• Capítulo 24 •

1.3K 172 25
                                    

C.

El día de la graduación llega un 20 de Junio, los estudiantes desfilan en los pasillos con gran emoción, todos se encuentran felices de que el tiempo haya pasado, pero yo no. Quiero seguir al lado de mis amigos y seguir formando bellos recuerdos con ellos, aún así, el tiempo no espera y la primavera nos lleva a un punto de nuestras vidas en donde cuatro jóvenes están con el alma destrozada por el adiós.

No puedo evitar llorar cuando Dahyun me enseña su anillo de compromiso. Como había imaginado, ella ya no seguirá estudiando, ahora formará una familia y se dedicará por completo a ello. Me ha contado que aún no ha tenido intimidad con Jayden, pero que le tendrá que entregar su primera vez cuando termine la boda y que por lo mismo está asustada. No quiere casarse, sin embargo, ya no hay nada que pueda hacer.

Despedirme de ella ha sido más difícil de lo que imaginé, ninguna de las dos está lista para no volverse a ver. Sé que tengo suerte por no casarme este mismo año y ella también me lo repite con gran ilusión. Aún así la dicha no será para siempre, pero por ahora estoy contenta de que así sea. Un último abrazo entre ambas es como concluye nuestra conversación. Nos hemos deseado suerte, pero ambas sabemos que eso no será suficiente.

Venir hoy a Orange se siente diferente, aunque hay un ambiente eufórico en toda la escuela, en cada esquina hay alguien que se encuentra infeliz. Quizás para muchos la escuela sea un tipo de cárcel donde los obligan a asistir, sin embargo, para nosotros, para este pequeño pueblo, los jóvenes lo vemos como nuestra ruta de escape, un lugar que está lejos de nuestro hogar y que aunque no lo parezca, somos nosotros mismos, ahí podemos convivir con personas que —en su mayoría—, nos entienden.

Miro con melancolía mi salón de clases, se encuentra completamente vacío, aunque todos hemos asistido es verdad que ninguno desea quedarse aquí. Los veo reír y gritar en el patio, todos con sus amigos. "Con sus amigos", me repito en mi cabeza. De nuevo me he quedado sola, sin nadie con quien pasar los recesos o hablar de cosas sin sentido. Lo bueno de todo es que Mina sigue aquí y ella a diferencia de los demás, no piensa dejarme sola nunca.

—¡Chaeyoung! —escucho el llamado de alguien y cuando me giro, me encuentro con un triste Tom.

No sonríe, pero hace el esfuerzo de hacerlo, incluso si él mismo sabe que solo está fingiendo.

—Tom, felicidades —menciono alegre, aunque también finjo lo que siento.

—Pequeña, te voy a extrañar muchísimo. —Me abraza y le regreso el gesto.

—Yo también.

—¿Seguirás estudiando? —pregunta con gran intriga.

—Sí, voy a terminar la preparatoria.

—¡Que bien! Me alegra que lo hagas.

—¿Qué harás tú? Casi no hablamos y... no sé nada sobre tus planes a futuro.

—Bueno —ríe—. Tú has estado muy ocupada, te he ido a ver muchas veces a tu casa, pero nunca estas. Me pregunto con quién estarás —dice insinuante.

—Con nadie. —Ahora soy yo quien ríe, aunque nerviosamente.

—Voy a trabajar este año con mi padre en la ciudad —me informa—, luego regresaré para trabajar con mi abuelo.

—¿Eso quiere decir que ya no te veré? —pregunto con desánimo.

—Lo siento, pequeña, tampoco me gusta dejar Belhaven, pero tengo que ayudar a mis padres con el dinero para la casa.

—No te disculpes, espero que cuando nos volvamos a ver todo siga igual entre nosotros.

—Claro que sí, Chae. Siempre seremos mejores amigos —dice sonriente. Es honesto con esa sonrisa que me regala.

|¿Cómo el verano enamoró al invierno?|MICHAENG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora