solo (tú,) yo y la luna┋Futari wa PreCure

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Prompt: Insomnio / Insomnia

Nagisa no puede dormir, y definitivamente no tiene que ver con la chica bonita que duerme a su lado.

Nagisa nunca fue una persona mañanera.

Eso era algo que reconocía y de lo que actualmente no estaba orgullosa. Por muy fantástico que fuera la sensación de dormir y sentir que tú cerebro se apagaba, en la secundaria eso le había causado muchos problemas, y en parte estaba agradecida hasta la actualidad con el apoyo académico que recibió por parte de sus amigas; y ciertamente enfrentar a villanos caricaturescos todo el tiempo al lado de Honoka la agotaba más que una práctica deportiva.

Pero finalmente habían derrotado, de manera definitiva, a la Dotsuku Zone. Y después de arduas y emocionales batallas, las emisarias de la luz lograron restaurar el Jardín de la Luz. Mepple, Mipple, Porun y Lulun tuvieron la libertad y satisfacción de volver a casa y ambas recuperarán la oportunidad de ser colegialas comunes y corrientes ahora que la escuela superior se aproximaba, proporcionando un extraño aire de nostalgia que la nipona nunca se había permitido en apreciar. Incluso no tener la presencia de Hikari era una sensación nueva.

Claro que no era fácil, nunca lo era. Todo estaba tranquilo, demasiado tranquilo. Y Nagisa podía escuchar las manecillas del reloj – el tic tac, tic tac, tic tac no le ayudaba, le recordaba a esas noches en vela que pasaba estudiando para exámenes que no aprobaba y organizaba las jugadas para el próximo entrenamiento de lacrosse tras volverse capitana. El canto de los grillos tampoco la mantenía tranquila, como un pequeño piquete que la mantenía despierta – ¿quizás el efecto secundario de pausar lo que estaba haciendo para complacer cada capricho de Mepple la mayoría del tiempo? ¿O era la inquietud de desconocer cuándo sería el próximo ataque de esos sujetos?

Seguramente Honoka tendría una buena explicación al respecto, seguramente le diría con términos que no entendía y definiciones que apenas comprendía por qué siquiera el insomnio existía. Así era ella y así la quería – apreciaba. Pero no podía ser. Girando la cabeza levemente, comprobó lo que ya sabía cuando su amiga dormía de manera silenciosa, su pecho subiendo y bajando al compás de cada respiración.

A decir verdad, Nagisa misma desconocía en qué momento su presencia bajo el techo de la residencia Yukishiro se había vuelto más y más constante, pero pronto estaba segura de que se encontraba más tiempo en ese lugar si es que no ayudaba a su madre en las labores del hogar o cuidando a Ryōta; y sabía con certeza que a la obaasan de Honoka tampoco le molestaba – al contrario, sabía que le alegraba que pasará más tiempo al lado de su nieta, y también se encontraba sintiéndose cómoda ante el mismo aire gentil y tranquilo que ambas transmitían tan solo cruzando la puerta de entrada en contraste al caos enérgico que era su apartamento. E igualmente se divertía con Chuutaro.

Pero ¿cómo no querer pasar más tiempo junto a Honoka, incluso si ya no eran más Pretty Cure? Ella era inteligente, posiblemente la persona más inteligente que podría haber conocido – no era la Reina del Conocimiento por nada. Su actitud calmada podría chocar en más de una ocasión con su energía, pero aún así no pasaba mucho para que le hiciera compañía tanto en entrenamientos como en partidos, permitiéndole regresar a Tierra cuando un huracán de emociones se apoderaba de ella.

Y era tan bonita...

—No, no bonita —murmuró somnolienta y frotando el puente de su nariz, sus mejillas tomando un color carmesí que estaba segura se vislumbraría a pesar de la ausencia de luz. Observó por el rabillo del ojo a su compañera para asegurar que siguiera durmiendo; no sabía si era de sueño ligero y ciertamente no quería comprobarlo ahora—, pero...

Mil Memorias ┋ MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora