3. La diversión llega a todos lados.

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Introducción: Lo mismo de antes. Sólo que ahora estamos ambientados en el siglo XXI. En una escuela japonesa. Alora tiene 18 años y Thoma 20. Esto se remonta en un festival en la escuela en la que estaban antes de ir a la universidad, fueron invitados los alumnos egresados por lo que ahí ocurre todo.
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-¡Alora! -La voz de Amber me despertó. Estábamos en el almuerzo en la universidad, pero no me sentía en forma. Me sentía débil y cansada. -¿Por qué no vas a la enfermería? Te ves pálida.
Asentí, le pedí a Diluc que me acompañara, era el mayor de mis amigos y confiaba en él, así que me acompañó a la enfermería. Me dejó recostada en la camilla mientras la enfermera me revisaba, él esperó fuera.
-Señorita Alora, tiene fiebre. -La miré desconcertada. -Y está deshidratada, mejor vuelva a su casa.
Asentí no muy confiada, me sentía mareada pero no afriebrada. Miré a Diluc, él asintió. -Dile a los demás que me retiro, estaré en casa.
Él salió de ahí y yo fui a buscar mis cosas, mientras pensaba en ir a comprar medicamentos. Choqué con un chico que corría con unos papeles en sus brazos. -¡Perdón, ando apurado!
Se levantó rápido, tomó sus papeles y salió corriendo. -¡Te pido disculpas correctamente después, perdón!
Sólo giré los ojos, era un chico rubio con una cosa negra en el cabello. Tenía ojos bonitos y tenía un buen cuerpo. Su camisa blanca y su corbata se movían al compás de que corría.
Salí caminando de la universidad, y llegué a la farmacia. Compré antigripales y pasé por el parque central. Me senté y me compré un helado, mientras disfrutaba el calor del sol abrazar mi piel, hasta que algo se paró delante de mí. -¡Por fin te encuentro!
-¿Quién eres? -Pregunté. Era el chico rubio de nuevo. -
-¡Lo siento mucho! No venía prestando atención al camino y simplemente pasé como un tornado encima tuyo. -Hizo una reverencia muy exagerada y me sentí avergonzada. -¡Lo siento!
-¡No te preocupes! No hace falta disculparse. Lo que importa es que estamos bien. -Sonreí. Él me devolvió la sonrisa y se sentó a mi lado. -¿Cómo te llamas?
-Me llamo Thoma. Soy de XX curso. -Me sorprendí, era mayor que yo.
-Soy Alora. Eres mayor que yo.
-Un gusto Alora, si necesitas ayuda no dudes en llamarme. -Me dió su número. Lo registré como "El chico bala".
Hablamos unos minutos, pero salió corriendo nuevamente. -¡Es muy tarde, debo ayudar a mi padre! ¡Un gusto, preciosa! ¡Nos vemos!
Volví a mi casa, para ver a Diluc conversando con Amber en la entrada. Amber era nuestra vecina, éramos íntimas amigas. -¡Hola muchacha! ¿Estás enferma?
-Creo que fue por el calor, no me he sentido mal ahora. Igual tomaré medicamentos y me daré una ducha fría. -Ella me sonrió.
-¿Quieres de mi platillo especial? ¡Te deja chupándote los dedos! -Asentí. Ella corrió a su casa a prepararlo.
-Estaré en mi habitación, me daré un baño. -Él asintió, saludé a Kaeya que estaba revisando unas hojas en la mesa.
Al entrar hice lo de costumbre, me duché, tomé mis medicamentos y comí lo que Amber me dió. Sinceramente ya comenzaba a sentir la mejoría al instante, estaba contenta.
-Alora, ¿viste el mensaje? -Preguntó Amber a mi lado, estábamos en la mesa. -Habrá un festival de primavera en la escuela XXXXX. Invitaron a los estudiantes egresados, deberíamos ir, ¿No crees?
Asentí, miré mi calendario. Era el cumpleaños de Diluc ese día. -¿Diluc irá?
-No creo, estará de viaje. -Susurró. -Kaeya lo llevará a conocer un viñedo que puede hacer rendir.
-Entonces seremos tú y yo. -Ella asintió. -¡La pasaremos genial!
Pasamos una tarde amena juntos mientras molestábamos a Diluc. Estaba algo enojado porque tenía a 3 molestos universitarios dando vueltas a su alrededor. Se enojó y se encerró en su habitación.
Ya se hacía tarde, por lo que Amber se fue a su casa y yo me fui a descansar. La comida de Amber me mejoró el ánimo y todo, me sentía fuerte y con muchas ganas de divertirme. ¡Me encanta ir a fiestas! Y robarme la comida, jajaja.
Me vestí con un ligero vestido negro, con un cinturón blanco. Unas sandalias bajas y me até el cabello en una coleta, me maquillé poco y salí. Me "escapé" por así decirlo, porque Diluc no le gustaba que saliera sin su permiso. Era el dueño de la casa.
Corrí escaleras abajo (sin pisar los escalones que crujían) y salí por la puerta, no sin antes sacar mis llaves que tenían colgando un personaje de un juego.
Llegué a la fiesta que me había recomendado Beidou, una compañero mucho mayor de otro curso. Al llegar ví las luces de colores y como las personas bailaban suavemente. Era Japón, todo lo apegado se ve mal. O eso creía.. en esta fiesta todos sudaban juntos, gritaban, bailaban, saltaban, comían, tomaban.
Me había pegado el hábito de Diluc de no beber alcohol, tampoco le veía lo atractivo por lo que simplemente decidí tomar jugo de uva. Me encontré con algunos compañeros de clase, como Razor, Bennett, Xiangling, etc. Todos disfrutaban una gran fiesta hasta que escuché una voz en el parlante. -¿Cómo la están pasando? -Todos gritaron a la vez, no entendí nada. Era el chico rubio de la cosa negra en el pelo, era un DJ conocido parece. Hacía buenas mezclas y mix de música, todos disfrutaban. Puso algo más sensual, por lo que todos comenzaron a llevar a sus parejas o ligues al escenario de baile. Yo me senté en la barra.
-¡Hola de nuevo! -Me giré, lo ví parado delante de mí. -¿Cómo estás?
-Me he sentido mejor, ¡No sabía que eras un DJ! -Él se rascó la cabeza.
-No es para tanto, podría ser doctor y ni enterada estarías.
-¿Y lo eres?
-¡No, jajaja! -Giré los ojos. Él se rió y se sentó a mi lado. -Es mi hora de descanso, ¿Viniste con alguien?
-Nopi, en mi casa todos dormían y mi querido Hermano mayor por 2 meses duerme como tronco, mi otro hermano también. No son mis hermanos de verdad pero los quiero como tal. -Él asintió.
-¿Quieres estar conmigo? Yo te cuido. -Sonreí. Asentí. -¡La pasaremos de lujo! ¿Quieres bailar?
-¿Eh? No sé bailar, que vergüenza. -Él tomó mi mano y me sacó a la pista. Reímos juntos. -¡Basta, que vergüenzaaa!
Él me hizo girar y comenzamos a bailar, era horrible bailando por lo que era opacada por él, pero eso no importaba. El calor de la situación me estaba dejando afónica, y me estaba mareando. Me fui a sentar nuevamente a la barra, para beber agua. Sentí el sabor amargo pasar por mi garganta, eso no era agua, era vodka. -Señor, le pedí agua. -Él se disculpó pero entre tanto griterío no escuché nada. Tenía una muy mala resistencia al alcohol, me sentí mareada.
-¿Estás bien? -Preguntó Thoma. Asentí. -Te ves pálida, ¿Te llevo a casa? Me está reemplazando un compañero.
-No te preocupes, me dieron un vaso de vodka en vez de agua y tengo muy mala resistencia al alcohol. -Él se golpeó con su mano en la cara. -Y no puedo volver ahora, son como las 3 de la mañana.
-¿Quieres ir a mi casa? -Lo miré. No lo conocía de nada.
-Déjame preguntar a mis conocidos si puedo ir, no te conozco desde hace mucho. -Él asintió.
Hablé con Bennett pero dijo que su cuidador no lo dejaba tener invitados, Xiangling tenía su familia entera en su restaurante por lo que no podía tener más invitados y Razor simplemente era Razor. -Supongo que puedo ir a tu casa, gracias.
Él se despidió de sus amigos que trabajaban con él y fuimos a su casa. No quedaba tan lejos por lo que no caminé tanto. -Vivo con una amiga y su hermano, ojalá no te moleste. -Negué, por lo menos otra chica ahí.
Al llegar me quité las sandalias y Vi a una chica viendo una película, tenía el cabello blanco y un flequillo. -¡Toquen la puerta! Casi me cago del susto.
Thoma comenzó a reír. -Perdón perdón, ¿Ayato está durmiendo? -Ella asintió. -Ella es una amiga de la Universidad, se quedará por la noche, no pueden verla llegar tarde. -Ella me saludó. -Ella es Ayaka.
-Un gusto, soy Alora.
-¡El gusto es mío! -Me sonrió.
Nos dirigimos a la habitación de Thoma, que tenía una gran cama de dos plazas. -Puedes dormir en la cama, no te preocupes. -Sonreí.
-Tienes una cama gigante, y yo siempre duermo en la orilla si hace calor, así que no te preocupes. -Sonreí. -¿Me podrías prestar algo para dormir? No quiero arruinar este vestido.
De su armario sacó una playera negra sin mangas, no me servía, podía escaparse algo de su lugar. -¿Podrías darme algo con mangas? Es por precaución jajaja.
-¡Por supuesto! Que descuidado fui. -Me dió una playera blanca con negro, y fui a su baño para desvestirme. Me puse la playera y dejé abajo mi ropa interior, quizás fui muy confianzuda. -Duerme en el lado que quieras, estaré en la cocina. -Asentí, ví mis manos y temblaban un poco, estaba haciendo frío. Mala señal.
Abrí las mantas y me puse en el lado izquierdo, que daba a la pared. Simplemente bastó con eso para dormirme en la cama, tenía el aroma a Thoma, un perfume no muy fuerte pero varonil, lo que me acunó antes de dormir.
No sé qué hora era, pero sólo sentía como mi cabeza reposaba en algo duro. No era una almohada, ¡era el torso de Thoma! Me separé abruptamente, había hecho frío, terminé abrazándolo. Él dormía solo con ropa interior, no tenía nada más puesto. Lo miré, sus labios se abrían un poquito al exhalar, se veía muy tierno. Pero ese cuerpo esculpido que tenía era bastante notorio, me gustaba.
-Perdón, hacía frío y terminé haciendo algo que no debía. Perdón. -Susurré sobre su pecho, al mirar su rostro nuevamente me estaba observando. Nos mirábamos fijamente, se sentía cierta tensión. Debo admitirlo, era muy guapo, tan guapo que podría gustarme como un amor platónico.
Dirigió su mano a mi mejilla, para posicionarla ahí y sujetarme. Eran escasos centímetros que nos dividían, nuestras pesadas respiraciones se comenzaban a mezclar hasta que ¡Clurck! Sonó la puerta abriéndose.
-Thoma voy a sacarte un chale--Un chico alto de cabello blanco entró, nos vió y cerró la puerta silenciosamente. -Yo no ví nada.
Nos separamos bruscamente, me vestí rápidamente y salí de ese lugar. Me despedí de Ayaka pero no ví a Thoma, que vergüenza.
Al llegar a casa Vi que Diluc me miraba de brazos cruzados y negaba con la cabeza. -¡Te dije que no salieras! Es peligroso.
-Me quería divertir, perdón. -Murmuré bajando la cabeza, el refunfuñó y se fue. Ya era hora de entrar a clases por lo que me vestí rápido con un buzo y corrí a la uni.
-¡Hola, Alora! -Me saludó Xiangling. Venía con una fuente de comida. -Vayamos a almorzar con Xiao y Lumine, ¿Te parece? -Asentí.
Nos sentamos en la misma mesa de los antes mencionados, que estaban estudiando. -Xiangling, son recién las 8 de la mañana, no podemos comer una tentación de adeptus. Es picante. -Dijo Xiao.
-¡El picante me hace mal, lo sabes! -Exclamó Lumine. -A Aether le gusta, deberías intentar darle a él.
Ella se fue y yo me senté con ellos, conversamos y dijeron que fueron a la fiesta de ayer pero se fueron porque alguien vomitó en el centro y se arruinó la pista. Reí. A Xiao le interesaba Lumine pero a ella le gustaba simplemente estar sola, viajar, y acompañar a su hermano a viajar. -Te vimos con el DJ, es espectacular, ¿no?
Asentí. -De los mejores que puedo conocer. -Sonreí, recordé la situación reciente y me sonrojé abruptamente.
-¡Uyyy, se sonrojó! -Ella rió. -¿Te gusta Thoma?
-¡Lo conozco desde ayer! Un amor platónico quizás, pero no. -Suspiraron.
En fin, pasó ese día rápido, y remontamos en el día 30 de abril. Era el festival de la escuela, por lo que fui con Amber y Bennett.
Me vestí con un vestido verde con azul, sin tirantes, con escote de corazón. Era corto, llegaba unos dedos arriba de la rodilla, y usaba unas zapatillas blancas. Me maquillé un poco más de lo normal, pero para que se viera natural, y salimos. -¡Qué linda te ves, Alora! Me encanta tu vestido.
-Me sonrojas, muchas gracias. -Bennett tomó del brazo a Amber y a mí y nos llevó a tomarnos fotos y a comer.
Sentí una mirada detrás de mí, como que me perseguía.
-¿Podemos hablar? -La voz de Thoma me siguió. Sorprendida giré.
-¿Y qué haces tú acá?
-Estudié acá. Deja de evitarme, debemos hablar. -Le miré a los ojos, sentía que me hacía pequeña.
-Amber, adelántate. Hablaré con él. -Ella asintió, para ir con Bennett a comer dango tricolor. -¿Qué ocurre? Y no te he evitado, simplemente no coincidimos.
-¿Cómo qué que ocurre? ¿No viste lo fogoso que hubo entre nosotros? -Me sujetó de la cintura, me sorprendí.
-Estamos en público, ¿Qué haces?
-Nada.
Me llevó a la pista de baile, dónde todos bailaban bastante apretados porque estaba lleno. Me sujetó de la cintura y comenzó a acercarse más por como las personas empujaban por todos lados. -Yo te cubro, tranquila. -Su mano estaba en mi hombro mientras que la otra en mi cintura.
Sentía su corazón palpitar fuertemente, tenía literal frente a mí su pecho. Me encantaba ver abdominales, era mi perdición. Y ahora los sentía con la palma de mi mano.
-¿Por qué estás tan nervioso? -Pregunté.
-Porque estamos así de apegados. -Susurró en mi oído. -¿Quieres venir conmigo a un lugar más apartado? Quiero hablar contigo.
Asentí, y me tomó la mano para llegar a la biblioteca. -Los salones están prohibidos, así que no debería venir nadie por acá. -Susurró. Sentí como mis piernas comenzaban a flaquear. Debían ser como las 6 de la tarde y me ponía nerviosa. Se veía el cielo rosa y morado al comenzar a ocultarse el sol, lo que me daba al ambiente una sensación de romance y sensualidad.
-¿Y qué debemos hablar? -Susurré, seguíamos igual de pegados que antes, sólo que esta vez apoyados en el librero.
-Sobre esto. -Me enseñó un brazalete, era un regalo que me dió Diluc hace mucho tiempo. -Se te quedó en tu casa, no sabía cómo entregártelo.
-Muchas gracias, es muy preciado para mí.
-¿Y quién dijo que te lo voy a entregar sin un premio a cambio? -Espetó burlón.
-¿Y qué quieres?
-No sé, convénceme con cualquier truco. -Susurró con un tono de burla. -Si quieres te ayudo con una pista. -Me hizo llevar mi mano hasta su pantalón, que se notaba inquieto. Me sonrojé.
-¡Estamos en la esc--Cubrió mis labios con los suyos, dejándome anonadada. Un gran beso comenzó a fundirse entre nosotros, lo que nos dejó sin aire bastante rápido. Introduje mi mano en su pantalón y él soltó un suspiro, dejó salir su miembro erecto. Seguí con mi mano suavemente, intentando no lastimarlo.
-Intenta más rápido, me gusta así. -Asentí, mientras usaba mi mano en su pene, con la otra me apoyaba en su cintura y él me besaba y entrecortaba los besos con sus suaves gemidos. -E-Espera.. ¡No te acerques mucho! -Jadeó en mi oído. Sentí como mi mano se sintió húmeda. Él se había corrido.
Sacudí mi mano intentando que todo cayera, él me sujetó del brazo y me hizo chocar con el escritorio del profesor.
