Plumas

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El fin de semana pasó y no tuve ningún contacto con ella ni con nadie, no pude evitar llorar, tal vez cometo un error en inculparla a ella por nada, pero aún así me duele y mucho.

El Lunes me dispuse a hablarle a Tamara, pero desgraciadamente no la encontraba. Volví a estar sola y no era la soledad que yo antes tenía, ahora es diferente, es una soledad provocada, esta soledad me duele y me rompe el corazón, porque creí que todo se resolvería con una persona, Tamara... ¿Porqué siento tanto vacío?  A pesar que ya no me molestan tanto como antes soy invisible y siempre lo voy a ser.

A partir del martes, comencé a vivir, lo que jamás he vivido.

Martes

-¿Tamara puedo hablarte?- Aaron le  preguntó a Tamara

Oh no...  Le pedirá.

-Si- respondió Tamara

En ese momento veo que cruzan el pasillo B y se dirigen a la zona abierta. Maldita sea.

Cuando pasé por allí, ellos estaban tomados de la mano, hablando cara a cara, al parecer muy contentos.
Mi corazón dejó de latir y casi me desmayo, lo cual me hubiera gustado para no tener que ver ese espectáculo. En ese momento las lágrimas me empezaron a envolver. De pronto la mirada de Tamara se dirige a mi y le toca en el hombro a Aaron para que voltee a verme. Mi respiración se profundizó y empezó a entre cortarse, lo único que pensé y que hice fué salir corriendo.

Aaron trató de seguirme, pero no me alcanzó. Todo el día deprimida, el me mintió y ella también.

Llegué a mi casa inmediato salí de la escuela. Me acosté en mi cama y lloré, lloré... Pensé que por fin le gustaba a alguien y que por fin tenía una amiga en la que podía confiar. No puedo estar más equivocada. La puerta de mi cuarto sonó.

-Linda, saldré por unas cosas a la tienda y después iré por plantas al mercado, no tardo- dijo mi madre

-Si... - apenas si hablé

Bajé al comedor, tenía tanta hambre, así que comí sola como casi todos los días. En eso la puerta suena...

-¿Aaron? ¿Qué haces aquí?- Pregunté con desprecio

-Tengo que hablarte-

Trato de cerrar la puerta pero el la detiene.

-por favor- suplicó

-Pasa- le hice una pequeña seña con la mano

El se sienta en el sillón de la sala

-Por favor siéntate- ordenó

-No- respondí

-Sara, se lo que viste y lo que oiste, pero no es lo que crees- suplicó

-¿Entonces? Todas esas "caricias"  que me hacías, ese beso, esas palabras coquetas y esas citas en las que fuimos a caminar de la mano y tu no me soltabas, todo para que tú, estes enamorado de Tamara y le hayas pedido que fuera tu novia- reclamé. - Claro, no es lo que parece-.
-Perdóname, sí me dejaras explicarte... -  se paró y me agarró de los hombros

-Habla entonces- ordené

-Le pedí a Tamara su ayuda desde un principio para poder acercarme a ti, ella en realidad no me gusta, y te dije que ella me gustaba por que quería que te tomaras por sorpresa cuando yo te pidiera que fueras mi novia, mis sentimientos por ti son puros... -

-Pero me lastimaste, me sentí utilizada- agaché la cabeza.                    - Además los vi abrazandose hoy tomados de las manos y muy sonrientes... ¿Qué puédes decir a eso? -

-El Domingo que salimos, todo me había salido bien hasta que te besé, ese no era ni punto, pero no lo pude resistir. Me sentí mal y le pedí ayuda a Tamara para saber como solucionar esto... Por eso le hablé hoy, ella tomó mis manos y me dijo que todo hiba a salir bien, que tuviera esperanzas de que todo estaría de acuerdo al plan y me empezó a decir que tu eres especial para ella que ella daría todo por ti y yo igual... Por eso el abrazo.- explicó sin tartamudear. -Cuando te vi allí parada con lágrimas en los ojos, pensé que nada estaba bien y que tenía que arreglarlo lo antes posible-

Por Dios... ¿Le creeré?

-No... No lo sabía, perdón- Tape mi cara con las manos

Aaron quitó mis manos de la cara y me besó en los labios pero... Lo empujé

-No Aaron, no aceptaré un beso de ti, quiero ir a ver a Tamara primero, quiero asegurarme que esta historia es cierta y no un juego- refunfuñé

-Te prometo que es cierto cada palabra que he dicho-

-Iré con Tam primero- señalé

-Esta bien-. - ¿Sabes donde vive verdad? - preguntó Aaron

-No, nunca he ido a su casa-

El me dió un papelito con la dirección y el número de Tam.

-Me lo dió, por si necesitaba su ayuda- sentó una pequeña sonrisa

Dejé una nota a mi madre y seguí la dirección del papel. Tamara vive en unos edificios en no muy buen estado. Toqué la puerta de su departamento y una señora muy anciana abrió.

-¿Qué quieres?- preguntó la señora con un tono un tanto ofensivo

-Vengo a ver a Tamara- respondí

-¿Para qué?-

-Para resolver un pequeño mal entendido-

-Se está bañando, si gustas esperarla dentro- sugirió

-Gracias-

¿Porqué vive aquí? ¿Quién es esta señora?

-Iré a comprar cigarros- dijo la señora sin siquiera ofrecerme algo de tomar y luego se fue.

Esperé unos minutos en la sala viendo unas fotos enmarcadas, supongo que esa niña de coletitas y vestido azul es Tamy de pequeña. En ese momento, un grito azotó mis oídos, proveniente del baño.

-¡Margaret! - gritó Tamara.
-¡Margaret!

-¿Tamara estás bien?- toqué desesperadamente al baño

-¿Sara? ¡Sara! Por favor ayúdame- Tamara se oía agitada

-¿Qué pasó?- pregunté

-Me caí-

Entré y vi a Tam tirada en el suelo de la regadera cubierta con una toalla en la parte de su busto y su...

-Te ayudo a pararte- afirmé

Le puse bien la toalla en el cuerpo y la ayudé a levantar, la llevé a su cuarto y la senté en su cama.

-¿Tienes árnica?-

-Si, en el botiquín del baño-

Fuí corriendo al baño y agarré una venda y árnica, se la llevé a Tam.

-¿Dónde te golpeaste?-

Tam levanta la pierna y tenía un moretón del tamaño del universo.

-Tranquila te ayudaré-

Empecé a ponerle chorros de árnica en su piel lastimada, seguido le dí un masaje...  Ella estaba tranquila y solo veía mis manos tocar su pierna desnuda. Sin pensarlo, ella sostuvo mi mano con la suya y...
De un momento a otro sentí su respiración cerca de mi y sus labios en los míos, movió sus labios con ritmo y sutileza, cerré los ojos.

Caí En Tus AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora