CAPÍTULO SIETE

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Una hora y media después, cuando cruzó el salón, el fuego estaba bajo, pero todavía ardía. Había gente charlando, un par de parejas haciéndose caricias y un hombre y una mujer, que resultó ser la tía de Taehyung, coqueteando en el sofá.

Jungkook no tenía intención de estar despierto tan tarde después de haber estado tres días esquiando sin parar, pero, después de que Taehyung le hubiera indicado dóde estaba su habitación...

Ante su invitación, se había sentido halagado, sorprendido y excitado. Sintiendo mariposas en el estómago, Jungkook se adentró por el oscuro pasillo que llevaba desde los despachos de los empleados hasta la otra ala separada y allí paró ante la segunda puerta de la derecha.

Un vez allí, llamó a la puerta con los nudillos y Taehyung abrió y lo miró sorprendido.

¿Acaso habría creído que no iba a ir?

-¿Es muy tarde?- le preguntó Jungkook.

-No, no es tarde en lo absoluto- le contestó sonriendo de manera sensual.

Sí, era obvio que Taehyung había creído que no iba a aparecer. ¿Tantas promesas rotas y tantos compromisos incumplidos había habido en su vida?

Taehyung dio un paso hacia atrás invitándolo a entrar y suspiró exasperado cuando sonó el teléfono.

-Perdóname un momento.

El salón era pequeño pero acogedor, tenía un sofá lleno de almohadones frente a la chimenea, fotografías de paisajes en las paredes, una pequeña cocina en un lado y una puerta.

¿Su dormitorio?

Taehyung se paseaba con el teléfono al oído.

-Sí, Seokjin, he cerrado con cerrojo las cajas de los osos- dijo exasperado-. Vaya que atenta la tía Joy por preocuparse. Sí, sí... Mira, ¿por qué no te vas a dormir ya?- se despidió colgando.

-Tienes un apartamento muy bonito- comentó Jungkook intentando que Taehyung se relajara.

-Gracias- sonrió hermosamente- La verdad que se me ha cruzado muchas veces comprarme algo en la ciudad, pero al final termino quedándome acá. Soy el único que vive jornada completa aquí desde que mi abuela murió el año pasado.

Jungkook se percató que lo decía con dolor.

-¿Estaban muy unidos?

-Sí- admitió Taehyung- Maldita sea- añadió cuando volvió a sonar su teléfono.

-¿Algún problema?- dijo Jungkook mientras Taehyung leía el mensaje.

-No- contestó dejando el aparato sobre la encimera de la cocina-. ¿Y tú familia? No me has hablado de tu madre antes.

-Nos abandonó cuando yo era muy pequeño, casi no me acuerdo de ella.

-Y, siendo tú el hermano mayor, seguro que tuviste que encargarte de tus hermanos.

-Sí, me llamaban "mamá" para hacerme rabiar.

Taehyung sonrió y se acercó a la chimenea frente a la que se arrodilló para echar unos cuantos leños.

-¿Quieres beber algo?- le preguntó a Jungkook al ponerse de pie.

-No, gracias- contestó, dándose cuenta como Taehyung se masajeaba el cuello-.¿Estás preparado?

-¿Para qué?

Jungkook se fijó que sobre la chimenea de piedra había una cesta y su contenido le llamó la atención, sobre todo la crema hidratante.

-Voy a empezar por la contractura que tienes en el cuello- contestó Jungkook.

-¿Y por dónde vas a terminar?

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