Alas

90 4 0
                                    

Hoy pensé que podría ser más sociable para agradarle a los demás, pero aún así no es como que me interese mucho, no se que hacer.

Cuando llego a mi lugar en la clase de filosofía, Tamara se acerca estrepitósamente a mi.
-¡Hola, soy Tamara pero me puedes llamar Tamy! Es un gusto conocerte, ¿Cómo te llamas?-

-Soy Sara, también es un placer-

-Oye que bonito cabello tienes y es como que negro y está todo hermoso, mi cabello es lacio y y como que café avellana, está todo raro-

Que chica tan más extraña, usando todo el tiempo las palabras como que y todo algo, más clases de vocabulario porfavor.

-Gracias- respondí -Tu cabello está lindo igual-.

-Gracias nena... ¿Porqué siempre estás sola?- me preguntó como si fuera la gran cosa.

-No soy muy amistosa- y en verdad que no lo soy.

-Seamos amigas tu y yo ¿De acuerdo?- y cerró los ojos de una forma muy serena que no pude decirle que no.

Durante el descanso ella se sentó junto a mi.
-Oye y que chico te gusta- afirmó

-No me gusta nadie- negué

-Obvio que debe gustarte alguien, a todos nos gusta alguien aunque sea un poquitito-insistió

-En verdad... Nadie-

-ah, perdona-

-A ti ¿te gusta alguien?-

-Tal vez, pero es un secreto, aún tengo que ver si son reales mis sentimientos hacia esa persona- Dijo Tamara muy sonriente

En ese momento veo a Aaron pasar por una jardinera y me voltea a ver de reojo y yo volteo hacia abajo avergonzada y una leve sonrisa surge de su rostro.

-Aaron... Al parecer es un chico popular a pesar de que llevamos unas cuantas semanas aquí, tiene muchas seguidoras, no es así ¿Sarita?-

-No lo se la verdad, no hablo con el-

-Pues, si te gusta, deberias hablarle-

-¡Yo nunca dije que me gustara!- me sonrojé y mis ojos se pusieron llorosos

-Nena, por favor, se nota-

-¡Que no!

-Si quieres ayuda para acercarte a el solo pídelo, yo te ayudo-

-¡Estúpida te he dicho que no!- Grité con todas mis fuerzas en su cara

Después de eso no nos volvimos a hablar en todo el día, lo cual me puso triste, por que es mi primera amiga y como siempre tengo que arruinarlo.

Al llegar a mi casa, solo pude pensar en lo feo que le grité, y en su cara que cambió de sonriente a una larga sesión de seriedad, tal vez tenga que disculparme con ella mañana, ella sólo quería ser amable conmigo, unas pequeñas lagrimas calleron de mis ojos.

-Perdona lo de ayer Tamara- agaché la cabeza y crucé los brazos.

-No hay problema, después de todo eres mi amiga y también fué mi error en insistirte tanto- sonrió y levantó mi cara hacia la de ella. -Te quiero nena-.

Esas palabras de otra persona que no fuera de mi familia "te quiero".

Después de la clase de físca II, Tamara y yo nos quedamos hablando en el salón acerca de varios temas y en ese momento entra Melisa, Tara y Georgana.

-Miren, quien está aquí, la tabla- Dijo Melisa con una imponente voz y posición.

-Tamy vámonos de... -

- No le digas así, ella tiene un nombre bruja y se llama Sara- interrumpió Tamara parandose de la banca y moviendose hacia Melisa con astucia.

-¿Acaso me has llamado bruja?- Rugió como toro la voz de Melisa por todo el salón

-Es lo que eres ¿no?- Tamara la retó

-Creo que no sabes con quién estás hablando-

-Yo se quién eres, bastante me dejas ver de ti con esas palabras y tus acciones, querida he estado aquí poco tiempo, pero eres famosa entre los pendejos que molestan a Sara-

-Ta... Ma... Ra- susurré

-Muy bien sabe lo todo, ahora no te la vas a acabar conmigo, sólo espera y también te llegarán tus lecciones para que aprendas a respetar- Advirtió Melisa

Cuando Melisa sale del salón, Tamara se sienta y suelta unas lagrimas de sus ojos.

-Tamara, yo... -

-No aguanto a ese tipo de personas, no son lágrimas de tristeza, sino de coraje, no aguanto ver que molesten a las personas que me interesan en especial a ti-

Esas palabras... ¿Qué es esto que siento en mi corazón?

-Gracias Tam, nadie nunca había hecho eso por mi- Le agradecí

-Todo por ti... - susurró

-¿Mande?-

-¿Qué? Ah, no nada, solo estaba pensando en voz alta-

Al salir de clases me despedí de ella, pero sentí la necesidad de estár con ella más tiempo.

-¡Tamara!- grité

-Mande- volteó hacia mí y su larga cabellera voló al viento

-¿Crees que me puedas ayudar con quien me gusta?-

-Claro nena, te paso mi teléfono, llamame hoy y voy a tu casa- Sugirió en cierta forma

Por Dios, el primer número que tengo de una amiga. Hoy es último Viernes de mes, así que seguramente hoy habrá reunión en casa del trabajo de mi papá. Pero si estoy con Tamara en mi cuarto no creo que molestemos a nadie.

Caí En Tus AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora