DRAFT: Frozen Hearts

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Anubis cayó al suelo con los ojos en blanco. Un cabezazo de ese hombre era algo que era difícil de imaginar. Okami observó la nariz totalmente desfigurada del Mercenario para que de su cabello salga Issun, su titan y unas llamas blancas se formen en sus manos creando una espada ropera con su poder titan de creación de objetos.

Ok: El fuego no te hago efecto, las cuchillas tampoco. ¿Que clase de monstruo eres tú?

La semihumana obervaria tras el hombre la luna llena fijamente haciendo que aumente su agresividad comenzando a gruñir como un lobo a punto de atacar.

Fr: Perrito bueno, jejeje... He venido a luchar contra el chico, no contra ti Okami. Puedes desactivar tu titan, no te dañaré pequeña.

Un sonido a carne siendo golpeada fuertemente sonaría de la sala, Anubis se habría levantado con el rostro y torso llenos de sangre imbuido en la furia que le proporcionaba la luz lunar para atacar incesantemente el abdomen del mafioso.

Fr: Mira... cuando pongo duros los abdominales, olvídate de dalarme. Mira tus manos, están completamente destrozadas.

Ok: ( Es como golpear un muro, las hojas no le hacen daño, el fuego tampoco y los golpes mucho menos... )

Los dedos y nariz rotos pero el no se rendiria, daría un salto atrás para ver a Francesco directamente a los ojos.

Fr: Me esperaba más de ti Lobo Blanco, con un estilo tan cutre jamás serás capaz de dañarme. ¿Podéis hacerme un favor y de paso saludar a la Capitana de mi parte te parece?

Frank se giraria a mirar a Okami.

Ok: Y una mierda.

Fr: Jajaja, jamás seria capaz de tocar a una mujer tan hermosa como tu sin consentimiento Okami. Es un trabajo pesado.

La cabeza resultó si poder usarse para pensar, Frank comenzaría a Gritar mientras daba un par de pasos atrás cayendo por la ventana por la rotura del cristal debido a su gran peso.

Ok: ¿Que has hecho?

An: La navaja... Se la he clavado en los testículos...

Ok: ¿Le has cortado la polla? Hostia, jajaja. Estás muerto, ¿lo sabes?

An: No, la hoja no tiene sangre, solo a sido el golpe...

Ok: O nos vamos ya o...

Anubis podría sus manos en su nariz para reprimir el grito de dolor al colocarsela y se pondría al borde de la ventana así saltando al tejado del edificio del frente. Okami haría lo respectivo para salir ir saltandonde edificio en edificio hasta llegar al Cuartelillo.

Entraron y al parecer nadie se dio cuenta de que Anubis tenía las manos y cara bajo mínimos puesto que Okami se encontraba en lencería desviado toda la atención hasta llegar al despacho de la Capitana a altas horas de la noche.

Ca: Qué suerte tenéis que me toca de noch- ¿Que cojones te a pasado?

La Capitana agarraria una gabardina y correría para ponérsela a Okami, tras eso simplemente agarraria al Mercenario del hombro para llevarlo hasta la enfermería del Cuartelillo.

Al rato llegaría Okami al lugar con la gabardina para que no se le notara la lencería que llevaba puesta, con bastantes dulces o comidas saladas entre sus brazos que le regalaron los soldados del Cuartelillo.

Ok: Oye Anubis, mira lo que me han dado, son súper amables.

Anubis por otra parte, tendria un esparadrapo en la nariz, la frente vendada y las manos totalmente en yeso por tener un esguince en cada uno de estos menos los pulgares. Pero en las muñecas y el cuello también se habría herido así llevaría vendas y collarín.

An: Qué bien, he.

La ironía se podía notar fácilmente en su voz, puesto que ya estaba comenzando a cansarse de la corta mente que parecía poseer la semihumana.

En un par de horas saldrian del lugar comenzando a caminar hasta casa. Okami estaría feliz por los deliciosos regalos que le habían dado los soldados y su 85% de recompensa que resultó ser un 60% por que se sentía mal por lo mal que quedó el chico. Por otra parte Anubis pararía en seco frente a una floristería, había visto a una chica que le sonaba en el interior al parecer.

Ok: ¿Pasa algo?

An: Un momento.

Entraría en el lugar para ver a la dependienta, una joven de no más de 20 años de cabello rosa y ojos azules.

An: Tu... tu trabajas en el prostib-

??: ¡Callate! Ni una palabra. Vamos tras la tienda si quieres hablar, pero aquí no.

An: Vamos pues.