Alas

76 2 0
                                    

-Entonces, ¿Puede venir Tamara?- pregunté anciosamente

-Está bien querida, pero con que no hagan ruido y que no interrumpan la reunión de tu padre creo que va a estar bien- Explicó mi madre con una gran sonrisa pegada en el rostro.
Llamé a Tamara y dijo que vendría en unos minutos.
Cuando al fin llega mi vitalidad es como la de un niño con miles de caramelos para el solo. Cuando la subí a mi cuarto, los trabajadores de papá llegaron y empezaron la reunión.

-Muy bien Sara, no te preguntaré quien es el que te gusta, solo te ayudaré a saber como atraerlo a ti- Ordenó Tamara

-Está bien- Dije como si nada

-Primero que nada, debes acercarte a el por lo menos para decirle hola con una gran sonrisa en tu cara, después ya no solo va a ser eso, le preguntarás su estado de ánimo, cuando el te pregunte a ti tu estado de ánimo, tú siempre mantendras tu cara arriba y dirás, hoy me encuentro de maravilla o excelente, cuando eres positiva, a los chicos y las chicas les atrae eso, por así decirlo, un alma positiva. -

Increíble ella hace que suene tan sencillo.

-Ese es un comienzo muy bueno, ya que te estás dando a conocer como una chica agradable, poco a poco irás avanzando e irán hablando de cosas más profundas- sintetizó

-Wow, Tamara, no suena tan complicado como pensé que sería-

-Uno se llega a tropezar en el camino, en este caso solo te pido que seas confiada, y tú vas a saber que hacer conforme vas avanzando-

Esa voz tan tranquila que tiene Tamara, es como un... Como un... ángel.
Ella siguió hablándome sobre cómo es hablarle a las personas, no sólo eso, también me hablo de la imagen exterior y es ahí cuando empieza a ser extraño.

-Sara... Yo... Yo... Creo que eres muy hermosa-

-¿De verdad lo crees?- pregunté inocentemente

-No no lo creo, estoy segura de que lo eres- Afirmó segura de sus palabras

-Vaya, gracias, también tu eres muy muy bella- sonreí

-No hablo fisicamente, osea eres preciosa, tienes unos ojos muy hermosos y una boca besable, pero eres hermosa por dentro, tienes un corazón muy grande y la gente no se dá cuenta de ello- Dijo Tamara con una voz tan tranquila

-Tamara... - dije con cierta ternura y la abracé con todas mis fuerzas. - Gracias por ser mi primera amiga, te quiero mucho-

-No, gracias a ti, has hecho que mi corazón vuelva a later- dijo con una gran sornisa de sandía.

-¿Que vuelva a later? -

-No nada- volteó la cara y se levantó de la cama

-Bueno- Agaché la cabeza. -Ahora que hacemos-

-Mmm... No lo sé- Contestó

Después de que terminó la reunión de mi papá bajamos y fuimos a la puerta principal dónde me despedí de ella y le agradecí su ayuda.

Cuando subí a mi cuarto, sentí un gran vacío en mi corazón y en la habitación, ya la extraño y no llevamos ni 10 minutos separadas.

El Domingo en la mañana mi madre me mandó a la tienda por harina para un pastel. Me vestí con un pants azul y y peine mi cabello en un chongo. Cuando regresaba de la tienda, pasó lo que menos esperaba me encontré a alguien totalmente inesperado.

-Hola... Aaron- Le dije con una sonrisa

-Hola... Perdona ¿Cuál es tu nombre? - Sonrió a mi

-No sabes mi nombre- cambió mi sonrisa a una línea en mi cara

-Sólo broméo, que tal Sara- Su sonrisa se hizo todavia más grande, me tocó de la barbilla y me la hiso para arriba para que lo viera a los ojos y pellizcó suavemente la mejilla. ¿Por qué tenía que encontrarme con el aquí, ahora? y yo con esta vestimenta y este peinado tan espantoso.

-Bueno, nos vemos mañana Aaron, adiós- moví mi pie hacia atrás y rotee hacia el otro lado, pero el me agarra la mano y me jala hacia el.

-No te vayas Sara, por favor, ¿Podríamos ir a caminar? -

-Claro-

Cuando caminabamos por el parque más cercano, no hablamos de nada. Hasta que nos sentamos en una banca.

-Hoy es un día muy agradable ¿No lo crees Sara?-

-Creo, que si-

-¿Porqué eres tan callada? ¿Te caigo mal?- Volteó a verme como perrito buscando casa

-¡No! Claro que no, tu me caes muy bien enserio- Tomé sus manos que se encontraban apoyadas en su regazo

-Es que pensé que te caía mal, por que primer día que llegué, me ignoraste cuando te hice una pregunta, pensé que te había molestado- Tomó mis manos también

-No no, disculpame enserio, soy muy distraída, ¿Cuál había sido tu pregunta? -

-Es que habían abierto un casillero del pasillo A, habían dicho que era de una tal Sara y en ese momento pensé en tí-

Pensó en mi...

-Ah, si, es que alguien cambio mi contraseña para que yo no la pudiera abrir y así poderme poner tabla y esas cosas- Miré hacia abajo con desprecio

-¿Quién te haría algo así?-

-No importa eso, no solo fué una persona, sino varios-

-¿Quiénes?- Se levantó rápidamente -Dime ¿Quiénes fueron? Y sea quien sea yo voy a defenderte-

-No, no vale la pena-

-Ay Sara, no importa lo que pase, yo te cuidaré- Sonrió y me abrazó muy fuerte, tanto que yo sentí que la respiración se me hiba

-Gracias- contesté con a penas aliento

Caí En Tus AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora