sometimes we have to get lost in order to meet us again┋HSMTMTS

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Prompt: Déjame Solo / Leave Me Alone
TW: Disforia de Género, Estereotipos de Género, Misgendering (Accidental y No)

R. siempre supo que había algo diferente en ellos. No estaba seguro qué significaba exactamente: no tenía mucha información a la cuál acudir, y la poca a la que tenía acceso en la era demasiado confusa para que su mente infantil la comprendiera en su totalidad; simplemente era un pequeño cosquilleo que no sentía en todo momento, pero era consciente que existía en su estómago y no dudaba en hacerse presente cada que quisiera, generándole una enorme dosis de inquietud.

No era hambre, muchas de las ocasiones en las que surgían dichos sentimientos eran durante las horas de comer, las pocas ocasiones en las cuales su pequeña familia hacía un lado sus actividades y aprovechaban los pequeños momentos... si es que no arrojaba la comida o jugaban a hacer figuras con ella.

—R., dulzura, ¿me pasas la sal, por favor? —y ahí estaba el cosquilleo, comenzando en su estómago para serpentear a través de su pequeño cuerpo.

No le gustaba; de hecho, ocurría todo lo contrario, porque anudaba su garganta y apretaba su pecho, haciéndolo desear con desenfreno el toque consolador de su mamá. Aun así, optó por ignorarlo, aunque sea por un segundo, para pasarle el condimento a su mami.

—Sí ma' —ignorando el cosquilleo incómodo en sus dedos, tomó el salero. Sus manos temblaban, y estaba seguro de que estaba cerca de tirarlo de no ser porque particularmente lo arrastró en la mesa con un pequeño "¡whoosh!"

La mujer suspiró al tomar el objeto, la sonrisa desvaneciéndose de su rostro.

—Cariño, ya te he dicho que no hagas eso, no es propio de una dama —regañó, aunque el tono dulce en sus palabras permitió aligerar el impacto, y parpadearía jugueteando con sus pulgares. Que su madre la llamara dama había incrementado la sensación pesada en su estómago, y no le gustaba y quería que se fuera, pero no podía hacer que se fuera si no sabía qué generaba esa sensación en primer lugar.

—Perdón mami —dice, o intenta decir. Desde que tenía uso de memoria, siempre había tenido problemas en el habla, ocasionando un habla confusa e idéntica a la de Donald Duck, ignorando los clásicos graznidos del personaje animado.

Lynne pone nuevamente los ojos en blanco, pero esta vez se mantiene callada al esparcir el condimento en su propia cena. Su padre toma de su vaso de agua en el asiento contiguo antes de aclarar por lo bajo su garganta.

—No seas tan dura con ella, amor. Sólo está jugando —R. no pudo evitar sonreír. Incluso si no era la pequeña hijita perfecta, al menos su padre era demasiado comprensivo, y no podía evitar sentirse de manera segura cuando él estaba cerca.

Estaban seguros de que podrían alzar el mundo en la palma de su mano si pudiera.

—¿Y arriesgar que tire la comida y ensucie su vestido nuevo? Absolutamente no, Mike. Puede jugar en su cuarto con sus muñecas, no en el comedor con los condimentos, ni con los cubiertos —se madre señaló tan pronto comenzó a jugar de nuevo. No sabía qué eran los cubiertos, pero estaban seguros que se refería al tenedor de plástico en su mano y con el que dejo de revolver su huevo revuelto con un puchero.

—Sí, mami.

—Cariño, no balbucees, sabes que no entiendo cuando balbuceas —y claramente molestaba a su madre, a pesar de la mirada que igualmente le dedicaba papi—, con un movimiento de cabeza basta, ¿entendido?

Reprimiendo un suspiro, R. asintió antes de seguir comiendo, su sonrisa tornándose diminuta sobre la gentil y callosa mano en su cabello.

Eventualmente, ese retorcimiento en sus entrañas se reduciría, y R. estaba casi seguro de que se desvanecería por completo. O eso intentaba creer; en retrospectiva, podría asegurar que el mismo sentimiento seguía ahí, pero, o por querer hacer feliz a su madre, o porque sus terapias del habla habían mantenido su mente concentrada en algo que no fueran esos pensamientos sin sentido, ni se había permitido ahondar en ellos.

Mil Memorias ┋ MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora