Mil Memorias ┋ Multifandom

todo (no) estará bien┋Helluva Boss

Prompt: Rompiendo una Promesa / Breaking a Promise
Advertencia: Lenguage explícito — como se espera de la web-serie.

Cuando eres niño, tu padre o tus padres han construido este pedestal todopoderoso a su alrededor, y podían traer las estrellas si era posible. Sin embargo, a medida que creces, esa imagen puede romperse y las máscaras pueden caer fácilmente. Sin embargo, cuando ocurre la infidelidad, lo que se rompe es tu mundo.

—¿Papi? —la voz de Octavia irrumpió en el silencio post-canción de cuna, su mirada adormilada recorriendo el vacío del espacio ahora que su padre ya había terminado su espectáculo explosivo y había trozos de meteoritos flotando a su alrededor.

Cómo si ya fuera una costumbre, la joven princesa sintió el movimiento de las plumas de su padre cosquillear contra su mejilla; y pronto emana una serie de risillas cuando su pico comienza a acicalar las plumas desarregladas de su cabeza, como si no haya existido una pesadilla en la que su papá se desvanecía en primer lugar.

—¿Qué sucede, mi mochuelo? —La voz de Stolas, profunda y relajante, hizo eco en el espacio mientras sus manos, imponentes y protectoras, la sujetaban contra su pecho.

El movimiento de su padre al caminar la mecía de esa manera que sabía plenamente la arrullaba, y Octavia luchó contra el bostezo a sabiendas de que, si no hablaba ahora, nunca podría hacerlo.

—Siempre estaremos juntos, ¿verdad? —una parte de ella se sintió mal ante la manera tan abrupta en la cual se detuvo, pero otra parte de ella se sentiría peor – los recuerdos de su mal sueño tan vívidos en su memoria como las galaxias que acaban de estallar—, ¿mami, tú y yo?

—Hmmm —Octavia se retorció en los brazos de Stolas, e incluso el príncipe tuvo la decencia de aflojar su agarre lo suficiente para que la niña tuviera espacio para moverse, y en poco tiempo los grandes y somnolientos ojos curiosos de ella se enfocan en su padre—, por supuesto, mi dulzura.

—Mami y papi siempre estarán juntos, y siempre te amarán —continuó, acomodando a su hija en su hombro antes de que sus dedos comenzarán a peinar su cabello—, incondicionalmente.

El tono de papá no daba lugar a dudas, luchando contra los retazos de su subconsciente somnoliento cuando las afirmaciones y la incertidumbre luchaban manteniéndola despierta u ocasionándole pesadillas que la dejaban gritando por sus padres en medio de la noche.

Aun así...

—¿Lo prometes? —la princesa bostezó, extendiendo su pequeño meñique hacia su padre.

Y para Stolas, era claro que de esto dependía el sueño de su adorada hija – tampoco es que eso fuera relevante. De igual forma, el príncipe sonrió antes de entrelazar ambos dedos.

—...Te lo prometo, mi pequeña estrella de fuego, —murmura Stolas, plantando la promesa con un beso en la frente que hace reír a la princesa a pesar de su agotamiento.

(Pero entre sus parpadeos cansados, la niña no ve la mirada de culpa en el rostro de Stolas. No ve la sonrisa sin humor que enmarca el rostro de la lechuza mientras arrulla a su hija. Y no ve la vacilación en los movimientos de su padre y voz.)

De cualquier manera, Octavia sabía que papá nunca le mentiría. Porque papá la amaba y no tenía reparos en demostrarlo cuando ella quería, incluso cuando sus deberes reales o sus tareas principescas lo mantenían ocupado, se tomó el tiempo para dejar de lado el papeleo, tomar el té con ella y maquillarse juntos a pesar del futuro regaño de mami. Porque papá acababa de cantar su canción de cuna favorita y Octavia ahora estaba segura de que podría dormir segura en sus brazos, al menos hasta que sintiera su colchón.