03. Responsabilidad

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03. Responsabilidad









Cuando Draco Malfoy llegó al comedor, Harry Potter ya se había marchado a dormir. Porque claramente Draco, sin querer se había metido en un par de pasillos que no conocía porque, por lo visto Hogwarts era un laberinto caza perdidos. Porque él, idiota no era, claro que no.
Terminó llegando a su habitación, con un ceño muy pronunciando murmurando cosas que asustaron a un grupo de estudiantes de primer año que se cruzaron en su camino.

A una pequeña parte de él tal vez, le daba cierta rabia comprender que el resto de estudiantes estaban haciendo lo mejor para llevarse bien. Entonces quizás, él si tenía un problema con Potter, aunque eso no era novedad, él tenía serios problemas con Harry Potter.

Se tendió en la cama, listo para dormir con los brazos debajo de su cabeza pensando un par de cosas.

—Creo que tengo que hablar con mí padre, él siempre se entera de todo porque siempre le digo. —pensó en voz alta.

Con la idea de que al día siguiente le mandaría una carta a Lucius Malfoy, comentándole la novedad que ocurría en su vida.






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Harry tenía los ojos fijos en el huevo azul que estaba a un lado de su cama envuelto con otra sábana limpia. Al principio, si lo miraba parecía como si se tratara de alguna especie de juguete, era muy similar a los huevos de mentiras que solían pintar para los días de Pascua en otras casas de su barrio, por supuesto jamás pudo tocar uno. Por eso mismo, su curiosidad no había impedido esta vez que se quedará tranquilo, más allá mientras Ron soltaba suaves ronquidos, Harry pasaba un sutil dedo sobre los remolinos de Azulino Noir, sonriendo ante la sensación áspera en esas áreas.

Harry observó un instante a Neville, el chico y el compinche de Draco Malfoy formaban una dupla, pero al parecer no hubo ninguna broma, por lo que probablemente el único propósito antes de ese día había sido para Goyle solo seguir a Malfoy. Una pequeña preocupación surgió en Harry al pensar que el huevo podría estar en las manos si es que no estaba ahí y estaba con el Slytherin.
No estaba seguro, pero pensar en Draco siendo cuidadoso con algo que no fuera de su interés, le ponía muy nervioso.

A la mañana siguiente Harry fue despertado por Ron.

—Por un momento creí que habías aplastado a Azulino, amigo, tuve miedo por ti. —confesó sonriendo, mientras observaba el huevo azul intacto.

No era una novedad saber que algunas noches Harry se movía mucho en la cama, tenía algunas pesadillas recurrentes fijadas a su joven vida de niño en una casa donde no le querían. Pero otras, se quedaba tan quieto que nadie en la habitación notaba que estaba ahí o no.

—Buen día para ti igual, Ron. —sonrió, mirando al resto de muchachos con rostros cansado. — También buen día para ustedes.

—¿Qué tienen de buenos? Yo quería seguir durmiendo. —murmuró entre quejas Seamus.

Cuando se cambiaron de uniformes, avanzaron hacia la salida, en la Sala Común Hermione estaba leyendo algún libro de los tantos que llevaba consigo, a decir verdad era muy raro que tuviera demasiadas clases, porque las horas no cuadradas, de eso mucho sabía Ron que ahora pasaba esperando su llegada más que nada. Y vaya que sorpresa se llevaba cuando ella aparecía a su lado, ¡Cómo por arte de magia!

—Hola, Hermione. —saludo Ron.

Hermione observó a ambos un momento, para luego darle el huevo naranja a Ron no sin antes añadir:

—Malfoy te estaba buscando. Estaba de pie junto al retrato, Harry.

Neville qué pasaba por allí, restregando sus ojos con la palma de sus manos, se quedó quieto.

—Oh, es verdad ayer en la tarde vino hasta acá, buscándote, fue al comedor pero por lo visto, no hablaron ¿O sí? —comentó.

—¿Malfoy por acá? ¿Y ahora qué bicho le picó a ese idiota? —inquirió con molestia Ron.

No es que no pensará en que el chico pudiera estar haciendo una buena acción, después de todo esos tres años Draco Malfoy solo había demostrado ser un patán, pero, ¿Habría posibilidad de que cambiaría esa forma de ser? Desde el punto de vista de ellos, sonaba casi imposible.

Harry proceso todo lo dicho, armándose de valor caminó hacia la salida, sosteniendo a Azulino, mientras que de un hombro colgaba su mochila, sus amigos le siguieron el paso unos más curiosos que otros. Después de todo, esto siempre traía una pelea de palabras agresivas.
Cuando el retrato se abrió, Harry se encontró con Malfoy de pie a la entrada, tenía una expresión amargada pero curiosamente no iba dirigida a él, si no, hacia las...¿Escaleras?

—¿Qué haces aquí?

Draco volteó su rostro ante el sonido de una voz conocida.

—No entiendo cómo pueden soportar esas escaleras. Son detestables, hoy casi termino perdido en alguna especie de pasillo de limpieza. —explicó.

Ginny Weasley que caminaba por ahí alzó una ceja, mirando a Malfoy como si fuera la cosa más novedosa que haya visto en su vida.

—Te lo preguntaré de nuevo, ¿Qué estás haciendo tú aquí? —insistió Harry.

Draco hizo una mueca, pareció pensar un instante lo que diría para ponerse enfrente de Harry.

—Okey, luego de mucho analizar la situación, me di cuenta que no puedo dejarte solo. Ya sabes, eso crea una terrible reputación para mí, y aunque no me caigas bien, puedo cuidar de...—soltó una pequeña tos, antes de seguir. — De Azulino, porque en serio es muy horrible dejarlo solo contigo. Es decir, no creo que seas un idiota, pero mira, es más fácil cuando son dos, así es menos complicado.

—¿Eso significa qué si vas a cuidar a Azulino conmigo?

Draco sonrió. Ron se sintió perturbado de que esa sonrisa no tuviera un brillo de maldad, y fuera más bien; muy sincera o entusiasta.

—¡Más que eso, Potter! —exclamó, parecía que estaba apunto de anunciar algo súper increíble. De pronto, uno de sus brazos se poso detrás de la espalda de Harry, artudiendolo totalmente. — Seré increíble, el mejor de todos, ya verás, incluso voy a conseguir un trabajo en el ministerio, nada faltará ¡Y no tendrás que preocuparte por nada más que ser El-niño-que-vivió!

En ese precioso momento Hermione Granger sintió que se había perdido de algo importante, algo que nadie en ese lugar estaba tomando en cuenta porque todos estaban demasiado desconcertados ante las acciones y palabras de Malfoy.

—¿Vas a ser un buen padre? Cool, pero también tienes que darme algo de dulces, ya sabes. Soy como una hermanita para Harry. Una tía para Azulino.

Ginny sonrió satisfactoriamente cuando el terrible Draco Malfoy con un ceño fruncido le daba parte de su suministro de dulces a la pequeña Weasley. Sea como sea, hay una cosa que señal, Ginny es astuta y bueno, hay cosas peores que tener a Malfoy delirando.

Por ejemplo, enviándole una carta a su padre, pidiéndole un trabajo porque al parecer tiene un hijo y un marido.













NOTA DE AUTORA: una lectora adivino sin querer queriendo lo de la carta a Lucius JSJS. Pero es que, Draco le cuenta todo a su papá, ¿Cómo no le iba a contar esto? a.

Ojo, que nadie sabe aún que Draco de verdad se cree lo que dice, piensan que anda molestado JAJAJA
Gracias por leer💕💕✨✨

Good fatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora