Capítulo 7

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Saint observó detenidamente la cara de Perth, y se convenció a sí mismo de que la razón de su nerviosismo y sus latidos acelerados era porque aún quedaba un encuentro entre ambos, que una vez Perth salga de su vida podría volver a tener paz. Así que para saber cuando termina todo esto, Saint preguntó —¿Cuándo vas a utilizar nuestro último encuentro?—

La respuesta de Perth fue inmediato, como si no tuviera en qué dudar —Lo utilizaré en mi último día, antes que me vaya—

*En menos de una semana* Saint pensó recordando la fecha en el boleto de avión que Perth le mostró. —¿Entonces piensas aparecer en todas las reuniones hasta entonces?—

En vez de responder a la pregunta, Perth pasa a Saint y camina fuera de las escaleras de emergencia, como si la respuesta fuera obvia y que por lo tanto no hay lugar para discusiones.

A Saint le hubiera gustado preguntar la razón para hacer todo esto, en vez, suspiró resignado para luego seguir a Perth afuera y se sorprendió al ver al director Noppakao esperándolos —Director, ¿porque se encuentra afuera? hubiera esperado adentro—

Kao sonrió, sin darle mucha importancia el haber esperado —Bueno tengo que regresar a trabajar—

La expresión de Saint era dulce —Ya veo... El almuerzo fue un poco largo ¿no es así?— preguntó el ojimiel un poco avergonzado y culpable por haber tomado tiempo valioso del director.

Aquella actitud hizo que la expresión del ojigris se oscureciera.

Saint entonces sonriendo, sacó su billetera para pagar. No obstante lo que dice Kao lo detiene 

—¡Ah, si! No hay porque molestarse, la cuenta ya ha sido cancelada—

Saint sorprendido mira a Noppakao —¿Por usted señor?—

Perth interrumpió la pregunta de Saint caminando a su lado —Yo he pagado— ya enfrente del mostrador el ojigris agarró uno de los dulces de manzana colocados en un recipiente, lo sacó de su envoltorio y se lo metió a la boca.

Saint giró para mirar a Perth con incredulidad —...puede que no sepa, pero las reuniones de trabajo incluyendo cualquier comida del día se pagan de parte de la empresa MN entertainment.—

El ojigris se encoge de hombros —Supongo que se me ha hecho costumbre por haber pagado antes, lo siento— gracias al dulce de un tamaño relativamente grande las palabras de Perth sonaban mal pronunciadas.

Saint frunció el ceño y miró directamente a esos iris grises con incredulidad y pensó. *¿Antes?¿Que ha pagado antes?¿Será...? ¿Es Perth quien pagó aquella noche en el bar?*

El ojigris interrumpió el tren de pensamientos de Saint, —Vamos, te llevo de regreso—

Saint casi inmediatamente respondió de una manera fría, —No gracias, traje mi vehículo— entonces se volvió hacia Kao y sonrió con delicadeza, —¿Y usted señor?¿Tiene como irse?—

—¿Yo? Yo he venido con Perth, no tienes porqué preocuparte.— dijo Kao devolviendo la sonrisa.

El ojimiel sonrió de una manera tensa, ya que en ese momento estaba un tanto distraído con la presencia de Perth, quien lo mantiene en un estado constante de frustración, y en su mente se regañó tratando de alejar sus pensamientos de él. Así que componiendose Saint educadamente dirigió al director Noppakao a la salida mientras conversaba en un intento de ignorar a Perth que los seguía a solo unos pasos.

Debido a la conversación que mantenía con el director Noppakao el ojimiel caminaba sin poner atención. Fue en el instante en que las puertas automáticas se abrieron que Saint notó con sorpresa la figura de alguien entrando en el restaurante con la cual estaba apunto de chocar, trató de esquivar al hombre pero este caminaba muy rápido así que lo único que logró hacer es tambalearse hacia atrás. Saint pensaba que terminaría chocando con la persona, pero entonces sintió una mano jalar de su cintura y cuando su espalda chocó con un pecho firme fue que al fin logró recuperar el equilibrio.

IRRESISTIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora