Imaginen un lugar horrible, no me refiero a la decoración, sino a su aura, sin un mínimo de vitalidad o calidez, todo lo contrario. Un lugar al que nunca vas a sentir que perteneces así pases toda la vida en él, donde te sientes cada día más sola aunque estás rodeada de personas que como tú, se sienten atrapadas entre sus paredes cada una luchando contra sí misma por no perder la cabeza y mantener la cordura, donde las pesadillas se hacen realidad y las crisis existenciales y las depresiones están más a la moda que la ropa cara. ¿Tu única opción?, mantener las apariencias y buscar una forma de distracción. ¿Suena horrible cierto? Pos la realidad es más horrible aún.
Sean bienvenidos al Internado Aberford o el Manicomio Aberford, como le llamamos los que en él habitamos.
Aberford es un internado súper prestigioso. Se ha ganado toda la fama a base de mentiras sobre como educan a los "adolescentes no adaptados". Según las apariencias es un colegio para corregir a los jóvenes rebeldes y convertirlos en hombres y mujeres con un título y empleo estable, sin embargo, nosotros sabemos a ciencia cierta que eso es solo una fachada. Realmente el colegio es prácticamente un manicomio. Nos privan de todo contacto con el mundo exterior. Lo que implica: nada de visitas, llamadas telefónicas...ni siquiera un telegrama. A los que son demasiado rebeldes los llevan a un ala privada donde están más aislados de lo normal, según dicen es un castigo pero como yo lo veo es un salto seguro a la demencia. Los profesores tienen terminantemente prohibido hablar con los alumnos temas fuera de los educacionales, creo que lo hacen para evitar que creemos lazos de amistad pero ni falta que hace porque todos los profesores son unos viejos puritanos. Y por si todo esto fuera poco nos obligan a hablar con un desconocido con un título de psicólogo una vez por semana.
Además del régimen absurdo del colegio no ayuda en nada su ubicación en medio del campo, literalmente. La cuidad más cercana está a muchísimos kilómetros, por tanto escapar está descartado. ¿Cómo terminé aquí? Eso es una muy larga historia.
-¿Qué materia nos toca ahora?- una voz me saca de mis pensamientos.
-Anatomía- respondo sin ganas.
Venga ya. Hemos pasado todo el día de salón en salón. Nos han puesto un horario de asco y esto es solo el primer día del resto de otro curso horroroso en este lugar.
-Es la última clase- dice la voz de un chico detrás de mi- deberíamos saltárnosla e ir a preparar la fiesta de bienvenida.
Con tanto ajetreo había olvidado la fiesta. Debo decir, y estoy muy orgullosa de ello, que soy la organizadora de las fiestas clandestinas. Creo que es una de las razones por la que la mayoría no hemos perdido la cabeza.
-¡No!- exclamé rápidamente- tenemos un regalo de bienvenida para el nuevo profesor.
-Oh, oh, oh. He oído decir que es todo un galán- dijo una chica con demasiado entusiasmo.
Torcí los ojos. -Si claro- dije en tono sarcástico-, de seguro es otro viejo puritano.
Mis pies se detienen justo en frente del salón de Anatomía. Los chicos que me seguían toman su sitio y yo me dirijo al mío, el primer asiento de la fila del medio. Busco a mi mejor amiga Angie con la mirada y la localizo en lo último del salón. Me hace una seña de aprobación con las manos que entendí como: <<Todo listo>>.
Siento el sonido de unos pasos y deduzco que es el nuevo profesor. Me levantó del asiento y automáticamente todos guardan silencio. Chasqueo mis dedos y el plan entra en marcha. Cuatro chicos se dirigen a las ventanas y corren las cortinas dejando el salón a oscuras. La silueta de un hombre alto se detuvo frente a la puerta y justo en ese momento chasqueé los dedos dos veces y en el TV al otro extremo de la puerta apareció una peli porno.
Todos comienzan a carcajearse, incluyéndome. Chasqueo mis dedos nuevamente para que abran las cortinas y mi orden fue cumplida inmediatamente. Una vez estubo el salón iluminado volteé a ver la cara del nuevo profesor. Atónita es poco para lo que me quedé, mi cara se volvió todo un poema. Mi primer contacto visual es con sus ojos, unos ojos oscuros y llenos de una chispa bastante curiosa. Mi abuelo siempre decía que los ojos son la ventana del alma pero si me preguntan a mi, la ventana al alma de este chico está bien cerrada, sin embargo, tiene cristales transparentes; la mezcla perfecta entre verdad y misterio, alguien que a simple vista puede parecer una persona muy sincera pero oculta mucho más de lo que puedes imaginar, así que...sí, una mirada puede revelar mucho de una persona si sabes entenderla. Es alto, más que eso, me supera por mucho en estatura, yo diría que un metro ochenta y algo más. Hago un análisis completo con mi vista, el chico tiene una complexión atlética pero no demasiado exagerada como si todo en él estubiera hecho a la medida justa. Lleva unos jeans negros ajustados y un pullover gris un poco más holgado, el pelo lacio negro revuelto con un estilo súper despreocupado, pero tragándome un poco mi orgullo voy a admitir que le queda súper bien, aunque nunca lo diría en voz alta. Unos labios simplemente perfectos de esos que te prometen hacerte volar sin despegar los pies del suelo y finalmente algo que llamó bastante mi atención fue un lunar al inicio de su ceja derecha. Para resumir el chico parece esculpido por los dioses, apuesto lo que sea a que es el típico playboy que ve a todas las chicas como un objeto sexual y su relación mas larga no ha pasado de las veinticuatro horas.
Obviando todo esto, la expresión de su cara es neutra. Hice esta broma con la intención de volver loco de ira al profesor que entrara por esa puerta, sin embargo, a él parece no afectarle en lo absoluto.
-Buen día- dice en tono calmado. Tiene una voz bastante peculiar ni aguda ni grave, simplemente sexy- ¿Alguien quiere explicarme a que se debe la cálida bienvenida?
Me pongo un tanto nerviosa y no entiendo el porqué. Esto no me gusta nada. Todos mantienen el silencio y yo decido pasar al frente.
-Bueno...-comienzo a hablar pero me interrumpe.
-No digas más. Supongo que tu eres la autora de la broma.
Estuve a punto de hablar nuevamente pero por segunda vez me interrumpió.
-No era una pregunta.
Se adentró en el salón a pasos suaves y tomó asiento en su escritorio de frente a la clase.
-Creo que acabo de tener el placer de conocer a quién tenía pensado ser mi dolor de cabeza todo el año ¿cierto?
-¿Tenía...
-Parece que además de un déficit de atención también tienes uno de falta de educación- el tono tan calmado con el que se expresa y las cosas que dice hacen que mi cara se ponga roja de ira.
-¡No tienes derecho a hablarme de ese modo!- le espeté sin poder controlarme más.
Tomó una pequeña agenda negra y comenzó a escribir -Déficit de atención, falta de educación, pérdida del autocontrol con facilidad...- levantó la vista de la agenda para dirigirla a mi- ¿Algo más?
-¿¡Quién te crees que eres!?- solté irritada.
-Ímpetu de superioridad- anotó esto último y cerró el cuaderno- Muy bien señorita Winslow puede tomar asiento.
-Espero que tu paciencia sea tan buena como tus argumentos- le dije con toda la calma que pude reunir en ese momento- Bienvenido al manicomio idiota. Mucha suerte, la vas a necesitar.
Agarro inmediatamente mi mochila y salgo del salón a toda prisa. Él no se molesta en impedirlo como si estuviera esperando esa reacción.No tengo idea de quién seas pero te has metido con la chica rebelde equivocada. Si quieres guerra, pos guerra te daré.
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"SERENDIPIA"
Teen FictionDesastre. Eso es ella. Un hermoso desastre de cabellos rizos y personalidad complicada. Es justo la chica que odiarás apenas veas y no podrás evitar amar cuando conozcas, si te permite hacerlo. Scarlett Winslow es mucho más que una adolescente rebe...