Capitulo 9 _Dentro de la Vida cotidiana (1)

658 112 11
                                    

El miércoles es la primera clase , de 'entrenamiento anti-personal'.

Esta clase de dos horas de duración simplemente tenía dos cadetes formando una pareja y se entrenaban mutuamente. Se usaron armas de entrenamiento para hacer la pelea menos dolorosa y más fácil de clasificar. En esta clase, Kim Suho se emparejó con Yi Yeonghan y Shin Jonghak con Kim Horak.

"Woooh."

"Rango 934 Kim Hajin, ¡levántate!"

"Yo, yo no puedo."

En cuanto a mí, estaba peleando con la instructora de combate anti-personal en lugar de un cadete.

Fue porque no había una pistola para entrenamiento. Como no se podía usar una pistola de verdad para entrenar por miedo a lesiones involuntarias, me quedé obligado a luchar contra la instructora.

"¿Qué quieres decir con que no puedes?"

La instructora me ordenó que lo diera todo.

Exactamente un minuto después, fue la instructora quien lo dio todo. Parecía que mi Don era más amenazador de lo que ella había anticipado.

"¡Levántate!"

Al ver que mi bala le rasguñaba ligeramente el antebrazo, se enojó y me agarró por el cuello.

Ahora que las cosas habían llegado a esto, me arrepentí de haber pasado mis primeras dos semanas en este mundo holgazaneando. Debería haberme pasado el tiempo haciendo ejercicio.

"No puedo continuar."

"¡Sí, puedes!"

"Mi cuerpo no se mueve."

"¡Lo hará!"

La instructora me empujó con fuerza.

"¡Levanta la guardia y haz algo!"

Me estaba diciendo que hiciera algo, pero la pistola en mi mano se sentía pesada. Apreté el gatillo a medias. El instructor bloqueó la bala con la mano. Luego, ella me atacó. Incapaz de resistir, me tambaleé y caí. Una sensación electrizante recorrió mi cuerpo.

"Me rindo, me rindo."

"No te moviste después de disparar. ¡Dije que hicieras algo!"

*¡Plashh! Me abofeteó.

"¡LEVÁNTATE!"

*¡Plashh! Estaba empezando a enfadarme. Ahora que lo pienso, ¿esta mujer no es más joven que yo?

"¡Dije que te levantes!"

Me negué a recibirla por tercera vez. Apenas le agarré el brazo, entonces...

"Cabrón".

Le mordí el cabello a la instructora con los dientes.

"¡Ah! ¡¿Qué estás haciendo?! 934... ¡Ahhh! ¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡Suéltame!"

G

ruñía en su cabello y me echaba hacia atrás como si mi vida dependiera de ello.

Mis extrañas acciones hicieron que los alrededores se quedaran en silencio, pero no tuve tiempo de prestar atención a algo así.

"¡Esto es una advertencia! ¡Suéltame! Te dije, ¡vamos!"

Este cabello, se lo arrancaré a mordiscos. Juro que se lo arrancaré a mordiscos.

"¡Tú...!"

Podía ver el puño de la instructora delante de mis ojos.

El Extra de La novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora