¿¡ɴᴏᴠɪᴏ!?

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Sebastián estaba en la azotea de su casa sentado a la orilla de está

Movía levemente los pies, el próximo año empezaría la universidad y en unos meses acabarían la clases

En este punto se preguntaba que haría?

Suspiro pesadamente viendo hacia abajo, y si se lanzaba?

Eh! Sebastián! –Se escucho una voz del otro lado–

Sebastián subió la mirada, encontrando a Alejandro el chico de la salón B (cabe aclarar que Sebastián iba al salón A) y también su vecino quien estaba en su azotea también al borde

Ah, hola Alejandro –Dijo Sebastián apartando la mirada–

Siempre había tenido sentimientos por el pero nunca se había atrevido a decirle

Que haces aquí –Dijo Alejandro con su típica sonrisa–

No sé . . . Supongo que quería estar solo un rato y respirar aire fresco –Dijo Sebastián con un rojo suave en sus mejillas–

Mmmm ya –Dijo Alejandro–

Alejandro se levantó y retrocedió para después correr hasta el borde y saltar hacia el techo de Sebastián

¿¡Pero que haces loco!? –Dijo Sebastián levantándose apresuradamente para revisar al otro–

¡Ole! ¡Eh llegado! –Dijo Alejandro levantándose y sacudiéndose el polvo–

¿¡Que estás loco!? –Dijo Sebastián– ¡Pudiste haberte matado! –Grito Sebastián tomando fuertemente los hombros de su contrario–

Hay, que no es para tanto~ –Dijo Alejandro apartando la mirada–

Imbécil –Dijo Sebastián apartando la mirada también–

Estaban en una posición un tanto "malinterpretable"

Ven –Sebastián "arrastrando" a Alejandro dentro de la casa–

Sebastián metió a Alejandro a su habitación y empezó a buscar algo en los cajones

Alejandro le miraba extrañado

Al encontrar lo que buscaba Sebastián obligó a Alejandro a sentarse en su cama  le tomo las manos y empezó a poner banditas en los raspones que se había hecho al hacer su salto

Alejandro se dedicó a analizar la habitación, si bien conocía a Sebastián desde hace 5 años jamás había entrado a su habitación

La habitación de paredes Morado oscuro estaba totalmente repleta de el olor de su dueño

Alejandro se relajo y cerró los ojos siempre le había agradado la compañía y olor de Sebastián

Sebastián por su lado se centro en el semblante sereno de su "amigo"

Su tranquilidad le contagio

Al terminar de colocar banditas en los raspones de su contrario se sentó a su lado soltó un pequeño suspiro y miro sus manos, sintió un leve peso en su hombro, Alejandro se quedó dormido

Sebastián le recostó en su cama y se recostó junto a el

Vaya, uno de los escenarios que había imaginado se volvió real . . .

Pasaron las horas . . .

¿En serio a visto a mi hijo? –Pregunto una mujer rubia de ojos verdes–

La otra mujer de ojos marrones y cabello negro soltó una risilla

La puerta de la habitación de Sebastián se abrió . . .

El de cabello largo y el de ojos verdes estaban totalmente dormidos, Alejandro recostado en el pecho de Sebastián y Sebastián con un brazo sobre Alejandro abrazándolo

Creo que su hijo volverá hasta mañana –Dijo la de ojos marrones tratando de levantar el brazo de su hijo quien apretó el agarre y Alejandro se apego más a él, ambos soltando un quejido de disgusto–

La mujer rubia se sonrió

Vaya que si están como tontos por el otro –Dijo la mujer riéndose–

La madre de Sebastián se puso a reír y les puso una manta encima

Los teléfonos de ambos estaban en la mesita de noche del más alto

Ambas madres por curiosidad prendieron los teléfonos

Ambos tenían el mismo fondo de pantalla, una foto juntos

Las madres rieron suavemente

Dejándolos solos

Las horas pasaron hasta que amaneció

Alejandro soltó un pequeño quejido mientras abría sus ojos lentamente

Alejandro se sonrió al ver a Sebastián abrazándole

"Mierda mi mamá" pensó Alejandro al encontrar un mensaje de su madre

"No te preocupes cariño, se que te quedaste a dormir con tu novio"

Alejandro se puso rojo rápidamente

Ale, que haces –pregunto el más alto tomando su hombro–

El más pequeño se puso altamente nervioso

No le salía ninguna palabra

N-No! –Dijo Alejandro cuando finalmente le salieron las palabras–

¿No que? –Dijo Sebastián viendo el teléfono de Alejandro

Rápidamente Sebastián se puso rojo igualmente

Se miraron a los ojos y rápidamente apartaron la mirada

M-Me puedo ir hasta en la noche? Mi mamá seguirá diciendo esas cosas –Dijo Alejandro quien seguía rojo-

Está bien –Contesto Sebastián igualmente–

Y ese fue el inicio de una relación que duraría muchos años . . .

~★✿One shots Trolardy✿★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora