Luke sale del cuarto de baño con una toalla alrededor de su húmeda cintura, frotando otra en su pelo con la intención de detener las gotas que se le escurren por la anchura de los hombros y que se pierden en la dureza de unos músculos que se marcan con cada movimiento de brazos que traza.
Es temprano en la mañana, alrededor de las ocho y tantos minutos que ni siquiera se mantiene pendiente porque continúa estando medio somnoliento cuando hace mucho tiempo dejó de ser una persona matutina.La sinusitis en el puente de su nariz lo está volviendo loco a medida en que se acerca al estante en donde guarda su ropa interior, y si no tuviera que ir a trabajar a las diez se volvería a acostar para caer en un nuevo sueño profundo, ese que ha estado anhelando desde hace varios días cuando no consigue descansar por completo por culpa de sus deberes en la universidad.
Está por entrar en sus segundos exámenes parciales, lo que significa que pronto estará lleno de proyectos y todas estas pruebas que lo llevarán a la locura en cualquier momento, si es que todavía no lo ha hecho.
Deja escapar un suspiro que resuena en toda la habitación y se sube la tela íntima hasta que el elástico queda aferrado a su cintura por debajo de la toalla que hasta ahora lo ha estado cubriendo.Regresa al baño para colgarla en la barandilla que está encima del inodoro y vuelve a su cuarto para buscar unos pantalones oscuros que le permitan completar el uniforme que debe usar como cada día en que le toca trabajar. No es demasiado complicado el vestirse de la cintura hacia abajo, y deja su torso desnudo por el solemne hecho de que el verano está siendo lo suficientemente caluroso como para hacerlo transpirar espantosamente.
No quiere llegar al trabajo con manchas de sudor debajo de las axilas ni en el pecho, y teniendo en cuenta que no posee un aire acondicionado como tanto le hubiera gustado, debe tomar todo tipo de medidas para poder lucir lo más decente posible, por lo menos hasta llegar a su trabajo de medio tiempo, en donde milagrosamente si hay ventilación.Su empleo no es la gran cosa, unas cuantas horas en una cafetería sumamente concurrida, en donde la paga es buena y las propinas son excelentes solamente por su buena apariencia, su jefe dice que se debe a sus ojos, esos que resaltan y llaman la atención de todo el mundo cuando resultan ser distintos a todos los demás.
Vuelve loca a las chicas, según él, pero a Luke no puede importarle menos. Al final de cuentas ninguna de ellas es su alma gemela, así que no está especialmente interesado. Eso no impide que sea extremadamente amable con ellas, sin embargo. Después de todo, él realmente vive de las propinas.
Cruza la puerta de su alcoba mientras se rasca la parte trasera de la cabeza, y un enorme bostezo se cruza por su boca cuando se introduce en la cocina.Su mirada se enfoca en su compañero de piso, quien está de pie apoyado contra la mesada con un libro de bolsillo entre los dedos y un entrecejo tan fruncido que es casi como si estuviera increíblemente molesto.
No puede evitar la sensación de burla que se inmiscuye en su ser al verlo de esa manera.
—¿Qué con esa cara? —pregunta, y no hay saludos de por medio, ni siquiera un poco de amabilidad casi excesiva cuando han sido incontables las veces que se han visto las caras en cada mañana desde que se volvieron compañeros de piso o incluso desde el instante en el que compartieron esa clase en la universidad que marcó el inicio de probablemente todo.
El muchacho baja el libro tan pronto como lo escucha, manteniendo el pulgar contra la médula espinal de la obra para conservar la página en la que se ha quedado mientras gira el rostro en su dirección.Tiene las cejas espantosamente arrugadas, tanto que le marcan estas líneas en el centro del entrecejo, allí en donde se conecta con el inicio de su tabique y un poco más, y luce disgustado, demasiado, como si acabara de recibir esta noticia desagradable que lo dejara medio desconcertado, medio enfadado, ligeramente confundido incluso.
Luke se traga la risa que le provoca el verlo de ese modo y avanza al interior de la cocina para acercarse a los gabinetes superiores.
—Detesto la literatura, es definitivo —declara Chase con firmeza, como algo que ha decidido tras noches eternas de consideración en compañía a un insomnio que se ha acostumbrado a descansar a su lado.
Su cabello claro está revuelto en la parte trasera los rizos desparramados casi por todas partes sin un orden ni dirección en particular, lo que le da al rubio la impresión de que se ha rascado al no comprender lo que aparentemente ha estado leyendo.
—¿No es un poco tarde para decir eso? —cuestiona con gracia, sacando un plato del estante para luego trasladarse hacia la mesada en donde guardan el pan y los cereales. Le echa un vistazo con una de las cejas enarcadas—. Estás en tu último año de literatura, precisamente.
Chase se separa de la meseta con un chasquido de lengua y se mueve para dejarle el paso libre al rubio que solo quiere prepararse su desayuno y que ha caído en la desgracia de encontrarlo de malhumor.
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Réplica ✦ muke au! | ✓
FanfictionUniverso alterno en donde el color de cabello de un alma gemela es el mismo color de los ojos del otro, y Luke Hemmings realmente no puede creer que el amor de su vida se tiña cada benditas cuatro semanas. *・゜゚・*:. muke clemmings! short story! soulm...