Las ideas revueltas, el corazón acelerado, el alma hecha pedazos y la vista nublada, resumen mi situación en este momento. Las lágrimas corren por mi rostro sin descanso y no las detengo, no quiero hacerlo, tampoco quiero pensar pero es lo único que hago. Pensar en ella. ¿Que hace aquí? ¿Por qué después de tanto tiempo? No hayo respuestas y eso me frustra más.
Lo único que me reconforta son mis piernas a medio sumergir en el agua fría del lago. Sí, he venido al lugar más obvio para encontrarme y no es que quiera ser encontrada, todo lo contrario, es que este es sin duda alguna el único lugar en el mundo donde me siento segura.
El aire frío eriza mi piel y apenas lo noto. Estoy tan inmersa en mi misma que el exterior me vale cero, cosa que cambia cuando noto que una mano me toca el hombro. Me giro inmediatamente timiendo que fuera mi madre nuevamente. Pero no, acá tenemos al "súper héroe de la noche".-¿Estás bien?- me pregunta con la aflicción adornándole el rostro.
-¿A caso te parece que estoy bien?- le espeté secándome las lágrimas.
-Lo siento- vi el arrepentimiento en su rostro- fue una pregunta estúpida- se sentó a mi lado al borde del lago.
Me quedé mirándolo con cara de "estás invadiendo mi privacidad we" pero ni caso me hizo.
-No podría esperar otra cosa de ti- dije con desdén.
-¿Que quieres decir?
Torcí los ojos. -Escucha. Te agradezco lo que sea que hayas hecho ahí arriba pero no estoy obligada a entablar una conversación contigo sobre mi vida privada como si fuera lo más normal del mundo así que márchate por dónde has venido- dicho esto dirigí la mirada hacia el lago.
-No- dijo firmemente.
-¿No?- repetí sin dar crédito a mis oídos.
-No pienso irme.
¡No es que esto es el colmo!
Me dispuse a levantarme. -Pues me voy yo.
-Tampoco te irás- dijo con toda seguridad y la mirada fija en el agua del lago- No tienes a dónde, por tanto te va a tocar soportarme.
-¡Esto es absurdo! ¡No puedes hacerme esto! ¡Quiero estar sola! ¿A caso no lo entiendes?
-Puedo y lo estoy haciendo- sacó un cigarrillo, lo encendió y dió una calada de este- Callarse las cosas no va a solucionar nada.
-Hablarlas contigo tampoco- me apresuré a decir- ¿Quién te has creído?
-Ella no va a molestarte más en un buen tiempo- se limitó a decir mientras expulsaba el humo- Sin embargo, no puedo prometer que no vaya a volver, de hecho, va a hacerlo solo que no por ahora.
Me quedé sin saber que decir, no quiero revelarle nada de mi vida. Nada más de lo que ya sabe, que parece ser bastante.
-Bueno...-apagó el cigarrillo en el suelo- ya que no vas a hablar y tampoco quieres que hable...
Se acercó a mi y cuando quise darme cuenta ya estaba en sus brazos.
-¿¡Qué haces!? ¡¡Bájame ahora mismo!!- le espeté pero hizo de oídos sordos.
Comenzé a patalear pero fue en vano. Hizo caso omiso de mi berrinche y se adentró en el lago conmigo en brazos. Solo me bajó cuando estuvimos a una distancia considerable de la orilla. A todas estas me tenía agarrada de la cintura sin ninguna vía de escape.
Pasados unos minutos decidí rendirme a mis intentos fallidos de escapar y comenzé a flotar ligeramente en el agua.
-Si tanto te gusta el agua, ¿por qué no te adentras más?- se percató de la cara de horror que puse y agregó: - No es divertido si tus pies tocan el suelo.
Tragué en seco.
-Bueno...-estuve unos segundos pensando que decir- digamos que no soy la mejor en natación. Me da pánico adentrarme más.
-Venga no tengas miedo- me animó- No puedo creer que una chica como tú no se arriesgue a ir más allá y romper sus propios límites.
-¿Cómo así?
-Sencillo. Te gusta romper los límites que imponen los demás. ¿Por qué no haces lo mismo con los tuyos?
-Es diferente- dije mirando la parte profunda del lago- Los impuse por una razón.
-No eres alguien que actúe por razones, lo tuyo son los impulsos.
No supe que decir. Él tiene razón. Estaba ahí como una cobarde sin poder enfrentar mis miedos, y no me refiero solo al agua, también a mi madre. Huí como una cobarde en lugar de plantarle cara.
Mientras estaba distraída recordando los sucesos de esta noche me agarró más fuerte de la cintura y nos arrastró hacia la parte más profunda del lago. Iconscientemente me aferré a él con muchísimo miedo.-¡Estás loco!- le espeté- ¡Te he dicho que me da miedo!
-Nunca superarás tus miedos si no los enfrentas. Quién sabe...tal vez termine gustándote lo que antes te aterraba.
Nuestros rostros estaban peligrosamente cerca y el reflejo de la luna nos iluminaba creando un ambiente cursi perfecto. Miré en sus ojos y esta vez vi caos, sentimientos encontrados y hasta un poco de miedo.
ESTÁS LEYENDO
"SERENDIPIA"
Genç KurguDesastre. Eso es ella. Un hermoso desastre de cabellos rizos y personalidad complicada. Es justo la chica que odiarás apenas veas y no podrás evitar amar cuando conozcas, si te permite hacerlo. Scarlett Winslow es mucho más que una adolescente rebe...