CAPÍTULO UNO

54 6 2
                                    

PYEONGCHANG, COREA DEL SUR

-Kim Taehyung, te acuerdas que hoy es día de pago ¿verdad?
Taehyung sintió que la cabeza le estallaba.
Si no conseguía tener unos momentos de calma inmediatamente no se hacía responsable de lo que fuera capaz de hacer.
Era consciente de que no tenía mucha paciencia, así que tomó aire para girarse con una hermosa sonrisa hacia Seokjin, su hermano mayor.

-¿Ah, sí?
-¿Lo ves? ¡Te habías olvidado!
-No, claro que no. Es que me gusta hacerte rabiar.

Seokjin, que tenía treinta y cinco años, no paraba de decirle a Taehyung, que tenía veinticinco, lo que tenía que hacer.

-Sólo te lo digo para ayudarte.
-Pues no hace falta que lo hagas, puedo perfectamente con mi trabajo yo solo.
-Pero...
-Mira, si quieres perder el tiempo, vete a perderlo con otra persona. Por favor, relájate un poquito- dijo Taehyung poniéndose su abrigo rojo del equipo de salvamento de esquí.

-¿No has leído las estadísticas?- insistió Seokjin-. Bueno, de acuerdo, ya lo dejo. Está bien- añadió al ver cómo lo miraba Taehyung.

-Me parece que en vez de dedicarte a la contabilidad deberías buscarte a alguien a quién pudieras darle órdenes o tal vez adoptar un par de niños, así podrías estar todo el día diciéndoles lo que tienen que hacer- Añadió poniéndose el casco y decidiendo que aquel día utilizaría tabla en lugar de esquís.
A continuación, se calzó las botas, se cargó la tabla al hombro y miró a su hermano, que se había quedado de piedra.

Taehyung sacudió la cabeza y salió del vestuario hacia el vestíbulo, donde había un montón de huéspedes ataviados con ropa de esquiar.

Taehyung pasó ante la inmensa chimenea en la que el fuego que él mismo había hecho aquella misma mañana seguía tirando con fuerza.
Alrededor de la chimenea, llenando todos los sofás que había, la gente charlaba y reía.

Aquella imagen tan acogedora hizo que Taehyung sonriera, pero su sonrisa duró poco.

-Tenemos problemas de nuevo con los osos, se siguen comiendo la basura- le dijo su hermano, que lo había seguido.
-¿Cómo?¿Después de que compraras esas cajas tan maravillosas con esas asas que los osos no pueden abrir por mucho que se lo propongan?- contestó Taehyung con sarcasmo.

- El problema es que no la pueden abrir ni los osos ni los clientes. Y lo peor de todo es que la gente no se termina de creer que haya osos de verdad por aquí durante el invierno y deja la basura en cualquier lado atrayendo a los osos con el olor.

《Como imaginaba, ni una pizca de sentido del humor》pensó Taehyung.

-No te preocupes, ya he pedido varios carteles de esos que dicen 《No den nada de comer a los osos y a ningún otro animal que se los pueda comer a ustedes》- contestó Taehyung.

-Taehyung, estamos a final del mes y hay que pagar...
-Sí, Seokjin, ya lo sé, yo también tengo un calendario encima de mí escritorio.
-Sí, pero es qué...
-Por favor, Jin- dijo Taehyung girándose hacia su hermano- ¿Te he pedido acaso que me estés recordando constantemente mis responsabilidades como si fuera un niño de cinco años?
-No, pero...
-Entonces ¿porqué no me dejas en paz y me permites hacer las cosas a mi manera?
-No es mi intención decirte lo que tienes que hacer, pero quiero ver este lugar funcionando correctamente- contestó Seokjin

Crystal Snow Resort constaba de quince habitaciones, una cafetería espaciosa, un bar, una tienda de regalos y una tienda de alquiler de materiales de esquí. Además, tenía fama de ser un lugar acogedor al que a la gente le gustaba volver cada año. Eso le había valido el lugar de exclusivo.

Free FallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora