Mil Memorias ┋ Multifandom

te tengo (y tú me tienes)┋DuckTales

Prompt: Acunando a alguien en sus brazos / Cradling someone in their arms
Age Swap AU: dellyduck (tumblr)/NinaFujisaki (AO3). Escrito con su permiso.

Huey Duck no tenía la más remota idea sobre ser un padre. Pero mientras los mellizos estuvieran a su cuidado, sabía que daría el mundo por ellos.

A Huey nunca le gustó el café. Gracias a su poca tolerancia con el azúcar, nunca había sido fanático de la sensación que la bebida ocasiona en su lengua, incluso si era descafeinada. Nunca había comprendido que era lo que sus hermanos veían en la bebida; pero era una alternativa que ya estaba empezando a considerar al observar el calendario en su celular y sentir el paulatino movimiento de los huevos que anidaba.

9 de junio.

Ya era la semana de eclosión de los gemelos, y el hombre no sentía que en cualquier momento debía siquiera tomar una siesta. Sentía que en el momento que cerrara los ojos se escucharía la primera fractura; pero sabía que lo necesitaba: no estaba seguro de la última vez que había dormido en una verdadera cama, y era consciente de lo que la falta de sueño podía hacer en su cuerpo, desde que era niño había intentado que él y sus hermanos tuvieran un ciclo de sueño de 8 horas, perfectas para un desarrollo pleno para su edad.

Pero ya no eran niños, y ya no eran un equipo. Ahora era sólo él, el siempre responsable hermano mayor y el autoproclamado adulto del grupo; si alguien podía hacer esto, era Hubert Duck.

—Sí, puedes hacerlo Huey. Has viajado por el mundo, descubierto templos y enfrentado lo imposible desde que tienes memoria. ¿Qué tan difícil puede ser, verdad pequeños? —sonriendo, acarició uno de los huevos bajo sus plumas de la cola. Sintió una calidez en su corazón al sentir el movimiento de la cría en su interior.

Eso no evitaba que estuviera nervioso. El movimiento de ambos patitos se estaba tornando más constante y cada segundo se sentía eterno.

—Ahora entiendo cómo se sentían nuestros padres cuando nosotros nacimos —Huey sonrió nervioso, levantándose con cuidado de su posición en el pequeño nido improvisado, junto al moisés en el que normalmente dejaba reposar a los mellizos, gruñendo por lo bajo al sentir sus músculos entumecidos—, ¿cómo es que mamá pudo hacer esto?, ¿cómo es que Dewey pudo hacer esto?

Su pico había exhalado una sonrisa nerviosa, acuclillándose para que sus alas, temblorosas debido al cansancio, pudieran envolver al par de brillantes y pecosos huevos en un par de sábanas, junto a una que en primera instancia había traído para él. Cualquiera que lo viera pensaría que estaba hablando solo, pero ha leído tanto en libros de paternidad como en su fiel guía la importancia de que hable con los huevos y que ellos lleguen a familiarizarse con su voz.

—No se preocupes niños, esto no es en contra de ustedes —se permitió aclarar alzando la mirada, su sonrisa desvaneciéndose cuando sus ojos traidores se enfocaron en la ventana de la cocina. La luz de la luna permitía que el pequeño comedor tuviera un brillo plateado que no hacía más que burlarse de él.

Suspiró. Ya tenía suficiente suerte de encontrar una pequeña casa en el área residencial de Duckburg para que lo pase lamentándose por alguien que ya no estaba ahí... al menos no físicamente, sin importar cuánto le doliera aceptarlo.

Arropó cautelosamente los huevos, encendiendo la lámpara de su mesita de noche para enfocar la bombilla en ellos. Las luces en la sala de estar estaban encendidas, claro, pero sabía que los polluelos necesitaban el calor suficiente para nacer sanos.

—De nada —rió triste cuando sintió otra vez un movimiento. Le gustaba pensar que era uno de los hermanos agradeciendo por la fuente de calor—, ¿les molesta si su tío Huey va a tomar agua? Estaré cerca por si necesitan algo.