16 - Our First Date

3.7K 637 300
                                    

Sunoo nunca había estado en Verona, en realidad, nunca había viajado fuera de Reino Unido, aunque ir a Verona siempre había sido su sueño, por lo que poder caminar aquella fría pero bella mañana, solo, en paz, era lo mejor que podría pasarle, o bueno, al menos una de las mejores cosas que podía pasarle 

Caminó mirando las construcciones con atención, y no pudo evitar ensimismarse en el lugar, pues todo se veía realmente hermoso. Entró a un café que estaba entrando

Buongiorno, voglio un espresso, per favore —pidió a quien atendía con aquella linda sonrisa que siempre tenía, y volvió a salir para sentarse en una de las mesas de afuera del café, así podía disfrutar de ver la gente pasar, y de las construcciones que seguían siendo tan asombrosas sin importar cuanto las mirase.

Sunghoon despertó casi dos horas después de que Sunoo abandonó el hotel. No iba a mentir, en un principio se había asustado al no ver a Sunoo durmiendo junto a él, pero cualquier temor se le había pasado al ver la nota que Sunoo le había dejado

"Te quiero", eso decía la nota, y aquellas dos palabras no dejaban de dar vueltas en la cabeza de Sunghoon, definitivamente, eso era todo lo que necesitaba para confirmar que aquel sería un buen día. Tomó la nota, la dobló con cuidado y la guardó dentro de la carcasa de su teléfono. Se arregló para ir a sus reuniones y dejó una nota para Sunoo también

"No olvides que tenemos una cita hoy a las ocho. Que tengas un día tan lindo como tú. Yo también te quiero, Solcito"

El corazón de Sunoo no pudo latir con más fuerza al ver la nota que Sunghoon había dejado para él. Oh dios, ¿en qué momento había comenzado a gustarle de esa forma? Y es que no entendía como Sunghoon podía ser tan lindo con él.

El menor había vuelto al hotel solo por si alcanzaba a encontrarse a Sunghoon antes que este se fuera a trabajar, pero ya que no fue el caso, simplemente volvió a salir luego de guardar la nota en su billetera. 

Se pasó el día en Verona, había comido algo y luego se había dedicado a dibujar distintas partes de la ciudad, cuando dieron las 6:30 corrió de vuelta al hotel para poder arreglarse. Estaba muy feliz dibujando, pero no podría olvidarse de su primera cita real con Sunghoon, la primera que tenían porque querían, no por aparentar ser algo

Sunghoon era un tipo muy puntual, Sunoo lo había sabido desde el momento uno, y lo confirmó otra vez cuando Sunghoon llegó al cuarto justo a las ocho en punto, arreglado, por suerte Sunoo estaba listo ya

—Te ves realmente hermoso —halagó al menor, causando que las mejillas de Sunoo se tiñeran de rojo mientras caminaban fuera del hotel tomados de la mano. 

Sunghoon había reservado mesa para ambos en el mejor restaurante de Verona, y podían llegar ahí caminando, así que eso habían decidido hacer. Llegaron en menos de quince minutos, y los estaban esperando una vez llegaron, así que no tardaron en sentarse y pedir

—¿Cuál es tu más grande sueño, Solcito? —preguntó mientras esperaban su comida, en este mes y medio se habían dedicado tanto a fingir que se querían, que nunca se habían tomado el tiempo de realmente conocerse más, y Sunghoon no iba a perder la oportunidad ahora que la tenía

Sunoo pareció pensar sus palabras, no como si no lo supiera, sino como si supiera decirlo —Yo... Quiero ser un pintor famoso algún día

Sunoo dudó si seguir hablando, pero Sunghoon lo miraba con atención, de hecho, sus ojos brillaban mientras lo veía, y Sunoo se sintió cómodo con la idea de seguir hablando de su sueño 

 —Quiero llegar a exponer mis cuadros en grandes galerías de arte, que la gente sienta mi arte. Y quiero poder ayudar a quienes lo necesitan. Aún no sé como relacionar mi arte con eso, pero sé que ser un gran artista me permitirá ayudar más 

Sí, Sunoo le gustaba, mucho, lo había confirmado como por cuarta vez solo desde que habían llegado a Verona 

—Eso es genial, Sunoo, estoy seguro que lo vas a lograr, tienes más talento del que te imaginas —dijo Sunghoon, sin dejar de mirarlo como si estuviera enamorado, porque lo estaba, y no ganaba nada con seguir escondiendo aquello. Entonces acarició la mano de Sunoo, pues tenían sus manos unidas sobre la mesa —Espero poder estar a tu lado para poder verte crecer como artista

Sunoo sonrió ampliamente por ello, conmovido —Espero que estés conmigo todo ese tiempo

El resto de la cena pasó rápido, ambos hablaron sobre sus sueños, metas, sobre su vida, sobre como veían el futuro, sobre como, de una forma u otra, les gustaría tenerse en su futuro. La comida estaba deliciosa, la plática animada y divertida, y estaban juntos. ¿Qué más podían pedir?

Sunghoon pagó al terminar y ambos salieron del restaurante con sus manos, otra vez, unidas. Aún no era muy tarde, por lo que habían decidido caminar por Verona, que pese a ser las diez de la noche, aún se veía como una ciudad altamente despierta.

Los pasos de Sunghoon se detuvieron al sentir como los de Sunoo paraban. Habían unas pequeñas manitos tirando del abrigo de Sunoo, y este se había parado para ver quién lo jalaba

Può aiutarmi? Ho perso mia madre —un pequeño niño, que no habrá tenido más de cuatro o cinco años se encontraba aferrado a Sunoo y le pedía ayuda, pues había perdido a su madre, tenía sus ojitos llorosos, y Sunoo de inmediato se sintió mal por el pequeño

El de cabello rosa se agachó para quedar a la altura del niño y tomó con sus manos las del más pequeño —Non preoccuparti, troveremo tua madre —dijo, queriendo calmarlo antes de cargarlo entre sus brazos. Sunghoon estaba sorprendido, no solo por la confianza que el niño le agarró a Sunoo tan rápido, sino también porque no sabía que Sunoo hablaba italiano —dove hai visto l'ultima volta tua madre?

El niño intentó recordar donde había visto a su madre, y cuando lo logró respondió, refregando sus ojitos llorosos de una forma que encogió el corazón de ambos mayores —Dove fanno il caffè. Mi ha detto di aspettare, ma mi sono perso e non so come tornare —el niño le había dicho que había visto a su madre por última vez en una cafetería. El niño era pequeño, así que no podría haber llegado muy lejos, y ya que Sunoo había recorrido Verona en la mañana sabía que solo había una cafetería cerca, aquella en la que había tomado café en la mañana. 

En menos de cinco minutos Sunoo pudo devolver al pequeño niño con su madre, para su alivio y el de Sunghoon, quien parecía realmente nervioso por el pobre niño. Ahora que ya estaban tranquilos, Sunghoon no pudo evitar sentir cálido su corazón, y es que Sunoo era tan puro que hasta los niños que no lo conocían confiaba en él.

Ambos volvieron a caminar de vuelta al hotel en cuanto el niño estuvo en brazos de su madre, pero Sunghoon ya no aguantaba más. Dejó de caminar y por ende, Sunoo dejó de caminar también, girándose hacia el mayor para mirarlo confusión

—¿Está todo bien, Hoonie? 

El mayor entonces soltó la mano del menor y puso sus dos manos en la cintura de Sunoo, delicado pero firme, y lo atrajo hacia él —¿Sunoo, puedo besarte? —tuvo el coraje de preguntar, pasando su mirada de sus ojos a sus labios.

Ya no había vuelta atrás, ahora Sunoo podría rechazarlo o... Lo estaba besando. Sunoo besaba los labios de Sunghoon suavemente mientras llevaba sus manos a los hombros del mayor. Lo besaba como en aquella sesión de fotos, lento, suave, y Sunghoon había decidido seguirle el beso de la misma manera, pues desde aquella vez que no dejaba de pensar en las ganas que tenía de poder besarlo así otra vez

Fue un beso largo, no parecían querer separarse el uno del otro, pero eso no quitaba la dulzura con la que se besaban, lo cuidadosos que eran con el otro, especialmente Sunghoon con Sunoo, como si temiera que volver el beso más intenso fuese a espantarlo, o peor, que Sunoo fuese a desaparecer y que todo aquello haya sido solo un sueño, uno de esos de los que no se quiere despertar. Finalmente se separaron con las sonrisas más grandes en sus rostros, y con manos unidas volvieron al hotel.

No, no eran nada aún, pero si hubieran podido elegir, hubieran elegido ser el todo del otro


1. LIKE A BOYFRIEND - SUNGSUN (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora