—¿Estás bien, bebé?
—Ujum—. Suspiré. Sentí su nariz inhalar entre mis cabellos y asentí, dolía un poco y me sentía bastante sucio... Literalmente, pero no quería moverme de entre sus brazos, me había hecho un ovillo a su lado en la cama y mientras mi cabeza se apoyaba en su pecho, su brazo se encargaba de acariciar la parte baja de mis cabellos, cerca de mi nuca. Mis dedos masajeaban su pecho desnudo mientras solo respirábamos, relajados, en un completo silencio.
Sabía que teníamos que hablar, pero no quería iniciar con una conversación en la que recordaríamos cosas que solo nos habían separado, Seonghwa ya se encontraba estable y aunque lo sentía bastante tranquilo, imaginé que quería ser escuchado como también oír mi parte de la historia.
—Fue mi madre—. Dijo después de otros segundos de silencio total. Solté un largo suspiro más, sin detener los movimientos de mi mano, sintiendo su cuerpo tensarse ligeramente y su corazón acelerarse. Y sí, sentía el latir de Seonghwa sin necesidad de estar muy cerca.
—No tenemos que mencionar eso si no quieres—. Subí la mirada para dejar un pequeño beso en su barbilla, rozando después esta con la punta de mi nariz, sintiendo el escozor de su corta Barba, causándome cosquillas. —No estoy enojado.
—No, pero yo sí—. Él habló firme y seguro, aunque su suave tacto sobre mis cabellos me confirmaba que continuaba relajado. —Juro que... Te juro que tenía tantos deseos de matarla, y aún ahora, de solo pensarlo, quiero hacerle daño, Hongjoong... Quiero que pague por todo lo que te hizo.
—Nos hizo.
—Sí, pero tu dolor es el que me destroza el alma, no el mío—. Seonghwa suspiró, entonces él bajó la mirada y me encontré con sus ojos en el momento en que me aparté hasta apoyarme sobre su antebrazo. —Cuando me enteré que estabas sufriendo yo... Te juro que perdí la cordura, nunca me había pasado, jamás me sentí tan... Salvaje o enloquecido, pero me juré que mataría al causante de tu sufrimiento y me tocó descubrir que mi propia madre había planeado todo eso.
—Hey... Está bien—. Restregué con suavidad mi rostro en su pecho, tratando de relajarlo. —No te alteres de nuevo... Por favor, te hace daño pensar en eso, no lo hagas.
—Estuve a nada de perderte—. Él siguió. —¿Qué tal si ya era demasiado tarde? Si cuando llegaba ya no estabas o algo peor... Más encima, lo que ocurrió con San...
—San está bien—. Afirmé. —Él está en un lugar donde lo están cuidando. Hwa, lo quiero en mis brazos tanto como te imaginas, pero si te alteras, puedes cometer una locura y no deseo que eso suceda. Eres un Alfa y perdón, pero no sé caracterizan por tener el mejor autocontrol cuando de enojo hablamos.
Me recordaba una y otra vez que San estaba bien, porque sea como sea, vaya con Seonghwa o con una manada de Alfas acompañándome ahora, luchas contra la ley era un plan suicida, estúpido y demasiado complicado. No quería eso, quería a mi hijo conmigo pero sin necesitar de huir más. Con Seonghwa presente, ya no había razón para huir.
—Bueno... Me has sabido controlar bien—. Él sonrió de medio lado, sacándome una sonrisa también.
—Sí, pero se me agotaron las baterías, así que será mejor que te relajes, galán—. Sus labios besaron los míos apenas terminé de hablar, disfrutando del sabor que ya me pertenecía y del delicioso aroma suyo que se encargaba de llenar la habitación. —Es cierto... Tengo que curarte los nudillos.
—Está bien... Mingi se encargó de ellos cuando me salvó.
—Bueno, Mingi es... Oh mierda ¡Mingi!
Sin hacerle caso a la pregunta que escapó de los labios de Seonghwa después, me intenté levantar de la cama, aunque con solo sentarme terminé cayendo de nuevo hacia el lado opuesto, víctima del peor dolor posible, justo en la parte baja de mi espalda. Gemí y Seonghwa gruñó, levantándose para tomarme en brazos de nuevo, devolviéndome a mi posición anterior: Entre sus brazos.
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𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚 | 𝑆𝑒𝑜𝑛𝑔𝑗𝑜𝑜𝑛𝑔 (Adɑptɑción)
Fanfiction𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚 | 𝐶𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑙𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑎 𝑑𝑒𝑓𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒𝑙 𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎 𝑖𝑚𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑜, 𝑝𝑖𝑒𝑟𝑑𝑒𝑠 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑝𝑒𝑛𝑠𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑝𝑜𝑠𝑖𝑡𝑖𝑣𝑜 𝑑𝑒 𝑎𝑙𝑔𝑢́𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑟...