CAPÍTULO CUATRO

33 6 0
                                    

Jungkook observó esquiar a Taehyung.
Iba mucho más despacio y con mucha más prudencia que antes, lo que lo hizo preguntarse si no se habría hecho mucho más daño del que quería admitir.
Lo cierto era que después de toda una vida cuidando de sus hermanos pequeños porque su padre tenía mucho trabajo y de llevar ya unos cuantos años en el equipo de salvamento, hacerse cargo de los demás era puro instinto en él.

Era cierto que Taehyung parecía perfectamente capaz de cuidar de él mismo, pero aún así,  Jungkook sentía la necesidad de protegerlo.
Lo cierto era y tenía que admitirlo que Taehyung era una jodida belleza, sus ojos, su piel canela, su boca en forma de corazón qué cuando sonreía formaba un perfecto cuadrado, los lunares... era hermoso y eso sumado a qué ese hombre era puro desafío lo convertía en la persona más atractiva que Jungkook había tenido cerca en mucho tiempo.

En menos de diez minutos, llegaron al lugar donde el esquiador había caído. Allí había otros cuatro patrulleros que estaban tratando de tranquilizar a los amigos de la víctima, qué había caído unos diez metros hacia abajo, y preguntándose dónde estaban los letreros que avisaban que ese territorio era fuera de pista.
- Esta mañana había tres- aseguró Taehyung.
-No me extraña que el pobre hombre se haya salido de pista si no sabía el peligro que corría- se lamentó Soobin.
-¿Cómo lo hacemos? ¿Lo subimos o lo bajamos?- preguntó
-De cualquiera de las dos formas va a ser un salvamento complicado.
Jungkook se dijo que aquella gente sabía lo que estaba haciendo y se quedó en un discreto segundo plano.
Al cabo de unos minutos la radio volvió a interrumpirlos para informarlos que los gemelos a los que el propio Taehyung había echado de las pistas se estaban golpeando frente al hotel.
Completamente enojado, Taehyung indicó a tres miembros del equipo que fueran a disolver la pelea, que por lo visto estaba tomando dimensiones insospechadas.
Quedaron sólo Soobin y él.
No paraba de nevar y se estaba haciendo de noche.
-Voy a bajar por él- dijo Taehyung.
- No. Déjame que yo baje- intervino Jungkook.
-Jungkook...
-Tú no tienes bien la rodilla y yo he hecho esto miles de veces.
-¿En la nieve?¿Con hielo?
-Sí. En la nieve y con hielo, le aseguró.
-Soobin te presento a Jungkook, miembro del equipo de Salvamento y Búsqueda de Busan ¿Tú crees que podría ayudarnos?
-¡Por supuesto que sí!
En aquel momento, volvió a sonar la radio. Un niño se había roto la muñeca en la última bajada del día y requería un enfermero.
-Soobin...
-Si yo me voy ,no vas a poder con Jungkook, así que tendrás que bajar tú.
-No hay problema- le aseguró- Por fin solos- añadió girándose hacia Jungkook cuando su amigo se había marchado- Por favor no me dejes caer- bromeó colocándose el arnés y comenzando a descender.
-Por supuesto que no- sonrió Jungkook.
Y así fue como Taehyung se dejó caer completamente por la pared, confiando completamente en él y Jungkook concluyó que ese hombre era el más increíble que había conocido jamás.
Al poco tiempo, le indicó que estaba junto a la víctima y Jungkook recogió el equipo. Al asomarse al barranco, comprobó que Taehyung y el esquiador ya se habían ido.
"Espero que estén bien " pensó, sabiendo que el terreno por el que tenían que volver era verdaderamente dificultoso.

Mientras bajaba hacia el hotel, encontró y recogió los tres letreros que los enfermeros estaban buscando.
Una vez que llegó, le dijeron que Taehyung y el esquiador estaban bien, pero esperó un cuarto de hora para comprobarlo por el mismo.
-Hola- lo saludó Taehyung al llegar- Vaya, los letreros...
-Sí,  me parece que alguien los cambió de sitio.
Aquello lo hizo maldecir.
-¿Estás bien?
-Sí, claro que sí- contestó llamando por radio a un compañero y dándole instrucciones para que colocara los carteles en su lugar a la mañana siguiente antes de que las pistas abrieran- No es necesario que te preocupes por mí.

¿Acaso nadie se había preocupado por él antes?
-Sólo quería asegurarme de que tenías bien la rodilla...
- Ya soy mayorcito.
Si, era mayorcito, inteligente, rápido y fuerte.
Taehyung abrió la boca,sacó la lengua y dejó que un poco de nieve cayera en ella. Al instante Jungkook deseó tener esa lengua en su boca.
-¿Seguro que no te duele nada?- insistió acercándose a él.
-¿ Y si me duele qué vas a hacer? ¿Darme un beso y decirme <sana, sana culito de rana> - lo desafió.
-Puede ser.
-Seguro que no te atreves.
Sin pensarlo dos veces, Jungkook lo tomó entre sus brazos y lo besó, haciéndolo murmurar sorprendido. La pasión de tenerlo así lo excitó demasiado, haciendo que se apretara contra él, momento que Taehyung aprovechó para abrir la boca y besarlo.
Aunque ambos iban con los trajes de esquí, el calor que sentían era evidente.
Jungkook era consciente de que jamás lo habían besado así y también era consciente de que no podían seguir aquella interesante exploración en público, así que haciendo un esfuerzo, dio un paso hacia atrás y se separó de él, no sin antes permitir que Taehyung le succionara el labio inferior.
Con los labios húmedos, se quedó mirándolo a los ojos, evidentemente excitado, como si él también supiera que aquello era diferente y, por eso mismo aterrador.
- Muchas gracias por toda la ayuda que me diste hoy- sonrió. -Siempre es un placer trabajar con otro adicto a la adrenalina. Si algún día quieres venir a trabajar acá, estás contratado.
-Yo no soy adicto a la adrenalina- protestó Jungkook.
Taehyung se rió.
-Claro que lo eres, exactamente igual que yo, no podemos remediarlo- insistió Taehyung besándolo rápidamente- Me voy.
- La rodilla...
- Ya está mucho mejor. Que tengas buena noche.
Y se fue.

Jungkook se pasó todo el día siguiente esquiando si parar con la intención de aclarar su mente. El día anterior le había parecido interesante y curioso. No podía dejar de pensar en Taehyung y en cómo lo había besado, con la misma pasión y el mismo arrebato con la que, por lo visto,  hacía todo.
¿Sabría lo increíblemente excitante era conocer a alguien así?
No lo había vuelto a ver desde la tarde anterior, pero tenía la sensación de que lo estaba evitando y la única explicación que se le ocurría era que se había dado cuenta de que entre ellos había algo especial y no quisiera ahondar demasiado en eso.
¿ No era irónico que un hombre que no se echaba atrás ante nada tuviera miedo de él ?

Al atardecer, Jungkook, hizo el último descenso y  se quitó los esquís. Por segunda tarde consecutiva no tenía nada que hacer, algo que le resultaba de lo más raro.
Mientras observaba encantado el maravilloso paisaje pensó en sus compañeros y en como habían hecho apuestas sobre con cuántos se enredaría en este viaje y si con alguno mantendría una relación seria.
La respuesta era que no.
En su mundo el amor no duraba.
Su madre no pudo aguantar la vida nómada de su padre militar y los  dejó, sus amigos ya iban por la segunda o tercera relación y él tampoco había sido capaz de mantener ninguna relación seria porque se daba cuenta que lo que más amaba por encima de cualquier cosa era si trabajo.
Al entrar al hotel, miró a las mujeres que estaban frente a la chimenea,  y una en particular, le sonrió y se lo comió con la mirada.
Jungkook no podía dejar de pensar en un único hombre, uno cuyo beso todavía sentía en la boca.

Jungkook se dirigió al vestuario a dejar los esquís . Se sentó en un banco y mientras se quitaba las botas, comprobó que había una mujer sentada enfrente.
-¿Trabajas aquí?- preguntó ronroneando como una gata.
-No- contestó con impaciencia- Estoy de vacaciones .
- Yo también. Bueno, en realidad, soy la dueña de este sitio.
-¿De verdad? Ayer conocí en las pistas a uno de sus propietarios.
- Será Taehyung, mi sobrino. Él también es propietario. De hecho su parte es mayor y por eso le toca trabajar mientras yo sólo disfruto- sonrió la desconocida- ¿ La estás pasando bien?
-Sí- contestó con sinceridad.
-Dicen que mañana va a ser un día precioso, sale el sol.
Jungkook sonrió de manera ausente.
-Tienes una sonrisa preciosa- comentó- Por cierto, soy Joy.
-Jungkook- contestó él sin una pizca de interés.
Una vez a solas, Jungkook guardó el equipo y se dirigió a su habitación a darse una ducha y luego salir  a comer algo.
Mientras se metía bajo el agua, su mente se fue directamente a... Taehyung .
Mierda.
De repente se sintió solo y abandonó la habitación con la intención de ir al bar  a tomar una cerveza.
El local estaba lleno de gente bebiendo, charlando y riendo. Al entrar se encaminó al otro extremo de la barra.
Una vez sentado en el taburete, se fijó en los dos hombres que atendían la barra. Uno de ellos se giró y, al verlo, no pudo evitar que se le dibujara una sonrisa bobalicona en la cara.

- Taehyunggie- lo saludó Jungkook sonriendo también.

Free FallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora