto iniciaba con su típico recorrido, ahora que iba con Seonghwa, llegaba mucho más rápido a la Universidad, pero eso no evitaba que me levantara todos los días a la misma hora, al final ya estaba acostumbrado, así que de vez en cuando observaba a Seonghwa tomar los caminos largos antes de llegar a nuestra parada, no me molestaba, nunca le dije nada, siempre era bueno estar a su lado, aunque me estuviera ilusionando, se sentía muy bien.
—¿Cansado?
—Algo. Uno de mis profesores me dejó una tarea gigante, creo que he dormido solo una dos o tres horas, me siento muerto—. Otra de las cosas que admiraba de nuestra relación actual, después de una semana de esto, era mi capacidad de ya poder hablar con él sin ponerme nervioso o sin sonrojarme como una colegiala. O era muy bien actor o las cosas me estaban saliendo peor de lo que esperaba y mi Omega en vez de alejar el sentimiento, a cada segundo conseguía más comodidad con el Alfa de Seonghwa.
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𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚 | 𝑆𝑒𝑜𝑛𝑔𝑗𝑜𝑜𝑛𝑔 (Adɑptɑción)
Fanfic𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚 | 𝐶𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑙𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑎 𝑑𝑒𝑓𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒𝑙 𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎 𝑖𝑚𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑜, 𝑝𝑖𝑒𝑟𝑑𝑒𝑠 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑝𝑒𝑛𝑠𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑝𝑜𝑠𝑖𝑡𝑖𝑣𝑜 𝑑𝑒 𝑎𝑙𝑔𝑢́𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑟...