Good father

01. ¡No es un huevo! ¡Tiene nombre!

01. ¡No es un huevo! ¡Tiene nombre!

La inusual tarea del profesor Hagrid había ocasionado revuelos en los estudiantes. Se podía escuchar a todos los estudiantes de tercer año de las diferentes casas, hablar con mucho entusiasmo en el gran comedor.
Por ejemplo en la mesa de Gryffindor antes Seamus y Dean se la pasaban juntos ahora definitivamente parecía que nunca se iban a separar.
Hermione y Ron habían comenzado a discutir acerca de evaluar sus horarios, dado que Hermione tenía muchas clases, en serio, muchas. Así que Ron debía cuidarlo en ese tiempo, mientras que Lavender parecía muy nerviosa conversando con una Slytherin de rostro aburrido pero que daba respuestas que implicaban que estaba realmente prestando atención.

Quizás y Hagrid si podría estructurar una buena convivencia, si antes parecía nula, el simple hecho de estar avanzando hacia "un posible" era una cuestión brillante.

No tanto así para Harry Potter, que estaba caminando a grandes zancadas hacia la mesa de Gryffindor, porque quizás si se había quedado hablando con su buen amigo, pidiendo una nueva pareja. No hubo una salida.
Sus ojos miraron por un segundo a Draco Malfoy oír las quejas de Pansy y Zabini. Era probable que el grupo de Slytherin tuviera varios problemas, dado que uno de los robustos compinches de Malfoy, estaba ausente, Harry entonces notó que Neville tampoco estaba.

¿Y si lo habían matado? Santos calderos, esperaba que su amigo estuviera bien.

—Harry, no puedes llevarlo solo así. — advirtió Hermione con preocupación cargada en su voz apenas estuvo cerca de ella.

Harry alzó una ceja bastante confundido, entonces se dio cuenta de qué estaba hablando.

—Creí que podría ser, ¿Una criatura cálida? —murmuró sin estar muy seguro.

Hermione negó.

—Los huevos necesitan calidez, ya sea muy poco o mucha, pero la necesitan. El tuyo puede que esté frío, porque es azulino, los azulinos tienden a ser helados. Mira, el mío y de Ron es naranja. —explicó, mientras señalaba el huevo con escamas menudas.

Ron lo sostenía en su regazo, estaba envuelto en dos mantas, tejidas por la señora Molly.

—¿Podrías ponerle una sábana? — propuso Ron, tratando de seguirle el ritmo a Hermione, quien le sonrió contenta.

Harry suspiró, algo cansado por la tensión de hace un momento pero ahora estaba mejor. Total, ¿Quién necesitaba del cabeza hueca? Con un pequeño gesto de molestia hizo una mueca hacia Malfoy, quien justo le miró con unos ojos cargados de molestia.
Salió del comedor caminando por los pasillos, con el huevo en sus brazos, pensando qué clase de criatura podría esconderse allí dentro. Tan pequeña e inconsciente del mundo fuera de ese cascarón.
Dijo rápido la contraseña al pararse ante el retrato, para caminar con la misma prisa hacia su dormitorio. Al llegar acomodó el huevo en una silla junto a una de las camas, busco en su baúl una sábana extra, que olía a limpio y tenía agradable textura.

Con toda la confianza que podía tener ante una idea dicha por Hermione, envolvió al pequeño azulino en la sábana, dejando una pequeña parte descubierta.

La idea de llamar al huevo, huevo, lo estaba aburriendo un poco. Pasaría una semana cuidando de el, y debía darle alguna insignia ficticia que lo hiciera diferente al resto. Probablemente un nombre, allí en la soledad de la habitación aguardando la siguiente clase, lo bautizó. Harry sonrió.

No era un muchacho muy original a la hora de los nombres, pero mientras esté tuviera uno, ya era excepcional ante otros.

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