12. hallucinations

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⚠️Descripciones gráficas de estrangulamiento ⚠️

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Gone, Gone, Gone (Phillip Phillips, 2012)One-shot

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Gone, Gone, Gone (Phillip Phillips, 2012)
One-shot

Las partículas de polvo flotando a su alrededor lo hizo tomar consciencia de donde estaba. Es la granja deshabitada del hermano de Tom Cole, la luz del sol entrando por las ventanas del ático iluminaba los andamios y los pocos muebles forrados con fundas protectoras.

Nunca se le borrará de su memoria este lugar, ¿Cómo hacerlo si aquí fue donde casi dió su último aliento?

Desesperado, Carisi palpó su cuerpo, horrorizado descubrió que no tenía encima ningún tipo de protección ni su pistola, se dio media vuelta, dispuesto a salir de ahí movido por su instinto de supervivencia. Pero una masculina voz que lo ha perseguido hasta en sus sueños lo detuvo inmediatamente.

—Definitivamente, —dijo la voz burlona de Tom Cole —. Los policías de ahora no son como antes. Mírate Carisi, huyendo como un venado asustado. ¿Esta vez no te temblarán las piernas? ¿Esta vez no me dirás "No lo hagas" con ese gracioso tono aterrado tuyo?

Carisi se dio la vuelta anonadado. Frente a él estaba Tom Cole, el hombre que casi lo mata perfectamente sano y vivo. De alguna manera el disparo en su cabeza no le hizo nada y ahora está ahí, divirtiéndose a costa suya, a costa de su cobardía, de esa cicatriz invisible y perpetua que dejó en su ser.

Una arrolladora ola de enloquecida ira recorrió su cuerpo sin saber de dónde venía, pero con eso le llegó una compresión que no le preocupó en lo más mínimo: cada cédula de su cuerpo quiere matarlo.

Él está de pie ahí, un recorrido sobre su cuerpo le confirmó que está desarmado al igual que Carisi. Él tiene que aprovechar, tiene que tomar la justicia en sus manos para que nunca vuelva a hacerle daño a alguien, no le importa si la teniente no pudo o no quiso finiquitar el asunto, él lo hará con muchísimo gusto.

No tiene un arma, pero hay muchísimas cosas en el lugar que pueden transformarse en una.

El propio cuerpo humano es un arma.

Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.

Sin mediar palabra y con una tétrica promesa silenciosa en los vacíos ojos azules del detective, Carisi se deslizó rápidamente hacia Cole hasta tenerlo cara a cara. Se abalanzó sobre él, eficaz como el ataque de una serpiente altamente peligrosa, envolvió sus manos alrededor del cuello de Tom apretando con fuerza y firmeza, determinado a no dejar que ese malnacido salga de ahí con vida.

El impulso de la arremetida los llevó a ambos al suelo con un fuerte golpe sordo, el rubio inmovilizó las piernas del hombre debajo de él buscando frustrar cualquier intento de huida o un golpe bajo.

Carisi ignoró que por un instante los ojos de Tom Cole se volvieron de un color verde muy familiar.

Los dientes le rechinaban preso de una cólera desenfrenada y apretó con más fuerza. Esquivó las manos de Tom que intentaba alejarlo, al ver que no podía quitárselo de encima el expolicía soltó un sonido estrangulado.

—Sonny —jadeó Cole sorprendido, con un tono de voz diferente que no supo identificar en ese momento por culpa de la sangre bullendo en sus oídos —. ¿Qué estás haciendo?

—Voy a matarte ¿Es que tengo que apretar más fuerte para que lo entiendas? —escupió totalmente enajenado —. Y no vuelvas a decir mi apodo en tu sucia boca.

Tom boqueó en busca de aire, un segundo y su piel se puso de un color aceitunado, un segundo después y el tono de la piel volvió a la normalidad. Sus uñas se clavaron con fervor en los brazos de Sonny, desesperado por seguir viviendo.

—Sonny por favor, no me mates.

Lo miró con ojos asustados, suplicantes y llorosos, "mejor" pensó Carisi complacido, "mucho mejor, ahora sabes lo que se siente estar a punto de morir, ahora sabes lo que yo sentí cuando pusiste el cañón de esa pistola cargada en mi frente, ahora estás tan atemorizado como yo lo estuve en ese momento, ¿verdad?".

El aliento ya le faltaba a Tom, hizo sonidos asfixiantes y el agarre en los brazos de Sonny se debilitó.
—Sonny por favor detente, no soy él, él no está aquí, ya está muerto. Por favor Sonny precioso, soy yo, Rafael. —rogó en un susurro, las lágrimas saliendo a raudales de sus ojos verde oliva.

¿Rafael?

—¿Rafa? —musitó desconcertado Carisi, parpadeó y el piso polvoriento se transformó en el piso de su habitación, otro parpadeo y su dormitorio reemplazó el ático, otro parpadeo... Y se dio cuenta de que no estaba estrangulando a Tom Cole.

Sus manos estaban en el cuello de Rafael Barba.

Se alejó a trompicones con los ojos desorbitados de horror, arrastrándose hacia atrás con una sensación nauseabunda llenando su garganta.

Rafael intentó incorporarse, jadeando y tosiendo violentamente. Sus manos volaron hacia su cuello, quizás porque no quería que Sonny viera las huellas casi mortales que dejó en su piel, quizás protegiéndose a sí mismo, temeroso de un próximo ataque.

Ahora recuerda que llegó a su casa después de un largo día en la comisaría, recuerda escuchar la voz de Rafael diciéndole que estaba en la habitación, recuerda entrar al cuarto y ser recibido por la hermosa sonrisa de Barba y... se perdió, de un borrón se encontraba en ese ático de esa granja. ¿Porqué no se dio cuenta de que no era real? ¿Porqué diablos dejó que su mente le jugara esa horrible pasada?

¿Y si no hubiera despertado de su alucinación?

—Sonny —lo llamó Rafael casi afónico y con sibilancia —. Cálmate, ya se acabó, te detuviste, eso es lo importante.

—¡¿Bien?! ¡Intenté matarte! —se lamentó jaloneandose el cabello y acurrucado en la esquina más alejada, levantó la cabeza y vio que el fiscal se acercaba a gatas hacia él —. No te acerques, no me toques ¿no ves que a mi lado tu vida corre peligro?

Rafael negó tozudamente, tosió e hizo una mueca con la mano aún en el cuello y las mejillas húmedas.
—No me harás más daño.

Él respondió con una risa, el sonido se escuchó hueco y devastado a sus oídos.
—Te lastimé hace unos minutos, casi te mato con mis propias manos, ¿qué te hace pensar que no lo haré de nuevo?

—Si crees que me separaré de ti por esto estás muy equivocado. Sé que no es tu culpa. Buscaremos una solución y arreglaremos esta mierda. Yo seguiré aquí porque te amo y no mereces esto y mientras yo viva no vas a pasar este calvario solo, ¿entendiste?

—No es mi culpa —repitió medio creyéndolo, gimió y comenzó a llorar amargamente, arrepentido, culpable y horrorizado de hacerle eso a la persona que más ama.

El culpable es alguien que ya no existe y aún así está haciendo de su vida una verdadera tortura.

Angstruary Barisi 2022 #EsDeFanficsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora