Algunos dicen que el amor no muere.
Ese es un problema para Brian.
Él tampoco muere.
Roger y John, sí.
...
🦇Vampire AU | Highschool AU | History AU
🦇Esta historia la había ya subido en mi perfil, pero no me gustó cómo la estaba narrando, así que...
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🦇Brian P.O.V.🦇
Lo admito, más allá de una humilde referencia, suena a una exageración y le debo al lector mis más sinceras disculpas.
La verdad, sin embargo, no se encuentra muy lejos de esta frase un poco cliché... el arte suele imitar con descaro la vida de algunos desafortunados, y romantizarla para conmover el corazón de otros miserables que buscan entre las letras identificarse con algo. No sentirse tan solos.
¿Yo? Yo no espero que se identifiquen conmigo. No me falta mucho para cumplir mil años desde que fui víctima de un injusto ataque, y como resultado he vagado por el mundo sin nadie quien me ampare, y rodeado de constantes cambios drásticos e inesperados, pero constantes... tanto como para no disfrutarlos después de tanto tiempo. Fascinantes, pero aterradores.
La humanidad no ha dejado de impresionarme al punto de acoquinar mi espíritu. Pocas veces, sin embargo, me siento agradecido, y pienso quizás de forma ingenua que vivir eternamente fue un regalo. Una especie de oportunidad para registrar todo lo que el mundo era capaz de ofrecer: sus errores y aciertos, desde la destrucción de la guerra hasta el éxito de mandar personas hacia la luna... esa luminaria divina que me ha acompañado todo este tiempo, y bajo cuya luz me he estado amparando noche tras noche desde mi incidente. No obstante estaría siendo demasiado optimista, pues nada de agradable tiene el vivir perseguido, vivir alienado, y vivir muerto.
Milagro o maldición: quién soy yo para decidirlo.
Quizás puedas ayudarme a decidir.
De la manera más simple posible puedo resumir mi historia:
Me mataron por amar a la persona equivocada. Lo maté después, murió en mis brazos. Fue un accidente. Y, mucho después, siglos después, cuando creí que encontré a la persona perfecta para sanar las heridas del pasado y borrar las memorias de aquel fatídico suceso, fue él quien quería matarme a mí. Digo, quizás fue karma.
Ambos eran hermosos.
Jóvenes. Honestos. Graciosos. Perfectos.
Ambos me amaban, y yo los amaba a ellos. Y aunque me vi obligado a 'superar' al segundo, por amor a él y a los recuerdos que tuvimos, nada nunca me impulsó para superar al primero.
A Johann.
Cabellos castaños, suaves y brillantes que caían cual cascada por sus hombros cada que lo soltaba al hacer el amor. Los ojos grises más inocentes del mundo; la sonrisa más tímida pero honesta; la risa más quieta pero melodiosa. Él hacía que el tosco dialecto alemán sonara como una dulce caricia, y que el frío de Merdesburch fuese opacado por el calor de su piel contra la mía. He vuelto a esa zona, y el invierno es insoportable aún acobijado por las vivas llamas de las velas. Es una localidad ahora conocida como Meersburg. De los Deacon no se ha vuelto a hablar en el pueblo desde la muerte de Johann, se dice que la familia cruzó el Mar del Norte camino a Inglaterra, pero por vergüenza no me atreví a seguirlos, ni a preguntar más por ellos.