Me hizo llevar mi mano que tenía húmeda hacia mi boca. Él sonrió burlón. Giré los ojos y lamí mis dedos. Él me hizo ponerme de espaldas a él, y que abriera mis piernas. Sólo sentí como sus dedos quitaron mi ropa interior y los metió suavemente, me arqueé y sujeté fuerte el escritorio. -Oh, ¿Qué tenemos aquí? Creo que por acá falta atención. -Mientras me dedeaba, rozaba su pelvis con mi trasero. Sentía de todo. Sus labios atacaron mi cuello, gemí alto. Se arrodilló entre mis piernas y comenzó a juguetear con su lengua entre mis muslos, para subir y dejarme tiritando. Yo solo mordía mis labios y sujetaba el borde de la mesa, jadeante.
-¿Por qué tanto ruido? ¿Quieres algo más? -Susurró luego de ponerse a mi altura, rozando más su pelvis a mí. Asentí. -¿Y qué quieres?
Lo golpeé tirando hacia atrás mi cadera. -¡Eh! ¿A qué vino eso?
-Tonto. -Espeté, intenté darme la vuelta pero no me dejó, pero se hizo camino con sus manos y me embistió, dejándome sorprendida. Me salió un chillido por la sorpresa. -¡Uhmn!
Tiró de mi coleta, y puso su mano en mi cuello, dificultando que pudiera respirar. Comencé a sentir más presión y comenzaba a sentir como algo se acercaba. -¿Necesitas algo? -Dejó de embestir, lo estaba haciendo bastante rápido por lo que casi me venía. Gruñí. -Recién comenzamos con la diversión.
Mientras una de sus manos se dirigía hacia mis senos, sus labios atacaban detrás de mi cuello y jalaba mi cabello.
Bajó sus manos a mi trasero, comenzó a agarrarlo y moverlo para impulsar sus embestidas. Eran lentas y profundas, me dejaban viendo las estrellas. -Me la dejas difícil, estás tan apretada y tan caliente por dentro. -Susurró. Me dió vuelta con cuidado y levantó una de mis piernas para sujetarla con su brazo, comenzó a embestir y cada vez llegaba más profundo, dejándome aturdida. Me besó con pasión, era un beso mojado, cada vez llegaba más lejos y sentía como mis ojos de vez en cuando veía en negro, ¿Acaso ponía los ojos en blanco?
Me sujetó con ambos brazos y me apoyó en la pizarra, sentir el frío en mi espalda y sus manos sujetándome, sus embestidas profundas y rápidas y sus besos me hicieron tocar el cielo. Un gran gemido escapó de mis labios, él cubrió mi boca con su mano. -Au..Au..Au, no me muerdas.
Mientras seguía teniendo el orgasmo, mis piernas comenzaron a flaquear, estaba cayéndome. -¿Te ayudo?
Lo miré enojada. -Obviamente, me dejas-
La puerta comenzó a abrirse, quedé estupefacta. Thoma seguía sujetando mi pierna, caímos detrás del escritorio. Gemí de dolor. Gateamos debajo y nos quedamos en una posición bastante malinterpretable, quedé debajo de él con mis piernas abiertas, él encima de mí con sus manos en el suelo alrededor de mí para soportar su peso.
-Escuché ruidos en este salón, quizás fue mi imaginación. -Habló alguien.
-Estos alumnos de hormonas alborotadas.
Sólo nos mirábamos con nervios, hasta que escuchamos como cerraron la puerta. Al escuchar pasos alejarse, simplemente reímos.
-Supongo que es hora de volver a casa. -Dijo mientras me miraba. Sonreí y asentí. -O podemos repetirlo en un espacio pequeño.
Nos volvimos a besar, mientras se escapaban ligeros suspiros mientras ahora la ropa sobraba.
Si entramos a las 6 aproximadamente, salimos como a las 9 de ahí, fluidos, besos, gemidos, jadeos fue lo único que llenó el salón de clases, una ducha rápida en los camerinos y salir y tomar caminos separados.
Y no, no fue algo de simplemente un día, cada semana, los días jueves a las 8 de la noche, encontrarse en el salón abandonado de música, dónde luego de una limpieza profunda, una manta y evitar a los profesores para tener una noche de placer.


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