Plumas

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Mi corazón palpita demasiado fuerte... No me puedo controlar. Esta sensación, que agradable, que suave, que... Espera, no esto está mal. Aparté mi cuerpo hacia atrás y la miré fijamente, se cubre la cara con las manos.

-Perdóname, perdóname- lloró -No se por qué hice eso-

Mantuve mi distancia, me paré de la cama y me dí la vuelta dándole la espalda.

-Sara... Sara... Por favor, háblame- suspiró

-Yo... - no sabía que decirle

-¿Porqué veniste?- preguntó

-Vine a aclarar lo que pasó con... Ah... -  Se me olvidó su nombre

-Con ¿Aaron?- interrumpió

-Si, el- afirmé

-Yo le estaba ayudando a acercarse a ti, por que tu le gustas... Pero soy una tonta- Lloró mucho más. -Creí poder aguantar esto, aguantar verte con alguien más para poder verte feliz-

No supe que responder, mis palabras estaban ahogadas.

-No le dije que te gusta, simplemente el se dió cuenta por la forma en la que lo mirabas y el se comenzó a dar cuenta de lo que hacías y le empezaste a gustar... Al igual que a mi- Tamara tomó su cabello y lo peinó con sus dedos mientras hablaba. - Por favor, voltéa a verme-

Me dí la media vuelta, tomé la venda y terminé de vendar la pierna.

-Con esto estarás mejor- sugerí ignorando por completo lo que me dijo.

-¡Sara! ¡Sara!- gritaba mientras dejaba el departamento.

Fuí a mi casa sin siquiera pensar bien en lo que pasó, simplemente pasó y ahora que hago...

Me quedé dormida en mi cama, con un dolor en el pecho y en el estómago. No era la sensación de vómito, eran mariposas, pequeñas cosquillas en mi vientre.

Viernes

Tamara no fué a la escuela desde del Miércoles y cada vez que Aaron trataba de hablarme, lo ignoraba por completo, no se porque... Pero sentí que era necesario así.

La próxima semana me iré de viaje con mi madre y mi padre a Nueva Zelanda, al fin y al cabo ya van a empezar las vacaciones y podré olvidarme de todo por unos días.

Estoy en Nueva Zelanda, que clima tan frío... Pero aún así me siento mejor aqui, es más cómodo y tranquilo, el pasto es muy verde y se cubre de blanco poco a poco.

Ya que recién llegamos, me gustaría hechar un vistazo a más paisajes de este bello lugar, por eso mi madre y padre han decidido llevarme a un restaurant en medio del bosque, para disftutar la vista mientras comemos comida típica. Mi papá tuvo que irse al hotel por una emergencia de su compañía. Me quedé con mamá.

-Mamá, ¿Te puedo preguntar algo?-

-Si Sara ¿Qué pasa?

-¿Qué piensas de los homosexuales?

-Hija ¿Porqué preguntas eso?

-Quiero saber tu opinión

-Pues, los respeto y todo pero prefiero no convivir ni toparme con ellos...

-¿Porqué dices eso?

-Me es desagradable, no tengo explicación

-Y ¿Si te llegas a encontrar a alguien homosexual? ¿Qué harías?

-Deja de preguntar eso, me es incómodo, lo ignoraría... Ignoraría a esa persona

Ignorar...

Me siento rara, preguntar esas cosas a mi mamá, pero lo que me tiene sin cuidado, es el hecho de que no puedo dejar de pensar en Tam, en sus labios, su piel blanca, su desnudez, su... ¡Ah Diablos!

En los días que estuvimos en Nueva Zelanda conocí mucho y aprendí mucho. Capturé hermosos escenarios en mis ojos que se quedarían en mi memoria para siempre. De hecho cuando caminabamos en uno de los tantos lugares, encontré a una chica idéntica a Tam, pero más grande y el cabello más corto. Tam... Tam... Tam...

Dos semanas estuve fuera, días que siempre recordaré.

Al regresar a casa, todo era diferente, las personas, las calles, los paisajes y los animales. Pero con todo y todo, te extrañé casa. Dos días después tenía que regresar a la escuela...  ¿Cómo voy a enfrentarlo?

Tomé un gran suspiro y entré a la escuela, todos como si nada hubiese pasado en sus vidas. Oh no... Tam... Allí viene... Y ninguna saludó a la otra.

-Buenos días jóvenes- saludó la maestra de Historia. - Que bueno que ya regresaron de vacaciones, porque ahora este mes les toca ¡Exámenes! ¡Yupi!- exclamó la maestra

Que divertido...

-Pero primero presentarán proyecto en parejas, hagan parejas porfavor- la maestra ordenó

Oh... No, ahora ¿Con quién voy a estár? ¿Podré hacer el grabajo sola? Levanté la mano.

-Maestra ¿Lo puedo hacer sola?

La maestra dijo que si, pero... Tam... Volteó a verme con los ojos llorosos, diablos, siempre estoy con ella en trabajos en equipo, soy una tonta.

Aveces Tam quería acercarse a mi, pero yo no la quería cerca. Pero lo notaba, notaba que en sus ojos había dolor, mucho dolor. De hecho el Miércoles la escuché llorar en los baños...  Soy una pésima persona. Hoy es viernes y casi no me he topado con ella.

-Hola-

-Hola Aaron-

-¿Cómo estás?- preguntó ancioso

-Bien... - respondí cortante

-¿Hablaste con Tamara?- tomó mis manos

-Si y digamos que me aclaró todo-

-Eso eso bueno ¿Estás molesta conmigo?- apretó más mis manos

-No, solo estoy confundida-  solté mis manos,  lo abracé y lo besé.

Cuando voltéo, Tamara nos observaba desde una esquina del pasillo C y salió rápidamente cuando mi mirada se posó en ella. Ya no siento nada con el beso que le di a Aaron...

-¿Aún me quieres?- soltó la pregunta

-Yo... - lo solté

-¿Quiéres ser mi novia? Por favor-

En ese momento me dí cuenta... El primer "te quiero" me lo dijo Tamara... Ese beso... Por Dios, salí corriendo en busca de Tamara.

-¿Hibas a alguna parte tabla?- sonrió Melisa

Tenía que toparme con ella y su grupo ahora.

-Dame permiso Melisa- se lo pedí

-¿Qué pasó con la machorra de tu amiga? ¿Ya no te juntas con ella?- preguntó empujándome contra la pared

-No le vuelvas a llamar de esa forma... ¡Puta!- le escupí en la cara

-¿Puta?- Cuando hiso esa pregunta me agarró de la mandívula y la apretó con sus dedos con una fuerza increíble. -Te dejaré sin dientes, haber si lo dices con tanta libertad como lo hiciste-

Me quitó la mano de la mandívula y me pegó un puñetazo en boca con tanta fuerza que me inqué y depués apoyé las manos en el suelo.

-¿Qué pasa monja? ¿Te duele?- empezó a patearme en las costillas y en el estómago...

¡Que dolor! ¡Me duele! ¡Me duele mucho! ¡Por favor para! Me contraje más del dolor mientras me seguía pateando. En el momento en que Melisa se inclina para seguirme insultando... una mano agarra su hombro la voltea hacia este y le da un golpe increíblemente poderoso en la nariz a Melisa y empezó a sangrar como fuente.

Caí En Tus AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora