4

16 4 0
                                    

El comienzo.

Cuando me despierto por la mañana y veo mi teléfono para verificar la hora entro en pánico al ver que eran las 8:30am y debía estar trabajando, pero por alguna razón no pude levantarme de la cama, de verdad lo quería pero mi fuerza de voluntad no era tanta, casi que me levanté llorando porque no encontraba fuerzas dentro de mi para salir de cama, así que me quedé ahí, mirando el techo y pensando, siempre pensando, nada nuevo para mí.

Cuando por fin tengo la voluntad de levantarme de la cama salgo por algo de comer y me doy cuenta que no hay nadie en casa, todos salieron, bien, tengo bastante hambre pero me doy cuenta que lo único que hay para desayunar en casa son dos panes que me compré hace bastantes días y no me arriesgo a comerlos, como me siento bien fatal decido ir a comprar algo para comer, para salir a caminar y distraerme un poco, así que antes de irme me pongo mi gorrito gris ya que el día está nublado y salgo. Me sorprende bastante no haber recibido ninguna llamada de mi trabajo preguntando por mí, o porque falté, pero sinceramente ya no me importa.
Mientras voy caminando me doy cuenta de que no ha pasado ni un solo carro, nada, y vuelvo a ver a mi alrededor y no hay nadie fuera de sus casas, ni entrando o saliendo, no se oyen niños llorando o jugando nada, como salir a dar un paseo un 1 de enero a las 6:00am no te vas a encontrar a nadie en la calles, me parece extraño pero sigo caminando pensando que se debe al clima y todo el mundo debe de estar aprovechando quedándose en sus casas - que idea más tonta- me digo a mi misma.

Cuándo entro a la tienda no me percato de nada y voy directo por algo de comer cuando llego a pagar simplemente me quedo tonta mirando, no hay nadie cobrando. Así que miro a los lados a ver si había alguien cerca y no veo a nadie, y me doy cuenta que la tienda está vacía ni un alma, ni los dueños, nada, lo cual en realidad me asusta un poco ya que está abierta, solo que no hay nadie, no entiendo como pueden dejar sola la tienda, alguien podría entrar a robar; después de un rato esperando a que alguien apareciera me doy por vencida, agarro el yogurt y las galletas que había escogido y me voy, me conocen, después pagaré.

Caminando devuelta a casa empiezo a preocuparme un poco más ya que nuevamente, no hay nadie en las calles, no pasan personas, ni carros mi cuerpo quiere empezar a tener un ataque de pánico por lo que decido apresurarme a llegar a casa. Una vez que llego y me siento a comer decido llamar a mi hermano, y me quedo muy extrañada al ver que no hay señal, no puedo hacer la llamada, por lo que trato de llamarlo por Internet, y para mi sorpresa no hay Wifi, - WTF!- es lo único que puedo pensar.
Esto es irreal - pienso- y no sé cómo a este punto no me ha dado un infarto de la preocupación; creo que el acostumbrarme a no sentir nada es lo que me ha permitido no estar desmayada en este momento. Prefiero reprimir las emociones a sentirlas por lo menos las derivadas de la ansiedad.

Después de mil intentos en llamar a quien sea pese a que la línea y el Internet claramente no funcionan, decido salir otra vez, necesito verificar, si esto es una broma es una de muy mal gusto y mi hermano se pasó de la raya, pero al caminar por el centro de la ciudad me doy cuenta que en definitiva no puede ser una broma, no hay nadie, absolutamente nadie; estoy sola.

Cuando todos desaparezcanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora