—No puede ser... Y-Yo...
Al segundo siguiente de que procese con totalidad su palabras, llevé mis dos manos a mi vientre, acariciándolo con suavidad, cerrando mis ojos con fuerza y preguntándome cómo es que no lo había visto venir, tantas náuseas y tanto dolor solo podían significar que me estaba acostumbrando, mi organismo se adaptaba para el pequeño que crecía en mi interior.
—¡¿ME ESTÁS JODIENDO?!— Oí distante la vos de Jongsuk, él se alejó de Boyoung y de mí, caminó por lo largo de todo el lugar y al segundo siguiente Hungsik entró corriendo, preocupado por lo que estuviera causando que el Alfa se altere de esa forma.
El ambiente no tardó en llenarse de las feromonas de Jongsuk, algo que al inspirar lo sentías hasta en la boca y te llamaba a querer vomitar, o quizás solo era yo. En serio necesitaba una cubeta o algo, no podía aguantar tantas náuseas golpeándome como retorcijones que solo lograban hacerme encoger más en mi pequeño espacio.
—¿Qué sucede? ¿Qué tienes, Jongsuk?
—Apestas, estúpido—. Boyoung acercó su mano a su nariz, cubriéndola del aroma que cada vez se hacía más fuerte. —Joder, Hungsik ¡Llévatelo! Parece tóxico.
Sorprendentemente, Hungsik obedeció y aunque no lo vi, escuché los pasos fuertes y duros de Jongsuk y del otro Alfa, para luego oír una puerta cerrándose con fuerza. Suspiré entonces, liberando todo el aire que no siquiera sabía que estaba aguantando, apoyando mi cabeza en la pared, cerrando los ojos por un segundo.
No hacía falta sumar dos más dos para saberlo, estaba esperando un hijo de Seonghwa.
Y aunque sentía a mi Omega enloquecer de felicidad en mi interior y esas enormes ganas de sonreír al imaginar un pequeño bebé idéntico a ese hermosos Alfa, la parte racional de mi cabeza me recordaba donde estaba, con quienes, el peligro que aún corría y como este aumentaría una vez Jongsuk se tranquilice.
—¿En serio no lo sabías?— Oí la calmada voz de la chica que aún continuaba en la habitación y me cuestioné si debía contestarle, pero al recordarme que me salvó de un trauma del cual seguro ni saldría cuerdo, pensé entonces que quizás de merecía el beneficio de la duda.
—No—. Murmuré, mirándola por el rabillo de mi ojo derecho. —No debe estar tan grande... Menos de un mes ¿No?
—No puedo saber eso, lo siento—. Boyoung se colocó de rodillas a mi lado, mirándome con curiosidad. —Solo sé que estás esperando un cachorro, eso es lindo ¿No? ¿Es de ese chico? Uh ¿Seonghwa? ¿Era así?
—Sí—. Aunque aún me encontraba alerta, me atreví a observarla directamente, dejando que las palabras salieran de mi boca sin siquiera pensarlas. —¿Me puedes traer ropa? Tengo frío—. Carajo.
La verdadera razón ni siquiera era el frío, sino la humillación de mi desnudez en un espacio en donde sentía cualquier cosa menos comodidad. Por un segundo, me imaginé que los Omegas que servían para el tráfico de personas deberían vivir así ¿No? Como animales, totalmente desnudos, esperando que llegue alguien que los quiera usar como juguetes de todo tipo.
—Claro—. La dulce voz de Boyoung me sacó de mis pensamientos, sorprendiéndome por lo amable que sonó. —Igual Jongsuk tardará en calmarse, déjame traerte algo de la ropa de Hungsik, creo que él queda mejor con tu contextura.
Su suave mano se paseó por mis cabellos y luego se levantó, marchándose. La miré hasta que desapareció por las escaleras y entonces volví a observar justo al frente de mí, sin haber soltado mi abdomen en ningún sentido, cerré los ojos, seguro a Seonghwa le emocionaría mucho saber que las pastillas de Mingi habían fallado. Quizás me besaría, me cargaría y me daría vueltas como en las malas novelas cursis, aunque en este caso yo moriría de amor, no de lo jodidamente empalagoso que sonaba, sino de lo malditamente mágico que era.
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𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚 | 𝑆𝑒𝑜𝑛𝑔𝑗𝑜𝑜𝑛𝑔 (Adɑptɑción)
Fanfic𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚 | 𝐶𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑙𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑎 𝑑𝑒𝑓𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒𝑙 𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎 𝑖𝑚𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑜, 𝑝𝑖𝑒𝑟𝑑𝑒𝑠 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑝𝑒𝑛𝑠𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑝𝑜𝑠𝑖𝑡𝑖𝑣𝑜 𝑑𝑒 𝑎𝑙𝑔𝑢́𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑟...