Capítulo 2

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Luke prefiere no mirar hacia atrás mientras se aleja, y tampoco respira hasta que se encuentra en la cocina y tiene que dejar el pedido del cliente en donde siempre. Lo hace con un jadeo y manos casi temblorosas, y casi de inmediato se escurre hacia el cuarto del personal para encerrarse, aunque sea cinco minutos allí.

La puerta queda contra su espalda, y hay una mano que se dirige hacia su pecho, justo en donde se encuentra su corazón, ese que retumba con tanta fuerza que le causa la impresión de que se le va a salir en el siguiente segundo.

—Está bien —musita para sí mismo, intentando guardar la calma, y es que no sabe qué pensar, qué decir, cómo actuar, qué creer cuando ni siquiera tiene la certeza de que se trate de ese hombre.

Un hombre.

—¿Por qué un hombre? —susurra con confusión extrema, porque de nuevo, de algún modo ha estado esperando una chica, una linda y adorable o lo que sea.

No obstante, lo que ha resultado ser es un sujeto que luce como si estuviera por entrar en sus treinta, con una afición ridícula a cambiar su color de pelo y un tatuaje en el brazo que ciertamente lo ha dejado en blanco.

Es todo lo que no ha estado esperando, literalmente es ese conjunto de todas esas cosas que Luke nunca habría imaginado que podría llegar a hacer y ahora no sabe qué será de él, de ellos, de su alma hasta el punto en el que siente que puede llegar a romperse.

Se cubre la cara con las manos y ahoga un gruñido de molestia al no poder creer que tiene que pasar por esto justamente hoy.

De pronto, la puerta es tocada y Luke pega este respingo que lo devuelve a su realidad y le hace recordar que está en la sala de empleados y que quizás ha tardado en volver más de la cuenta.

—Luke, ¿estás ahí? —llama Nelly, una de sus compañeras, la única de ellos que podría ser su tipo si tan solo compartieran el espíritu.

Es la que mejor le cae a Luke.

—Sí, sí —responde tras carraspear, por algún motivo se arregla la camiseta del uniforme y el delantal como si hubiese hecho algo que lo desarreglara. Se siente ridículo de pronto—. Ya estoy saliendo.

Tan pronto como dice eso, se pasa la lengua por los labios y gira la manija para abrir la puerta.

El rostro de Nelly está ligeramente arrugado en una completa expresión de curiosidad y leve preocupación que no pasa desapercibida y que es evidenciada en cuanto ella abre la boca.

—¿Estás bien? —cuestiona, se hace a un lado para que Luke pueda pasar sin problema—. Aún no es hora de descanso y la orden que tomaste ya está lista.

—Lo siento, me sentí un poco mareado —miente, no le gusta, pero no va a decir que la persona con la que tiene que pasar el resto de su vida inevitablemente está sentada justo allí. No sabe por qué—. Pero ya estoy mejor, así que volveré ahora.

—¿Seguro? —pregunta sin presionar demasiado—, puedes decirle al gerente que te dé unos minutos para recuperarte —sugiere, sus largas pestañas sacudiéndose cuando parpadea todavía preocupada.

Luke se siente un poco terrible por haberla engañado.

—No te preocupes, estoy bien —asegura y se obliga a sí mismo a sonreír como el sol antes de señalar hacia la cocina—. La comida se enfría. Tengo que irme.

Se escabulle como un malhechor sin remedio, y se apresura a buscar la bandeja que contiene el pedido del cliente cuyo cabello empieza a llamar la atención de las personas que se van sentando a su alrededor.

Es solo cuestión de tiempo para que los comensales frecuentes comiencen a darse cuenta de las similitudes entre sus orbes y aquellos mechones tintados, y por un instante le impresiona el que Nelly no lo haya señalado entre la corta conversación que han mantenido.

Réplica ✦ muke au! | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora