"De sorpresas y sus cambios"

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- Y debes ponerte esto...esto también ¡oh y esto! ¡Definitivamente esto! - Lisa arrastró una mano por la cara y terminó apretándola en su cabeza, aplastando su cabello hacia atrás para no reclamarle a Ella de otra manera.

La niña y Song Kang llevaban casi dos meses en su nuevo Instituto y, a unas semanas de acabar el año escolar, debían ensayar para una obra final y elegir participar junto a alguno de sus padres.

Ahora, ella estaba sentada sobre su cama y observándola quitar distintas prendas de su armario. Una y otra apiladas a su lado frente a la decisión e indecisión de su hija. Llevaban más de media hora así y no entendía por qué. De igual manera iba a usar una especie de disfraz encima, asique no le veía la gran idea a quitar toda su ropa.

- Esta camisa es perfecta- le dijo al quitar una con pocos usos. Se puso de pie al instante y se la quitó-

- Esta es un regalo de Jennie. Y solo quiere que la use con ella- murmuró viéndola rodar los ojos-

- Eres su esclava o qué-

- Nada de eso- aseguró guardándola nuevamente. Aunque sonrió: eso sonaba fascinante en su imaginación - pero no le gustará verme con ella si no me lo permitió con anticipación-

- Definitivamente eres su esclava- afirmó la niña con un gesto de incomprensión y fue su turno de voltear los ojos. Sí, quizá lo era, pero estaba locamente enamorada de Jennie y no podía negarse a sus peticiones- ¿Lisa? - la llamó por lo bajo y ella se acercó a la cama, volviendo a su lugar-

- ¿Qué sucede? -

- ¿Es bueno estar enamorada? - le preguntó con seriedad y algo de inseguridad. Lisa la observó un momento, no entendía el punto de la pregunta. Ella era pequeña, tan solo con 9 años y a esa edad los niños estaban a miles de kilómetros alejados de la palabra amor. Sin embargo, asintió con lentitud. Ella se encontraba en ese estado actualmente y era la mejor sensación que la invadía a diario-

- Sí, bueno si lo es si lo estoy de Jennie. Sí ¿por qué lo preguntas? -

- ¿Y si no fuese ella? - Lisa se removió con dudas-

- No lo sé. No me imagino ahora sin ella. Me gusta estar así con y creo que no sería lo mismo con alguien más...no, no lo sería- sonrió segura- Sin ella no estarían ustedes y la hermana que esperas...Sin ustedes mi vida volvería ser...asquerosa-

- ¿Nos adoptaste por qué Jennie te obligó o por qué tú lo sentías? -

- Jennie no me obligó a nada. Nada es obligación de mi para ustedes- le aseguró estirando su brazo y jalándola para que se acomodara a su lado. Le rodeó los hombros, abrazándola para oír su risa por lo bajo y le dejó un beso en su cabeza - solías hacerme fastidiar, pero era recompensado con el crecimiento de nuestra relación-

- ¿Cómo qué solía? - inquirió la niña mirándola a los ojos - ¿ya no te fastidio?-

- Pues no-

- ¡Demonios! Estoy perdiendo mi toque. Ah, pero la culpa la tienes tú, con eso de estar feliz ahora ya no te enojas tanto- Lisa rio. Si, definitivamente era eso. Antes no tenía ese momento de la relajación, transitada desde dejar el trabajo hasta cuando llegaba a casa. Nadie la esperaba en ella. Solo hacía en su departamento lo mismo que hacía mientras trabajaba. Era una monotonía sin avances en su vida. Y ahora hasta un perro movía su cola y daba saltos al verla cruzar la puerta tras hacer unas simples compras o desaparecer por una hora.

El cambio era mayor a cualquiera y no podía negarlo: era como despertar de un profundo sueño y continuar soñando.

- No, no has perdido tu toque- la contradijo ella- solo que ahora disfruto de cada momento de mi vida. Y tú estás en ella, Ella-

The Golden RulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora